No dejes que las luces navideñas te confundan y acabes convirtiendo tu casa en un bazar repleto de colores luminosos y cachivaches supuestamente festivos. La línea entre una decoración espectacular y una recargada –o entre una minimalista y una sosa– puede ser muy delgada, por lo que conviene pensarla con detenimiento. Para que lo tuyo no se convierta en una pesadilla (estética) antes de Navidad y puedas decorar, entre otras estancias y zonas, tu salón navideño, comedor, terraza o recibidor, aquí te echamos una mano.

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1.

Olvidarse de dar la bienvenida más navideña

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No hay nada como llegar a una casa de invitados y encontrarse con una hermosa corona de Navidad. Puedes hacerte con una o bien hacerla tú misma. Coge un aro como base y después rodéalo con ramas secas de pino, eucalipto, bayas secas... Mira cómo se hace una corona de Navidad paso a paso.

2.

Pasarse con el tamaño del árbol

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Cuidado cuando visites una feria navideña o vayas a comprar vuestro árbol. Rodeados de verde por todas partes, es fácil dejarse llevar y acabar con un abeto de dos metros y ramas de muérdago y acebo como para todo un bosque. La decoración natural es fresca y aporta vida a los espacios aunque conviene pensar en el espacio disponible para no sobrecargarlo. Elige un árbol que no ocupe todo el salón –o que te obligue a mover muebles de sitio– y limita las guirnaldas de ramas a espacios estratégicos como una ventana o la repisa de la chimenea.

3.

No renovarse

Recicla las viejas bolas de plástico de todos los colores que están ocupando sitio en casa forrándolas con telas coordinadas. Lo artesanal está de moda.

4.

Las mejores ideas para Navidad de las casas El Mueble

Las mejores ideas para Navidad de las casas El Mueble

En este vídeo te damos la claves de El Mueble para lograr una casa navideña muy bien decorada, desde el salón hasta el dormitorio, teniendo en cuenta hasta el más mínimo detalle. ¡Coge ideas!

5.

Abusar de los dorados

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Reconozcámoslo, parece que en Navidad tenemos carta blanca para llenar nuestra casa de brilli brilli. Nuestra recomendación es que intentes (en la medida de lo posible) reducir su presencia y lo combines con otros acabados, como blancos o rojos. Y recuerda que también los textiles de tu casa pueden ayudarte a conseguir ese efecto navideño pero sin recargar el ambiente.  

6.

Pasarse con los adornos de plástico

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Este año ponte un objetivo: ¡no más plástico!, ¡no más plástico! Y empieza por los adornos de Navidad. Apuesta por otros hechos por ti y fabricados con materiales naturales, como tela de arpillera, papel, madera, cerámica... Hay muchas opciones responsables con el planeta y que quedarán estupendas en tu árbol. 

7.

Olvidarse del adorno más importante

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Aunque toda la decoración navideña es importante, hay un adorno del que no podemos olvidarnos. ¡La estrella de Adviento! Colocar esta tradicional figura que corona el árbol seguro que ya es todo un ritual cuando termináis de poner toda la deco navideña. ¡Ahora sí!

8.

Pasarse con la luz

La luz simboliza la vida y no puede faltar en las largas noches de invierno, aunque mejor con velas y guirnaldas cálidas en lugar de deslumbrantes tirads de leds.

9.

Saturar tu casa

Los adornos vegetales y hechos con materiales naturales no solo son elegantes y atemporales, sino que aportan vida a la decoración. Distribúyelos de forma estratégica para que decoren sin saturar.

10.

O quedarse corto

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Evita intentar ser demasiado minimalista con las luces navideñas. La clave está en el equilibrio, ni mucho ni poco. Con una delicada guirnalda de luces led con un temperatura cálida combinada con unas naturales el efecto será mágico.  

11.

No personalizar la decoración

Decorar con letras está de moda. Dale una nota de actualidad a tus adornos navideños integrando las iniciales de los distintos miembros de la familia.

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Equivocarse con la decoración del árbol

Lazos y cintas, telas de organza o arpillera, cadenas, guirnaldas, boas de plumas... Las opciones para dar un acabado envolvente al árbol son casi inacabables sin tener que recurrir al anticuado espumillón.

13.

No darle a la mesa de Navidad un papel esencial

Decórala como se merece, con una base elegante y atemporal sobre la que puedas añadir los detalles que requiera la ocasión.

14.

Olvidarse de los detalles

Los centros de mesa son poco menos que 'obligatorios' en una mesa de Navidad aunque conviene elegirlos para que no entorpezcan los movimientos ni la visión de los comensales.

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Olvidarte de los dulces de Navidad

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Es época, ¿verdad? Turrones, polvorones, mazapanes... ¡Están deliciosos! Pero, ¿por qué no hacéis también unas deliciosas galletas de Navidad? Hay un montón de recetas supersencillas con las que los niños te pueden ayudar. ¡Seguro que no superan el día de Navidad! 

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Olvidarte de las velitas pequeñas

Velas y bolas navideñas en mesa de centro de salón 00515378

Las velas aromáticas, las frutas y los materiales naturales crean complementos de decoración que ayudan a generar ambientaciones cálidas y acogedoras.

17.

Obviar las tradiciones

El nacimiento, el árbol, el calendario de adviento... La Navidad es tiempo de rituales. Revisita los que viviste en tu infancia o crea otros nuevos en familia.

18.

No adaptar la decoración a tus gustos

salon con sofa blanco decorado por navidad 00529074

Sea cual sea la decoración que elijas, asegúrate de que combina con tus gustos y estilo decorativos. No se trata de crear escaparates, sino de disfrutar de la magia de esta época.

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Falta de planificación

No saques todo lo que guardas de otros años y le busques sitio. Dedícale unos minutos a reflexionar sobre cómo te apetece vivir la Navidad este año y busca la decoración más adecuada.

20.

No darle a la cocina un 'toquecillo' navideño

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Cierto que te hemos dicho que no satures tu casa con la decoración navideña, pero si alojas a invitados en tu casa ya te habrás dado cuenta de que tendrás que pasar bastantes horas en la cocina. Así que dale un toquecito navideño con una guirnalda vegetal y algún adorno navideño, como una estrella luminosa. 

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No confiar en tus habilidades

Elaborar nuestros propios adornos para el árbol es una manera de vivir durante más tiempo la Navidad y disfrutar de una decoración única.

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Olvidarse de los verdaderos protagonistas

madre e hijo decorando el árbol de navidad 00495644 O

Aunque a nosotros los adultos nos encanta la Navidad, no se nos olvide que los principales protagonistas de estas fechas son los más peques. Y no solo el día de los regalos. Déjales que participen en la decoración del árbol y, si quieren, que pongan también algún adorno en su cuarto. ¡Verás qué orgullosos de sí mismos!

23.

Que no falten las luces

Un error en Navidad es olvidarte las luces.

Un salón navideño con luces, árbol y guirnaldas.

El Mueble

Aunque no hay que pasarse, no puedes olvidarte de poner en tu casa las luces navideñas. Un error de Navidad muy común es olvidarnos de poner este toque tan luminoso y especial en estas fechas. Además de añadir un toque de luz, también nos adentra de lleno en el espíritu de las fiestas.

24.

No dar importancia al exterior

Terraza navideña de una casa.

Una terraza navideña con luces y árbol.

El Mueble

Si cuentas con una zona exterior en tu casa, no te olvides de darle la importancia que se merece. A veces, nos centramos únicamente en el interior de nuestro hogar cuando en el exterior es donde realmente comienza la magia. Un error navideño es no adornar también tu jardín, terraza o porche. ¡Además los peques de la casa sentirán mucho más la ilusión por la Navidad!

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Sobrecargar el comedor

Un error navideño es sobrecargar el comedor.

Un comedor muy navideño.

El Mueble

Aunque la mesa donde nos reuniremos con nuestros familiares y amigos debería tener un toque especial, un error navideño muy común es no tener límite a la hora de decorar nuestro comedor. La mesa y el entorno donde nos sentaremos puede estar tan recargado de adornos que, al final, ninguno nos sentiremos 100% cómodos.

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Olvidarte del recibidor

Un recibidor muy navideño.

Un recibidor navideño.

El Mueble

Si el exterior de nuestra casa es la mejor carta de presentación para dar la bienvenida a nuestros invitados, lo es también el recibidor. Por mucho que nos esforcemos con dar una buena imagen externa, si al adentrarnos en el interior, ya el recibidor no nos dice nada, se apagan un poco las expectativas. Esto no quiere decir que recargues tu recibidor con luces y adornos, sino que coloques algún bonito y discreto detalle como guirnaldas, un árbol de Navidad mini, velas o alguna lucecita.

¿Todo vale?

¿Adornos vintage con una bola de discoteca? ¿Playmobils en el belén de herencia de tu abuela? Que se lleven las mezclas en decoración no quiere decir carta blanca para colocar lo primero que te llame la atención de la tienda, porque tu casa acabará convertida en un bazar sin orden ni concierto en vez de en un espacio entrañable y acogedor. Antes de empezar a colocar nada, decide qué te apetece más este año: una navidad clásica, desenfadada, original, naif... Tenlo en mente cuando salgas a buscar lo que necesites y procura que todas las piezas sigan una misma estética. Todo vale, pero con estilo...

Brillante, no deslumbrante

Los días son cada vez más cortos a medida que nos acercamos a la Navidad y de ahí que las luces se conviertan en poderosos aliados para combatir los largos períodos de oscuridad. Simbolizan la vida, pero eso no quiere decir que haya que convertir la casa en una discoteca. Reconozcámoslo: las tiras de leds –de todos los colores y combinaciones de luces posibles– han hecho mucho daño. Este año, sustitúyelas por unas composiciones de velas que le darán calidez al ambiente.

Si tienes niños pequeños o mascotas, colócalas en un lugar al que no puedan llegar con facilidad o incluso hazte con una versión eléctrica realista.

Di no al espumillón

Repite con nosotros: este año no pondré espumillón, este año no podré espumillón. Una vez más... Y no, no nos convencerás de que tiene un componente emocional, porque de niños era el protagonista indiscutible de nuestra Navidad. Esas tiras peludas de colores y brillos imposibles pueden acabar con cualquier ambientación de un plumazo, así que olvídate de ellas y sustitúyelas por guirnaldas de tela –con unos números, pueden convertirse también en un original calendario de Adviento–, cadenas de papel –si buscas un efecto retro–, tiras de tul, organza o tela de saco, boas de plumas...

Piensa local

Las coronas en las puertas y los calcetines en la chimenea –o donde se pueda– se han popularizado en los últimos tiempos, aunque no dejan de ser adornos 'importados' de la tradición anglosajona. La Navidad es un tiempo de tradición, así que aprovecha para revisitar las propias.

Hazte con un belén de calidad al que puedas ir incorporando piezas año tras año y que tus hijos recuerden con cariño en el futuro y que incluso puedan llegar a heredar.

Una decoración exclusiva

¿Quién no tiene una tonelada de adornos que, aunque no acaban de convencernos y convierten nuestro árbol en un amasijo de colores, tampoco tiramos? Es el momento de reciclar. Forra esas bolas de plástico de todos los colores con unas cuantas telas con estampados coordinados –las hay incluso adhesivas en tiendas de manualidades–, fieltro, lana, lazos o lo que se te ocurra y presume de decoración personalizada.

Adornos de autor

Más a menudo de lo que nos gustaría, las Navidades acaban siendo sinónimo de consumismo desaforado. ¿Cómo resistirse a todas esas cosas que parecen llamarnos desde los escaparates? Sencillo: elaborando tus propios adornos. No hace falta ser una experta en handmade para hacer decoraciones tan simples como efectistas: dedica un paseo por el bosque a recoger piñas y dales una mano de pintura o glitter; aprovecha que estás viendo esa película por enésima vez y convierte las palomitas en una entrañable guirnalda 'nevada' para el árbol; decora unas letras de cartón para personalizar tu árbol con las iniciales de los miembros de la familia... Las posibilidades son prácticamente infinitas y resultan especialmente adecuadas si tienes niños, para vivir la ilusión de las fiestas por anticipado.

A mesa y mantel

Gran parte de las celebraciones navideñas tienen lugar en torno a la mesa, por lo que hay que poner especial atención a su decoración. A evitar: manteles y vajillas con motivos marcadamente navideños, que solo podrás usar una vez al año y que estarán ocupando sitio en cajones y armarios el resto del tiempo.

Invierte en: un mantel elegante y de calidad, preferiblemente en un color liso y neutro, y una vajilla de porcelana blanca. Sobre esta base atemporal siempre podrás introducir unos bajoplatos o unos servilleteros más festivos o un centro de mesa que refuercen el estilo que buscas cada año.

Miraos a los ojos

Los centros de mesa decorativos son prácticamente indispensables en una comida o cena navideña, aunque debes tener en cuenta algunas precauciones prácticas:

  • No llenes hasta el último hueco disponible con adornos: hay que dejar espacio libre para poder moverse con comodidad y dejar la copa o los cubiertos sin miedo a romper algo.
  • Evita las ramas muy altas o exuberantes que puedan entorpecer la comunicación visual entre los invitados.
  • Las velas son cálidas, aunque no se aconsejan en una mesa en la que cada comensal se sirva lo que quiera, para evitar posibles accidentes.
  • Lo mismo sucede con las versiones aromáticas: una de canela y jengibre ayudará a crear atmósfera en la zona de tertulia, pero puede enmascarar los olores propios de la comida y acabar cargando en la mesa.

No disfraces tu casa de Navidad

Dorados y plateados son estrellas de estas fiestas, ya que simbolizan abundancia y prosperidad. Algo similar sucede con las combinaciones de rojo y verde, clásicas y acogedoras. Pero quizás quieras sorprender con tonalidades imprevistas, motivos minimalistas... No hay una forma 'correcta' de decorar nuestro hogar aunque, sea cual sea la que decidas, procura que se vea integrada en el conjunto y, sobre todo, con nuestros gustos y estilo personales. No se trata de reproducir un escenario de 'revista' que nos resulte artificioso, sino de sentirse (más) a gusto y disfrutar de esta época con los cinco sentidos.