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1.

Un salón de ensueño

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"Hacía tiempo que quería actualizarla, pero siempre decía que tenía que encontrar a la persona adecuada", nos cuenta Dolores, propietaria de esta casa en Barcelona desde hace casi 16 años. Y esa persona resultó ser la interiorista Elena Eyre, responsable además del diseño de muchos de los nuevos muebles.

Mesa auxiliar de La Maison con lámpara de Coton Et Bois. Mueble de hierro diseño de Elena Eyre con plantas de Jardiland y flores de Colvin. Cortinas de Angelina de Pepas.

2.

Maderas pintadas

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Cuando Dolores y su marido se instalaron aquí, ya tenían dos hijos y ella estaba embarazada del tercero. Hoy, que la cuarta y más pequeña ya tiene 13 años, por fin ha podido ponerse con el cambio decorativo pendiente. "Entonces no tenía tiempo para reformar, pero no me identificaba con el color de las paredes, había mucha madera oscura".

Frente al piano, escritorio heredado y restaurado, silla de Coton Et Bois. Cojín, lámpara y cuadro de Sacum. Flores de Colvin. Elena Eyre pintó la trasera del mueble original de verde y el frontal de gris y añadió baldas de roble.

3.

Escala de grises

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"Había una buena base, como las boiseries y librerías del salón, pero eran de un nogal muy oscuro", cuenta Elena Eyre. Apostó por pintarlas de gris y éste se convirtió en el hilo conductor de toda la casa: las paredes, las puertas e incluso algunos muebles antiguos se han iluminado e igualado en este tono.

Sofás de Gómez Del Pulgar, mesa de Coton Et Bois, alfombras de Papiol, butaca de Deteca Barcelona y cuadros botánicos de Conchita Plasencia. Cojines de La Maison y Sacum.       

4.

Comedor atemporal

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La decoradora diseñó aquí dos altísimos armarios que guardan la vajilla separados por esa estructura de tarima, con una balda y cajones. "El comedor es mi lugar favorito", confiesa Dolores, "porque proporciona intimidad sin aislar".

Mesa de herencia y restaurada, sillas de Little House. Lámparas de Other Lamps.

5.

Continuidad e intimidad

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Elena puso una tela de lino gris entre los cristales de las puertas correderas: un cerramiento poético y funcional.

Flores de Colvin. Mantel, platos y ensaladera de Conchita Plasencia. Individuales de Sacum.

6.

Visto y no visto (I)

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“Aunque pequeña, la habitación de las niñas tiene un armario empotrado y dos escritorios, además de unas literas muy prácticas”.

Literas de Nou Paris, ropa de cama de y guirnaldas de Filocolore. Escritorios de Ikea. Sillas de Coton Et Bois. Lámparas de Sacum.

7.

Visto y no visto (II)

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Aunque estamos en un tercer piso, la casa tiene acceso a un pequeño jardín privado en la comunidad al que se accede por esta terraza. Cuando las literas están cerradas los invitados pueden pasar por la habitación sin invadir la intimidad de las inquilinas.

8.

Sueños cultos

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“Todos en la casa, pero sobre todo el padre, son grandes lectores, así que en el dormitorio repintamos una vitrina de herencia y la convertimos en biblioteca. Además, el cabecero Malm de Ikea también permite guardar libros sin ocupar espacio”, cuenta la decoradora.

9.

Un toque artesano

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En el dormitorio principal, "la pared tras el cabecero es de papel pintado en el mismo gris que las paredes para un toque cálido", nos aclara la decoradora Elena Eyre, diseñadora también de varios muebles de la casa. 

Cabecero de Ikea, butaca de Deteca, ropa de cama de Filocolore, cuadros de Sacum y Conchita Plasencia.

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Una idea genial

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El cabecero forma una "L" cuyos brazos ejercen uno de respaldo mientras se está leyendo en la cama y el otro de soporte en el que apoyar libros y cuadros. Debajo y en cada extremo, sendos carros con baldas en las que guardar cosas. Lamentablemente, este modelo de cabecero, de la serie Malm de Ikea, ya no se vende en España. Solo queda la opción de encontrarlo en segunda mano o hacerte uno a medida.

Ahora que sus cuatro hijos son mayores, Dolores y su marido han podido por fin dar a la casa familiar de Barcelona el cambio que llevaban años deseando. Se decidieron cuando conocieron a la interiorista Elena Eyre, con quien la propietaria se sintió en sintonía nada más conocerla.

¿Su apuesta? Pintar muchos de los muebles de oscuro nogal de gris. "Lo único que puse en contraste fue el techo, de blanco, para dar más luz", explica Eyre. Si te fijas, verás que el techo tiene truco: "dejamos un foseado que en algunos puntos se ilumina con tira led". Aunque asumió que los clientes querían una mínima intervención, tuvo que convencerles de ir un paso más allá.

"No pensábamos cambiar el suelo, pero Elena nos convenció y fue un acierto". Sobre el estropeado parqué original, hay ahora una tarima que imita al roble, la misma en toda la casa e incluso "la hice subir por la pared del comedor", prosigue la decoradora.

¿Otro detalle para alucinar? “Con unas puertas correderas que llevan lino en el interior de los cristales es posible separar el salón del comedor, algo que se hacía antiguamente y que aún tiene sentido si quieres crear, por ejemplo, una sala de estudio en la mesa del comedor", se despide la decoradora.