Un piso sueco de 86 m2 con estilazo nórdico con techos altos, molduras y suelos en espiga (con plano)

Comenzamos el recorrido por el salón, que ha sido decorado con tonos neutros que aportan luz y acentos terrosos que añaden calidez. La mezcla de texturas en el mobiliario y los textiles también es clave para potenciar el estilo.

Al elegir una estantería de madera con almacenaje abierto, el salón se ha vuelto más ligero y desenfadado. El diseño en zigzag del mueble, lo convierte además en una pieza escultural que da vida a esta zona del salón.

Combinar las molduras decorativas y el parquet en espiga con una selección de muebles de diseño nórdico, genera un contraste muy acertado que añade sofisticación. Así, el dormitorio principal se presenta majestuoso.

Acorde a la gama cromática del salón, el dormitorio también exhibe tonalidades neutras, un mix de blancos y grises que aportan la calma necesaria.

Los rincones de lectura siempre deben instalarse junto a las ventanas, ya que la luz natural es clave para leer. En este caso, como el espacio lo permitía, se colocó una butaca con una mesa auxiliar, y un banco bajo el alfeizar.

Al tratarse de un piso pequeño, el color blanco es un must para pintar las paredes del pasillo. Además, el espejo de suelo situado al fondo contribuye a ampliar visualmente el espacio (y le da estilazo), ¡toma nota!

Este tipo de percheros o colgadores circulares son muy socorridos cuando el espacio del recibidor es mínimo, pero no se quiere renunciar al almacenaje. Además, son muy originales y puedes colocarlos como más te guste.

Cuando el baño es muy pequeño y tampoco tiene luz natural, es imprescindible optar por un diseño que resulte luminoso, así que el color blanco es una buena opción. Además, la ducha siempre tiene prioridad frente a la bañera si los metros escasean. ¿Y los muebles de lavabo? Sin duda, suspendidos.

¿Necesitas un despacho en casa? Inspírate en esta habitación de invitados, amueblada con una cama nido y un escritorio de corte vintage. ¡Doble funcionalidad! La verdad es que el acceso a la terraza le da muchos puntos.

Como ves, la mesa y las dos sillas de forja verde que decoran esta pequeña terraza van acordes al espíritu señorial del edificio. Al tratarse de un patio interior, las plantas se encargan de aportar la alegría que le falta al paisaje.

Como el piso no tiene comedor, hay un office ubicado al fondo de la cocina, aprovechando la luz natural que entra a través del ventanal.

Para separar ambos ambientes, esta zona se dejó sin azulejos y las paredes se decoraron con láminas. También ayudó la estructura del edificio, más recogida en esta parte de la cocina, lo que confiere mayor intimidad.

Un clásico de las cocinas nórdicas, pero también de las rústicas. En realidad, los azulejos tipo metro van con todos los estilos. En esta cocina, como las juntas son del mismo color se crea un fondo muy armónico y luminoso.

En el plano vemos cómo el salón y el dormitorio principal quedan a la derecha del recibidor, y el baño se encuentra de frente. A continuación se dispone la segunda habitación con acceso al balcón, y por último la cocina.