Antes y después: tenía mucho pasillo y una cocina feos y ahora es un piso SIN TABIQUES, moderno y con muebles a medida para copiar (con plano)

Antes de la reforma, el recibidor era angosto y el mobiliario que había en él estaba anticuado. A pesar de tener espejos con la intención de que rebotara la luz y ampliaran visualmente el espacio, los muebles oscuros y las paredes empequeñecían la estancia y lo volvían oscuro y poco acogedor. Esta tendencia ocurría en casi todas las estancias de la antigua vivienda y es de lo primero que el estudio oearkitektura quiso remediar en la reforma integral. 

Nada más salir de la pequeña habitación que hacía de recibidor, nos encontrábamos con un largo pasillo estrecho y oscuro, sin personalidad. Lo único que conseguía esta parte de la casa era hacer de distribuidor, aunque dividiendo y compartimentando aún más la vivienda en habitaciones pequeñitas. La elección de las baldosas, las puertas oscuras y las láminas colgadas a lo largo del pasillo lo afeaban y le restaban estilo. Al tirar los tabiques del pasillo y al hacerlo desaparecer se consiguió que la luz bañara todas las estancias y se aprovecharan mejor metros cuadrados antes perdidos. 

Tras la reforma, se eliminó parte del antiguo pasillo y se colocaron unas amplias puertas correderas telescópicas de vidrio y perfilería metálica diseñadas a medida justo después de la zona del recibidor. Estas puertas de cristal permiten separar el ruido y los olores de la cocina al resto de la casa cuando están cerradas, mientras que cuando se abren desaparecen entre las paredes, generando un único espacio anexo al salón y permitiendo la extensión de la mesa para cuando vienen los amigos, hijos y nietos del matrimonio. 

La cocina antes de la reforma, igual que el resto de estancias del piso, era pequeña, compartimentada y tenía unos muebles viejunos y electrodomésticos un poco anticuados. Los propietarios querían que la cocina se convirtiera en el centro neurálgico del hogar, y en la distribución y estado original no se podía sacar todo el partido. 

Lejos de tratarse de una cocina pequeña, encerrada entre cuatro paredes, se diseñó un espacio conectado visualmente con la zona de día a través de la puerta corredera de cristal. Ahora este espacio goza de muchos armarios de estilo moderno sin tiradores, una amplia zona de trabajo con una encimera y frente porcelánico y una gran mesa de comedor extensible con unas originales lámparas de techo. ¡Ideal! 

Asimismo, la cocina original contaba con una pequeña habitación que hacía la función de despensa y cuarto de la colada a la vez. En la nueva distribución esta estancia debía desaparecer, pues no era nada práctica y compartimentaba mucho la cocina. Se apostó por un frente de armarios que en conjunto fuera un mueble estético y espacioso. ¡Ha quedado mucho mejor! 

Ahora, este elemento ayuda a conectar los espacios y sirve de guía a lo largo del recorrido por la vivienda. Es de madera de roble natural y está diseñada por el propio estudio. Aparte de ganar espacio de almacenaje y poder guardar diferentes tipos de objetos menos estéticos escondidos tras sus puertas, cuenta con zonas abiertas para que las piezas más decorativas queden expuestas y enmarcadas a través del equilibrio que se logra gracias a la combinación entre "lleno y vacío".

La estantería, a pesar de estar ubicada en dos espacios de usos diferentes a priori, se ha tratado como un único elemento, de manera que consigue dar continuidad y conecta los espacios de cocina y salón tanto cuando las puertas están abiertas como cerradas. Asimismo, sirve como nexo con la zona del escritorio repitiendo el mismo ritmo y estilo.

El espacio donde más tiempo pasan los dueños es el salón, donde además de albergar una zona de estar, tenía que incluir un espacio de trabajo con un escritorio amplio y una zona de almacenaje para archivadores e impresora. Además de combinar estos dos usos, también requerían de una zona lo suficientemente amplia para que el nieto recién llegado a la familia pudiera campar a sus anchas sin encontrarse con demasiados obstáculos. Esta necesidad, unida a la pasión por cocinar, llevó a los interioristas a mover la ubicación de la cocina y darle la vuelta a la distribución de la vivienda.

En el nuevo dormitorio se ha trabajado y diseñado la iluminación interior, incluyendo perfiles de luz indirecta regulables tanto horizontales como verticales, para generar escenas para distintos momentos del día y para no cometer los mismos errores que en la decoración antigua. En los dormitorios, además, continúa el suelo de madera de tono natural que hace guiño al acabado de la estantería. 

En el baño sucedía lo mismo que en el resto de la vivienda. Los muebles necesitaban una actualización, así como las baldosas y azulejos del suelo. Cambiando la bañera por una ducha con mampara y con otro tipo revestimiento más actual este baño ahora parece otro. 

El estudio de interiorismo ha conseguido que los espacios sean más amplios, luminosos y modernos para que la pareja pueda disfrutar de su merecida jubilación en un hogar adaptado a sus nuevas necesidades.