Antes y después: las transformaciones de muebles más sorprendentes

"Quisimos darle un aire totalmente diferente a este mueble de los años 50", nos cuenta Beatriz, de la escuela taller madrileño Restáuralo. "Previamente hice un boceto en mi block de trabajos", cuenta. El resultado ¡te sorprenderá!

"Primero desmontamos sus tiradores y bisagras. Después hicimos una buena limpieza a fondo y lijamos lo que íbamos a pintar para preparar bien la superficie. El sobre decidimos dejarlo en su madera original para guardar su esencia. Empapelamos el cajón eligiendo tonos nuevos para la mesilla", explica. ¡Verás qué cambio!

"Realizamos unos trazos geométricos y pintamos de varios colores para que fuese muy alegre. Usamos pintura a la tiza y delimitamos las zonas con cinta de carrocero para no manchar los colores. Pusimos tiradores nuevos más modernos y los otros los guardamos para otros encargos. Enceramos ¡y lista!". ¡Vaya cambio!

"Un cliente nos trajo desde Santander esta silla del barco de su padre, así que encantados de podérsela restaurar y tapizar", nos cuenta Beatriz Moreno, de Restáuralo. ¿Quieres ver cómo quedó?

"El trabajo fue un bonito reto. Vino el barniz muy envejecido del sol, y la humedad, pero conseguimos dejarla lo más bonita posible luciendo su color de madera natural. Lo primero que realizamos fue desmontar los asientos y respaldo, para poder pasar a restaurar su madera. Empezamos dándole decapante para quitar los barnices, lijar, encolar la estructura, dándole después gomalaca con terminación de cera", recuerda Beatriz. ¡Mira qué resultado!

"Para el tapizado le quitamos todas las grapas y rellenos que tenía, para comenzar de cero. Materiales usados; cinchas elásticas, goma espuma de alta densidad, retor y la tela, todo lo grapamos a mano. La tela nos la trae siempre el cliente a su gusto. El resultado fue muy impactante pues el cambio se ve total. Cliente satisfecho y volvió a traernos más muebles. El boca a boca, ¡sigue funcionando!", explica Beatriz.

Era el típico mueble vajillero bonito, pero olvidado. "Es un encargo de una clienta que nos dio muchos muebles. Eran heredados de sus padres y quería conservarlos, pero en moderno porque así no le iban a la decoración de su casa", cuenta Beatriz. ¡Mira qué cambio!

Para poder restaurarla, el equipo de Restáuralo desmontó este vajillero por completo. "Lo limpiamos, lijamos, y pintamos", cuentan. Aquí vemos su parte baja, con unos preciosos tallados antiguos, ¡una joya!

El mueble iba a vivir una gran transformación con pintura a la tiza. "Pintamos con pintura de tiza dos manos hasta que cubra bien", explica Beatriz. Los cajones se pintan por separado, uno a uno y con mucho cuidado.

Aquí vemos la parte baja de la vitrina, renovada con pintura a la tiza. "Luego empleamos nuestra técnica preferida, que es el decapé. Se trabaja con lijas especiales de agua y agua a la vez, queda como sellada la pintura y un toque desgastado precioso", explica Beatriz.

El proceso fue muy minucioso y llevó días. Aquí vemos cómo la vitrina está protegida para pintarla de blanco, con varias capas y muchísimo cuidado.

"Empapelamos el interior con el papel que nos trajo la clienta, que puso igual en la pared de su salón y forramos el interior. Los tiradores son originales y de bronce, los quiso conservar y los pintamos también. Una vez realizado todo el desgaste al mueble, queda súper suave y pasamos a encerarlo a mano, para luego pulir y quedar un toque satinado", explica la restauradora. ¡Parece otra! Ahora puede llevar luz a cualquier casa y encaja con cualquier decoración.

"Esta pareja de butacas y unos cuantos muebles más nos llegaron por la decoradora Alejandra Pombo, que se puso en contacto con nosotros para que le restaurásemos, pintásemos y tapizásemos unos cuantos muebles para unas clientas suyas", explica Beatriz. Y si una decoradora se fija en algo...

"La limpieza es siempre lo primero. Luego siempre destapizar. Lo siguiente es empezar a pintar con pinturas de tiza. A nosotros, aunque digan que se agarra a todas las superficies sin hacer falta lijar, nos gusta lijar previamente porque la pintura queda más fija y no se salta, en función de los barnices, cera y demás productos que puedan llevar debajo, tiene un resultado u otro", explica Beatriz.

"La decoradora Alejandra Pombo las quería en un color blanco roto, hacerles la técnica del dacapé y tapizar cada una con telas diferentes que armonizaban con el resto de muebles que había en el salón. Una vez pintadas y realizado el decapé con lijas muy finas, a mano siempre como solemos trabajar todo nosotros y agua, va saliendo el resultado. Se deja secar y se enceran bien para pasar a pulir. Aquí ya podríamos empezar el trabajo de tapizado, poniendo nuevo cinchas de yute, muelles, guarnecido, guata, retor y su tela con el consiguiente vivo doble que se realiza a máquina para luego pegar , embellecer y ocultar las grapas. Aquí ya estaría todo el trabajo realizado y entregado, ¡clienta satisfecha!", cuenta la creadora de Restáuralo.

"Un alumno se apuntó a las clases y luego no pudo venir, así que nos regaló su mueble. Estaba sin sus cristales, ni puerta, y la trasera no servía, estaba la chapa rota y deformada. Como no tiramos nada y aquí todo se recicla, reutiliza, restaura, recupera, pinta o tapiza, todo nos sirve y le damos su uso, ¡no lo desaprovechamos!", explica Beatriz. ¡Mira qué cambio!

"Nos hacía falta un expositor de pinturas y al tener esta oportunidad, se nos encendió una bombilla. Entelamos el fondo para que tuviese profundidad y lijamos para desgastar y encerar", cuentan desde Restáuralo.

"Estas sillas nos las trajo una clienta para restaura y tapizar. El estado como veis, es barnices envejecidos, estructuras desencoladas y pata rota, la tapicería cambiar entera pues los muelles estaban hundidos", cuenta Beatriz.

"Lo primero es destapizar. Luego encolar y reconstruir la pata rota. Cuando una pata se mueve, a la gente le da por clavar clavos y es mucho peor, pues se rompe más la madera, la va agrietando y se terminan por romper más. Luego pasamos a decapar los barnices y ceras, y dejar la madera de nogal totalmente limpia y su terminación con las ceras artesanales que realizamos nosotros. El último paso siempre es el tapizado", explica Beatriz.

"La historia de esta cómoda viene de un fin de semana con una amiga en Valencia. Paseando la vimos en un cubo de basura y no dudamos en cargarla al maletero del coche y nos vinimos con ella hasta Madrid tan contentas del gran tesoro encontrado. Estaba en un estado lamentable, porque además había llovido todo el fin de semana y la madera estaba encharcada, le faltaba un cajón y algún tirador y bocallave", recuerda Beatriz. ¡Qué gran rescatadora de joyas!

"Lo primero fue dejar secar toda la humedad que retuvo la madera. Luego se fue desencolando la chapa de la madera, que tuvimos que pasar a planchar para encolarla, se lijó toda, desmontamos los tiradores y tornillos, y le dimos al sobre y los cajones de la cómoda barniz de goma laca a muñequilla, dejando ver la veta tan bonita de la chapa de madera de nogal. El resto optamos por pintarla con pintura de tiza en color marfil, para darle otro carácter más modero y al faltarle un cajón decidimos entelar su interior con una tela muy chocante para hacer un buen contraste, y que pudiese servir de estante para libros, ordenar bolsos, o cajas bonitas guardando cosas en su interior. Una vez terminada, montamos los tiradores de bronce, se enceró con nuestras ceras artesanales y pulimentar para sacarle brillo", explican desde Restáuralo. ¡Qué cambio!

Son los creadores y profesores de Restáuralo, la escuela taller madrileño. ¡Son unos enamorados de su oficio!