Este es el piso más chic de Madrid: papel pintado, beige, madera y mezcla de estilos en una reforma de Hoc Volo

Gracia y Leticia de Amescua (a la derecha e izquierda, respectivamente), arquitecta y decoradora del Estudio Hoc Volo, son las responsables del proyecto de reforma y decoración de este piso. La reforma fue llevada a cabo junto con su madre, Gracia González Ruano, fundadora del estudio. Como explica Leticia, "Elisa buscaba un piso clásico, que tuviera ese encanto de las fincas antiguas. Y este es de 1924. Y al estar de origen, aún conservaba elementos originales".

Cierra los ojos e imagínate una caja negra y en un estado casi ruinoso. Ahora imagínate viviendo allí. "¡Ni de locos!", pensaríamos todos. Pero Elisa, la propietaria de este piso, supo ver más allá de esa oscuridad y distribución antigua e imaginó un piso moderno, orgulloso de su esencia clásica y con espacios amplios y confortables. Tras la reforma, la visión de Elisa se ha hecho realidad: ahora disfruta de un piso luminoso y con espacios amplios y confortables.

"Elisa, la propietaria, es muy esport, le gusta lo natural, lo étnico, un poco de dorado aquí, un toque moderno allá... Así que decidimos crear contraste con piezas de estilos diferentes que reflejaran su personalidad", explica Gracia. En el salón diseñaron una librería metálica sin trasera muy ligera que da un punto industrial, mientras que los sofás son actuales y las lámparas, naturales. Un mix de estilo, personal, y que funciona. 

Si en el salón domina un mix de estilos, al comedor se le buscó dar un punto más industrial y, a la vez, natural, con mucha presencia de madera, para que no resultara demasiado frío. Y si en el salón la lámpara era de fibras, aquí se optó por un diseño dorado con un punto art deco.

"El piso estaba para tirarlo todo abajo. De hecho, conservamos lo poco que pudimos y empezamos de cero", recuerda Gracia. Entre lo que salvaron de la demolición estaban las molduras del techo, la carpintería y los bellos suelos de mosaico hidráulico, elementos que delatan la historia de este piso. 

El gran reto con el que se enfrentaron fue llevar luz a toda la casa, porque este era el típico piso del barrio madrileño de Chamberí: tubular, con muchas habitaciones pequeñas, un salón mini y un pasillo interminable. "Debíamos romper con esta distribución clásica, ganar un salón amplio, evitar al máximo el pasillo y llevar la luz del salón al resto del piso. Se plantearon muchísimas propuestas, y al final mezclando una y otra salió esta distribución, con una zona de día amplia y muy luminosa que integra salón, comedor y cocina", recuerda Leticia.  

"Iba a ser el armario comodín para toda la casa, ¡qué mínimo que ponerlo bonito!", bromea Leticia. Así que se atrevieron con este original papel de hojas que le da personalidad y un extra decorativo. 

Es antigua y es la pieza más especial de toda la casa y no querían que nada compitiera con ella, por lo que apostaron por darle el máximo protagonismo. 

La cocina es blanca y discreta. "La camuflamos con la pared para no darle protagonismo. Pero nos permitimos completar la isla con una barra de madera, que liga con las maderas del salón y del comedor", resume Gracia. Y con el plus de ¡que es móvil! (la isla tiene ruedas)

Uno de los elementos más originales del piso es la barra de desayunos de madera que completa la isla, ¡que es móvil! Y es que se planificó con ruedas para moverla en caso de que fuera necesario. 

"El dormitorio lo hicimos todo de nuevo, porque donde está el baño había un pequeño vestidor. Y para que no se vieran tantas puertas juntas, el nuevo vestidor lo cerraron con cortinas de lino, que además, dan un extra de calidez", afirma Gracia. Aunque si hay un robamiradas en el dormitorio es el mural del cabecero: "A Elisa le apasiona viajar y pensamos que sería un detalle muy personal que le haría ilusión".

Donde estaba el vestidor, está ahora el baño, diseñado en suite y con un aspecto acogedor. A cada lado de la puerta se han colocado los armarios: uno con cortinas, como comentábamos, y otro de un color grisáceo, que contrasta con el tono cálido de la ropa de cama. 

"El baño es el que tiene el suelo más bonito de toda la casa. Recuperamos los mosaicos hidráulicos originales que pudimos y más nos gustaron y tras restaurarlos los colocamos en el pasillo, en la cocina y este baño. Y este es el que nos gustaba más a todas", explica Gracia. No querían que fuera moderno, sino que se adaptara al resto del piso, así que optaron por una consola que transformaron en un original mueble bajolavabo. 

El baño principal del dormitorio presume de un estilo que se ha reproducido también en el baño más pequeño de la casa. Aquí también se recuperaron los suelos hidráulicos y, al igual que en el resto del piso, se empleó un estilo ecléctico que aúna lo industrial con lo moderno y lo clásico con maestría.