Cómo decorar el dormitorio de una persona mayor

Seguro que tu padre, tu madre o esa persona mayor que tienes a tu cargo tiene un concepto de la decoración completamente distinto que el tuyo. Empieza por preguntarle qué le gusta y cómo quiere que sea tu dormitorio y, cuando lo decores, hazlo pensando en su comodidad.

Si tu casa –o la suya– es una vivienda de dos pisos, plantéale colocar el dormitorio en la planta baja. Aunque ahora pueda subirlas con ligereza, el día que no pueda hacerlo no está tan lejos. Adelántate a los acontecimientos y acondiciona una de las habitaciones del piso inferior para ellos. Aunque al principio renieguen, con el tiempo lo acabarán agradeciendo. 

A no ser que vaya de pared a pared –con una base antideslizante, por supuesto–, lo mejor es que las elimines de su dormitorio. Las personas mayores tienen una movilidad limitada y, al caminar, levantan menos los pies. Si, además, llevan bastón o andador también puede ser un elemento peligroso. Elige un suelo cálido, como un parquet o moqueta para compensar su ausencia.

Es mejor que sea grande y esté a la altura de la cama. Para tener un acceso cómodo a ella cuando estén tumbados y con suficiente espacio para dejar una lámpara, las gafas, un vaso de agua, el pastillero e, incluso, el teléfono por si tiene alguna emergencia.

Aunque el pie de cama es decorativo, para ellos será un elemento a esquivar. En el dormitorio de una persona mayor, lo más adecuado es mantener la estancia despejada, tan solo con los muebles que sean necesarios y pegados a la pared. Las personas mayores se levantan varias veces por la noche, así que es mejor evitar cualquier posible causa de tropiezos o choques con el mobiliario. 

Las camas articuladas son cómodas y seguras, especialmente si tiene un mando eléctrico para controlar la posición. Para las personas mayores, levantarse de la cama puede ser una odisea. Una articulada facilita el acto de levantarse y evitará que tenga que hacer esfuerzos de más. Es también una ayuda para los cuidadores. También hay colchones antiescaras que reparten el peso del cuerpo y evitando que aparezcan escaras, muy habituales en personas con movilidad reducida. 

Si la cama es demasiado baja, la persona mayor que duerma en ella encontrará mayor dificultad al sentarse y levantarse. Lo mejor es que sea elevable, para adaptarla a la altura que le sea más cómodo. Y evita las camas de 90 cm. Estará más cómodo en una de, al menos, 120 cm de ancho. 

Las personas mayores suelen tener problemas de visión, así que es primordial prestar atención a la iluminación natural de su habitación. Elige unas cortinas ligeras que tamicen la luz y evita bloquear la ventana con muebles con mucho peso visual.

Como sabes, las personas mayores suelen dormir menos que los adultos de media edad. Y levantarse varias veces por las noches. Coloca unas lámparas de sobremesa o unos apliques a cada lado con un interruptor en un lugar accesible. Lo mejor es que puedan alcanzarlo desde la cama sin esfuerzos. 

Además de decorativos, el cabecero y el piecero tienen una práctica función: servirán como un punto de apoyo al acercarse a la cama. Pero también será útil para cambiar de posición en la cama cuando estén tumbados. 

Los accesos a la habitación y a la cama deben tener un ancho mínimo de 90 cm. Así se facilita el paso de andadores o sillas de ruedas en caso de que sea necesario. Además si llega a necesitar asistencia, será más cómodo para la persona que lo atienda.

Es importante que las personas mayores se mantengan ocupadas y activas. Si tienen algún pasatiempo como leer o tejer, destina una zona del dormitorio –donde no sea un obstáculo– para colocar una butaca en la que puedan sentarse a realizar su actividad favorita. Y mejor si está cerca de una ventana.

Enmarca un dibujo de uno de sus nietos o coloca fotos en las que salgáis toda la familia. No dejes que su habitación parezca la de una residencia o un hospital. Personaliza la pared del cabecero con recuerdos alegres y que le hagan sonreir. Se sentirá mucho más a gusto.

Textiles de lino, detalles en fibras naturales, alguna que otra planta… Es fundamental que sienta que la habitación sea cálida para que se sienta lo más cómodo posible.

Al igual que las alfombras y los muebles de más, las esquinas son grandes traicioneras para las personas mayores. Intenta escoger la mesita de noche redonda, por ejemplo, y con unas patas que no sobresalgan para evitar tropiezos. Además de más seguro, conseguirás dotar de mayor dinamismo y armonía a la habitación.