Mantas: por qué son un imprescindible en las casas de El Mueble

Las mantas (y todos los textiles, en general) tienen un súper poder y es el de generar calidez por arte de magia en un espacio. Por eso son un imprescindible en las casas de El Mueble, donde la calidez y lograr atmósferas acogedoras, envolventes y con encanto es un must. 

La cama es un mueble muy duro y la manera de quitarle rigidez y hacerla mullida es mediante la superposición de diferentes mantas y plaids, colocados de manera desenfadada y combinando texturas y materiales diferentes, para darle más volumen y evitar que quede una superficie demasiado plana y dura. 

El dúo "manta y sofá" no es casual. Y es que pocas imágenes mentales son más relajantes que la de verse tumbada en el sofá, o en un banco, como en este caso, arropada por una manta, más abrigada en invierno y más fresquita y ligera en primavera. Si eres una cooconer, seguro que la manta no puede faltar en tu sofá.

En este salón de marcado aire de montaña, la decoradora se ha aliado con una manta peluda para reforzar su carácter alpino. Apoyada en la banqueta, es un detalle que parece irrelevante, pero de gran valor decorativo. Con el plus que las mantas y complementos furry son tendencia.  

En El Mueble somos fans de los sofás blancos o de tonos neutros muy muy suaves. Y entre las razones es que son el lienzo perfecto para jugar con los complementos textiles y convertir el sofá en una "foto de estilo" cambiante cada temporada. La misma base, pero mantas, plaids y cojines decorativos nuevos. En este salón, nos hemos atrevido con una manta multicolor que alegra el sofá, dándole un aire primaveral. 

Si tienes una butaca o un sofá de reposabrazos "duros", como esta butaca con estructura de madera, una manera muy eficaz de suavizarlos es colocando una manta. Así cubres los brazos y no los verás tan duros. En la misma línea, si tienes el sofá que da de espaldas al salón, puedes poner una manta en el respaldo, así no verás la trasera tan mazacote y recta.

Esta cama es monocolor en blanco pero no resulta para nada plana, porque se han combinado diferentes texturas, como el lino de la funda nórdica y la manta de lana con un diseño de tricot en ocho. Alíate con las mantas para darle riqueza visual a la cama. 

¿Un sofá a rayas? No todo el mundo se arriesga. Pero una manta a cuadros, ¿por qué no? Son un complemento de quita y pon, que fácilmente puedes guardar o cambiar de estancia si te cansas, y con el que todos nos atrevemos a darle un poco de punch a una decoración muy neutra. Fíjate en este salón, en el que las mantas a cuadros aportan un matiz british a este salón de base monocolor. 

Lo hemos mencionado, la cama es una estructura dura y conviene ablandarla sin olvidarnos del pie de cama. Una manera de suavizarlo es colocando una manta o un par de manera desenfadada, como hemos hecho en este dormitorio. 

Este es un truco muy de estilista de El Mueble. ¡Pero funciona! Si tenemos un mueble de líneas rectas y, como aquí, muy horizontal, nada como una manta para romper su diseño, que puede resultar algo duro. Colocada de manera casual o "mal puesta", como si la hubiéramos dejado caer, suaviza la estética de este banco y le da movimiento. Ponlo en práctica en casa y ¡verás qué cambio!

Una cama de El Mueble es gustosa y muy apetecible. Con un estudiado look desenfadado, como a medio hacer, sería la antítesis de una cama de hotel, donde la rigidez es la que se impone. Y de ese look tan cosy y mullido las mantas son grandes responsables. Un consejo: no temas colocarlas "mal puestas", es precisamente ese toque vivido lo que le da tanto encanto. 

Sí, las mantas son cosa de la primavera también. Y, en según qué zonas, también de las noches más frescas de verano. Si en el salón nos ayudaban a vestir el sofá y sumarle encanto, en el exterior a esta función se suma su practicidad. Y es que, ¿cuántas noches de primavera has tenido que ir a por la mantita porque en el porche hacía fresquito? Solución: ¡tenla siempre a mano! Y cuando no la uses, dará un look más cuidado y de "interior" a tu porche.