El piso con dos salones y el office más famoso de El Mueble

Cristina Mas Mir, la arquitecta e interiorista encargada de la reforma y decoración de este piso para una familia con dos niños pequeños, quiso dar practicidad (y de eso da buena cuenta la isla a medida en la cocina) y belleza, “elegancia sin estridencias, espacios muy diáfanos y la sensación de mucha categoría, aunque sin materiales carísimos como mármol o terciopelo”, explica la decoradora.

Flanqueada por la mesa de comedor a un lado y los muebles de cocina al otro, la isla está en el corazón de la vivienda y en torno a ella se organiza toda la ajetreada vida familiar. Además esconde, en cada rincón, varios espacios de almacenaje: incluso en el banco (debajo de la colchoneta) o detrás de los taburetes (es necesario agacharse para llegar a él, pero hasta hay un armario para la vajilla extra).

¡Una de las más vendidas! Y es que su office, con su banco tapizado, y ese precioso mueble vajillero que se integra tan bien nos enamoró. (Puedes ver aquí las mejores casas de portada de El Mueble)

La cocina, diseñada por Masmirstudio, está realizada en DM lacado en un verde grisáceo neutro. En la zona de aguas y fuegos se instaló suelo de baldosa por ser más sufrida y resistente, pero desde los sofás y la mesa del comedor no se ve.

“Sobre los fogones hicimos una hornacina con una pared falsa de pladur (que se creó para instalar la extracción de humos) que alicatamos con una baldosa de un color muy parecido al que habíamos elegido para la cocina”, explica la decoradora. Las rejillas que hay sobre los armarios de puertas de cristal de la cocina esconden los aparatos de aire acondicionado.

Los salones están directamente comunicados con la zona de la comida y el comedor. 

En los salones y dormitorios las boiseries, las cortinas de lino 100%, el suelo de madera de roble y el color indefinido de muebles como los de la cocina dan prestancia al conjunto sin demasiada inversión económica. En estos salones, mediante el color de los muebles, las alfombras estratégicas y poco más (no hay puertas... ¿y qué?) ha conseguido diferenciar sin dividir los dos salones: uno de ocio infantil, otro más de estar.

En este primer salón, destacan la chimenea y la gran estantería. “Ambas estaban en la casa”, pero las pintamos de blanco y añadimos el espejo”, explica la interiorista.  

El segundo salón es el territorio de los niños, pero siempre compartiendo. “Los clientes me dejaron muy claro que querían espacios muy diáfanos para compartir en los que cada uno pudiera estar haciendo una actividad diferente sin molestarse unos a otros, pero estando juntos", prosigue la decoradora.

No solo el salón o los dormitorios cuentan con molduras que aortan personalidad, estilo y clasicismo. También los vanos de las puertas lucen hermosas molduras que invitan a imaginar las vidas de esta casa de corte señorial.  

“En el dormitorio escogimos la misma escala de colores que en la cocina, pero apagamos un poco el tono porque no querían un espacio demasiado oscuro”, explica Cristina Mas Mir.

Para que los propietarios pudieran ser libres a la hora de colocar sus piezas de arte, en las zonas de día el arrimadero de madera integrado en la pared se dejó solo a media altura. Sin embargo, en los dormitorios si se elevó la boiserie a lo largo de toda la pared. 

En el dormitorio infantil se hizo de nuevo uso del color a través del gran armario ropero, mientras que la calidez se encuentra mediante la estructura y ropa de la cama, la primera de madera y la segunda de tonos cálidos.  

En el baño principal, la gran preocupación de la arquitecta y decoradora, así como de los propietarios, era que el microcemento tuviera un acabado artesanal estéticamente y que fuera muy resistente. ¡Misión cumplida!

Además de a medida y de aspecto muy minimal, el baño tiene varias hornacinas hechas a medida en el microcemento que proporcionan almacenaje y evitan la necesidad de instalar demasiadas baldas y accesorios innecesarios.