Un sueño rústico: caerás rendida ante esta cabaña de madera con toques verdes en los Pirineos

Si tu sueño es tener una casita de montaña, sigue leyendo... ¡Bajo tu responsabilidad! Porque la inspiración está tan asegurada como la envidia. Sus nuevos (y muy afortunados propietarios) consiguieron hacerse no solo con una ‘torrecita’ (una construcción antigua, típica de la zona de La Cerdaña, con muros de piedra y techo de pizarra), sino que además su anterior propietaria había sido una decoradora, así que la calidad de los materiales, el estilo y la distribución eran mucho más que correctos.

SOFÁS Y MESA DE CENTRO, EN CADO. ALFOMBRA, DE CALMA HOUSE.

Una entrada en la que dejar los aperos de esquiar y todo el barro, así es el recibidor de esta cabaña en la Cerdaña, rehabilitada por Jeanette Trensig, de Cado Interiors, quien explica: “Cubrí toda la entrada con un papel de pelo de potro, muy cálido y acogedor, en color verde caqui oscuro”, explica Jeanette.

Jeanette Trensig, de Cado Interiors, la interiorista encargada del lavado de cara que actualizaría la cabaña, decidió conservar el estiloso estado original, iluminándolo. "Había madera de marrón intenso por todas partes: techo, paredes, muebles, etcétera. El resultado era muy apagado y oscuro en una casa que de por sí tampoco es que tenga mucha luz, así que lo que hicimos fue aclarar, aprovechando muchos muebles de los que ya había", prosigue la interiorista.

En el salón la mayor parte del esfuerzo se dedicó a trabajar la madera. “Todo estaba cubierto de un pino tan tratado que resultaba oscuro, pesado, así que lijamos y barnizamos el techo, pero dejamos alrededor de la chimenea vigas claritas verticales y horizontales decapadas en blanco roto”, nos cuenta Jeanette Trensig.

Le dieron el mismo tratamiento al panel de madera de la chimenea y a la preciosa vitrina que ya se encontraba en la casa. “Puse nuevos cojines, textiles y sofás, que también ayudaron a iluminar”, continúa Trensig.

Era importante, en el proceso de pérdida de peso visual que iba a vivir la casa, seguir transmitiendo calidez, por ello los cambios fueron sutiles, pero estratégicos: Un gran ejemplo son las cortinas de lino blanco, un material y un tono ligeros y frescos. O las nuevas sillas y la mesa del comedor, piezas realizadas en Cado en una paleta más clara y luminosa. 

La cocina, que es la original de la casa, pero renovada con un poético verde oliva (otra de las aportaciones de la interiorista), es un homenaje a las antiguas cocina rústicas o de granjas con muebles de madera y una enorme campana extractora de obra, pura tendencia.

Para renovar la cocina, la interiorista apostó por un tono verde oliva con el que impregnó los muebles, las ventanas y las puertas de madera con cuarterones que las separan del salón, pero permiten el paso de la luz.

“Dejamos el suelo original de madera en toda la casa, pero en baños y cocina lo cubrimos de microcemento verdoso, que ilumina sin que se note”, prosigue la decoradora.

“Excepto los techos, tratamos toda la madera con un suave tono piedra verdoso”, explica la interiorista sobre cómo ha renovado e iluminado el acogedor dormitorio.

Aunque de origen ya era bastante mona, resultaba algo sombría. “Era bonito y acogedor, con muebles y materiales de calidad, pero se te caía todo encima porque era muy oscuro”, recuerda la interiorista. En esta parte del dormitorio, se colocaron unos sofás de lino beige que beben de la luz que entra por los ventanales para da más luz a la estancia. 

Al abuhardillado dormitorio principal no le falta de nada: hay desde una minicocina y un baño hasta una biblioteca y un escritorio.

Las paredes se pintaron de visón clarito, con excepción de las de piedra, que restauraron para subrayar su importancia. Como dijo Yves Saint Laurent, "las modas pasan, el estilo es eterno".

En el baño, también con unas madera muy oscuras, se instaló una ventana de techo, que se ayuda de los azulejos blancos para llenarlo de luz. ¿Otros elementos que ayudan? El ligero mueble de obra y el gran espejo que ocupa toda la pared.