Las estilistas de El Mueble no son ilusionistas. Aunque a veces parece que hagan magia con los espacios que pasan por sus entrenadas manos. Unos cojines por aquí, unas flores por allá, una cama apetecible... ¡Y tachán! Los pisos se transforman y adquieren un calor de hogar que cautiva. ¡Y el trabajo que hay detrás!