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1.

Qué pedirle a las cortinas del dormitorio

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Son un básico. Como las cortinas del salón, vamos. Un dormitorio con las ventanas sin vestir es un dormitorio incompleto. Y en esta estancia aún con más razón. Ahí donde la intimidad es tan primordial como garantizar un buen descanso y una agradable sensación de armonía. Las cortinas regulan la luz, ayudan en el ahorro energético (absorben exceso de calor y frío), aíslan del ruido y dan calidez y empaque a un dormitorio. Al elegirlas, aparte de un bonito efecto, deberás pensar en si te gusta que la luz se cuele por las mañanas o, en cambio, prefieres que no entre ni un rayo de sol. 

Cabecero de terciopelo y alfombra de lana, en Nacho de la Vega. 

2.

Cortinas con cuerpo para la habitación

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Las cortinas tupidas en el dormitorio son fundamentales si no quieres que entre la luz. Si el dormitorio mira al este, elige un tejido con cuerpo, como un lino grueso, chenilla o terciopelo. Serán capaces de bloquear la luz y, además, controlar la temperatura de la habitación, ayudando a que no se vaya el calor. 

Colcha, manta y cojines de rayas de Sitjar. Sábana y cuadrante de lino de Zara Home. Cuadrantes de punto de Matèria. Espejos de Carolina Blue. 

3.

¿Visillos en el dormitorio? ¡Claro que sí!

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Si te gusta que los rayos de luz entren en tu dormitorio, ayudándote a despertar por la mañana, elige unas cortinas con transparencia y telas más livianas. Los visillos de seda, lino, algodón, poliéster o mezcla son la elección que aporta más luz y consiguen un efecto fresco y que fluye con la decoración.  

Butaca de Becara. Lámpara, de Luca. Cómoda, de Mercantic.

4.

Combina y gana

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Esta opción vale al elegir las cortinas de un dormitorio de matrimonio, pero también juvenil. Combina unos visillos que tamicen el paso de la luz durante el día y con otras cortinas más pesadas, con más cuerpo, con el objetivo contrario. Además pueden servir para llevar un punto de color y carácter al dormitorio, como se ha hecho aquí con las cortinas en color mostaza.    

Cabecero y mesita de noche, diseño de Natalia Gómez Angelats. 

5.

De qué color elegir las cortinas del dormitorio

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Una buena opción siempre son los tonos claros, ya que al mismo tiempo impedirán el paso de la luz –aunque dejarán que entre tamizada– sin restar luminosidad a la habitación. Si quieres añadir algún color con más fuerza, pon dos cortinas y deja ese color para la más tupida.  

Cabecero de lino, mesita de noche y lámpara de pie, en La Maison. 

6.

Libertad de estampados

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Cierto, lo más habitual es elegir un tejido liso para las cortinas del dormitorio. Pero si quieres un efecto más llamativo y que tengan más peso visual, elígelas con estampados. La clave después está en añadir una decoración más básica en el resto de la habitación tanto en colores como en muebles. Otra opción es incluir el mismo estampado tanto en las cortinas, como en algún otro detalle de la estancia, como se ha hecho en este romántico dormitorio de matrimonio, en el que cortinas y cabecero forman un tándem.   

Cabecero estampado, tela del cabecero, almohadón estampado, ventilador de techo, pantalla de los apliques, cortinas y alfombra, de SCV Estudio. 

7.

El largo de las cortinas en el dormitorio

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En el dormitorio es mucho más decorativo poner unas cortinas largas, que lleguen hasta el suelo. Si quieres conseguir un efecto más enfático, deja que apoyen un poco en el suelo –agrega 15 cm más al largo de la ventana–. Pero si el dormitorio es de una persona mayor o estás pensando en las cortinas de un dormitorio juvenil, evita esta opción. Podría ser peligroso. En cualquier caso, si no quieres que toquen el suelo, asegúrate de que casi llegan hasta él para asegurar una bonita caída.  

Sofá a medida con colchoneta de Cusó Tapissers. Alfombra, de Coco-Mat. Cestos, de Sacum. 

8.

La elección de la cortina según la ventana

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En ocasiones, por mucho que te empeñes en un tipo de cortina o estor, puede que la elección venga determinada por el tipo de ventana de la habitación. Si las ventanas son batientes, la cortina es lo mejor. Así podrás abrir la ventana sin riesgo a que se enganchen con la tela. En cambio si con correderas, el estor será mejor alternativa, ya que podrás subirlo y bajarlo cuando quieras, esté la ventana abierta o no.

Banqueta, de India&Pacific. Lámpara, en Contract Deco.

 

9.

Esconde los mecanismos

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Puedes colgar las cortinas del dormitorio de una barra, una opción muy decorativa y perfecta para estancias de techos altos. Pero si quieres potenciar la verticalidad de la estancia elige un sistema de rieles y tapa el mecanismo con el falso techo o con una galería –suele ser de madera o tapizada–. Es una manera también de acentuar su lado más clásico.  

Cabecero a medida y cortinas a juego, de Tapicería Toral. Banqueta, de Vical Home. Butaca, en Bazar. 

10.

Si vale para ti, vale para un dormitorio juvenil

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Si estás pensando en las cortinas del dormitorio juvenil de tus hijos, todos los consejos que te hemos dado sirven también para ellos. Lo mejor es elegir unas cortinas de colores más bien neutros y que se puedan combinar con facilidad según vayan cambiando sus gustos.  

Taburetes, en La Maison. 

11.

Cortina y estor, el combo que no falla

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Las combinaciones en el dormitorio son un éxito seguro. Ya sean visillos y cortinas, dos cortinas, las opciones más clásicas, o cortinas y estores, una alternativa más actual. Con esta solución podrás regular la intensidad de la luz durante el día con el estor y asegurarte la oscuridad total por las noches. Los grandes ventanales y las puertas balconeras son la mejor base para que se luzcan.  

Cabecero y aplique, de María Santos. 

12.

También vale con venecianas

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Si prefieres un look aún más moderno y actual, no descartes las cortinas venecianas. Son las que tienen un mecanismo similar al de los estores, pero con lamas –de madera o pvc– en vez de tela. Además, lo habitual es que sean regulables, de manera que, incluso bajadas, se puede controlar la cantidad de luz que dejan entrar. 

Cabecero, diseño de Sube Interiorismo con tela de Sette. 

13.

¿Qué tipo de estor es el mío?

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Pues todo depende del efecto que busques. Los plegables se recogen de manera ordenada, ya que cuentan con barras dentro de la tela que ayudan a que esta se pliegue uniformemente. En cambio, si quieres un efecto más vaporoso, tipo visillo, pero con la practicidad de los estores, elígelo tipo paqueto. Se pliegan creando unas ondas que dotan de dinamismo y un toque más clásico al dormitorio –como el de la imagen–. La tercera opción son los enrollables (como los screen). Todo el tejido se va enrollando –como su propio nombre indica– en el tubo superior y son una opción para un look más moderno y actual, en el que deben pasar más desapercibidos dejando el protagonismo a otros elementos decorativos. Tenemos los mejores consejos para elegir estores.  

Papel pintado de Woodland, cabecero, banqueta y funda nórdica, todo de La Maison. Edredón de Filocolore.

 

14.

Ventanas a media altura

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Antes hablábamos de la importancia de la forma y tipo de ventana para elegir con qué vestirla. Este tipo de ventanas, a media altura, y de un tamaño medio, son las más habituales en las viviendas españolas. En este caso, la mejor opción son los estores, perfectos para espacios más pequeños o si no quieres que las cortinas lleguen hasta el suelo. Como se ha hecho en este dormitorio, que se ha aprovechado el bajo de la ventana para hacer un mueble con el que tapar el radiador y, al mismo tiempo, ganar algo de almacenaje. En este caso, unas cortinas serían insuficientes y tendrían demasiado peso visual. 

Ropa de cama de Filocolore. Cojines crudos de Sacum y de cuadros de La Maison. Papel pintado de Sanderson. Aplique de Santa & Cole.