El cuadro de la luz es una de las partes de nuestra casa que menos nos gusta... o mejor dicho, ¡que realmente quisiéramos ocultar! Uno de esos objetos tan necesarios y útiles como antiestéticos. Esconderlos siempre es la mejor opción, pero la gran pregunta es... ¿Cómo? Conversamos con la interiorista Elisa Iglesias del estudio EIRE Interiors para recopilar sus mejores consejos y conocer algunos casos reales donde la diseñadora ha conseguido ocultar el cuadro eléctrico con experticia.

"En un mundo en el que no paramos y llegamos agotados a casa, cada vez se hace más fundamental que nuestros hogares sean nuestros refugios. Entornos seguros, cálidos y en paz, donde poder "apagarnos" por unas horas. Si queremos disminuir ese ruido al mínimo… ocultar el cuadro de la luz es el primer paso", nos cuenta la interiorista.

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"Atrás quedaron esos años en los que comprábamos una tapa para cuadros de la luz en el bazar más cercano (que, por cierto, no pegaba nada con el resto de nuestra decoración), lo utilizábamos como caja llavero, o lo cubríamos con las fotos que imprimimos hace años. Si de verdad queremos esa limpieza visual y que nuestro hogar sea un verdadero remanso de paz, entonces necesitamos tapar ese cuadro de la luz que vemos cada día al regresar a nuestros hogares. Te comparto 5 recursos que hemos utilizado en EIRE Interiors y que te pueden servir de inspiración". ¡Sigue leyendo para descubrir cinco alternativas de experta y algunas recomendaciones extra!

MÁS IDEAS CON FOTOS DE EL MUEBLE

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El Mueble

1. Cuadros, la opción clásica

Los cuadros son la mejor opción, ya que puedes ponerlo a la altura que sea conveniente y justo sobre el cuadro de luz. En esta fotografía vemos dos ejemplos donde podría estar escondido el cuadro de luz: por un lado, sobre la cómoda tras el dibujo apoyado o tras los cuadros emparejados en la parte del pasillo.

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El Mueble

2. Muebles a medida, máxima discreción

Puedes aprovechar una extensión del mueble a medida que diseñes para el recibidor para esconder el cuadro de luz de forma discreta y estética. En este caso, podrías integrarlo dentro del armario de la izquierda o del de la derecha, según te convenga más por distribución o acceso. Otra opción muy práctica es instalar una puerta que lo cubra, con el mismo diseño que las del resto del mueble, aunque detrás no haya espacio de almacenaje. Así, visualmente todo queda unificado y el cuadro de luz desaparece sin romper la armonía del recibidor.

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3. Espejos, decorativos pero menos prácticos

Igual que puedes usar cuadros para ocultar el cuadro de luz, también puedes colgar un espejo con la misma finalidad. Es una solución decorativa que, además, aporta amplitud visual al recibidor. Eso sí, hay que tener en cuenta que los espejos suelen ser piezas más pesadas y frágiles que los cuadros, por lo que resulta algo más incómodo maniobrarlos cada vez que necesites acceder al cuadro eléctrico.

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