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1.

Un suelo de roble, una tonalidad intermedia versátil y atemporal

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El tono saturado pardo-dorado del roble, que no es ni excesivamente claro ni tampoco oscuro, lo convierte en una madera de estética atemporal y que se adapta perfectamente a cualquier estilo decorativo, ya sea clásico o moderno. Como en este piso, cuya decoración destaca por un equilibrado mix de estilo actual y mid century

2.

En acabado fresno o arce: luminosidad y amplitud

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Si buscas una opción más clara que el roble con el arce o el fresno no fallarás, ya que en sus tonos más pálidos van desde un casi blanco, en el caso del fresno, hasta un blanco crema o un delicado amarillo en el caso del arce. En este salón, con un acabado más claro de suelo al ser cromáticamente neutro, se cede el protagonismo a la decoración, a la vez que se multiplica la claridad y la sensación de amplitud. 

3.

En acabado nogal: calidez y carácter

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Optar por un suelo de madera oscuro es, a priori, más arriesgado, ya que visualmente tendrá mucho más protagonismo y puede llegar a condicionar la elección del mobiliario, ya que un exceso de muebles oscuros podría crear un ambiente sombrío. Sin embargo, si lo combinas, como se ha hecho aquí, con paredes blancas y un mobiliario en blanco o con toques de color sutiles, crearás un ambiente personal, elegante y acogedor, porque los espacios quedarán visualmente más enmarcados.

4.

Un suelo de microcemento en blanco: espacios infinitos y con extra de luz

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Paredes, techo y suelo se funden en este amplio salón comedor, difuminando casi los límites espaciales. ¿La clave? Unificar el pavimento con las paredes, creando una caja de luz. Esto se ve reforzado, además, por la continuidad que ofrece el microcemento. Pero no te excedas, una decoración dominada por el blanco puede resultar fría e impersonal. Aquí se ha evitado con piezas de mobiliario de madera y con personalidad, como la mesa y la gran lámpara.

5.

En color moka: calidez sin renunciar a la amplitud

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Desde Topcret son de la opinión que las gamas intermedias, como este suave moka, son las más aconsejables en un suelo de microcemento, ya que son las más sufridas y además aúnan las virtudes de los dos extremos: calidez sin renunciar a la luminosidad. 

6.

En color chocolate: elegancia y personalidad

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Si buscas personalidad y crear un ambiente más extremado, no lo dudes: apuesta por una tonalidad intensa, como un chocolate, que además es cálido. Un truco: pinta las paredes y el techo en blanco y lograrás que el espacio parezca más amplio. Y si te cansas, debes saber que siempre puedes cambiar el color. Desde Topcret ofrecen dentro de su programa de garantía descuentos de hasta el 30% sobre el precio que se pagó en la obra. 

7.

Un suelo cerámico oscuro: la importancia del acabado

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Apostar por un suelo oscuro siempre es más arriesgado que hacerlo por uno claro, porque condiciona mucho la decoración y, además, apaga más la luz. Pero por contra, un suelo cerámico oscuro da un extra de confort y recogimiento que uno claro no da. Desde Levantina aconsejan apostar por un acabado pulido, porque siempre reflejará más la luz que uno mate, y piezas grandes, porque a menor junta mayor es la sensación de continuidad visual y amplitud. 

8.

En un color intermedio: sufrido y muy combinable

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Las tonalidades neutras son las más agradecidas, porque son sufridas –no se nota tanto ni la suciedad ni tampoco el polvo–, fáciles de combinar con cualquier tipo de mobiliario y estilo decorativo y aunque aportan color al ambiente, no restan claridad.  

9.

En un color claro: con la decoración como protagonista

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Un cerámico clarito y liso será la base perfecta para cualquier decoración, pudiendo permitirte muebles oscuros o lacados con color, como en esta cocina. Con el plus de que contribuye a ampliar el espacio y multiplica la sensación de claridad. El único "pero" es que es muy poco sufrido. 

Lo has visto: un mismo espacio con un suelo claro u oscuro no parece el mismo. Independientemente del material que elijas, ya sea madera, microcemento o cerámica. De ahí que la elección del suelo, como ocurre con el color de las paredes, sea una decisión muy importante.

En general, un suelo claro se presta más a crear ambientes relajados, frescos, luminosos y amplios. Además, es más fácil de combinar porque su tonalidad suave sirve de base para mezclar de manera equilibrada otras gamas, a la vez que cede el protagonismo al mobiliario. En cambio, en el otro extremo, las sensaciones visuales que genera son muy diferentes. Un suelo oscuro resulta muy elegante, sobrio y con un punto masculino. Es una opción más extremada, que busca ser la protagonista de la decoración y recomendada, sobre todo, en espacios amplios o con mucha luz, porque los colores oscuros atrapan la luz, al contrario de los claros, que la reflejan. Y en la posición intermedia están los suelos de tonos intermedios o más neutros, que sirven de comodín perfecto para todo tipo de decoraciones. Con el plus de ser los más sufridos y tener un carácter más atemporal.

Si aún tienes dudas, inspírate en estas 50 propuestas. Seguro que darás con una a tu gusto.