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Una casa con enchufe

Teresa, dueña de la tienda Tessa&C, una tienda barcelonesa en el mercado vintage y de antigüedades Mercantic, buscaba con su familia en Sitges una casa para disfrutar del aire libre. Aquí encontró una vivienda que cuenta con un gran tesoro: el patio. En el porche, butacas de mimbre y mesa de Tessa&Co. Cojines de Cado.

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La parte favorita de Teresa Con su gran mesa recuperada, una de las piezas estrella de la vivienda.

"Me encanta el estilo provenzal, así que también me inspiré en ella para el porche, con la paja, la madera, la grava, y la cestería”. Sillas de mimbre en dos colores, mesa de pino recuperada y lámparas de yute de Tessa&Co. Antonio Sánchez Olmos hizo la estructura de madera.

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¡Qué fresquita!

Para conseguir frescura, “pintamos la casa de blanco, así obteníamos un aire ligero, veraniego”. Los muebles de madera y las alfombras de tejidos naturales dan el punto de relax. No fue necesaria una reforma, aunque sí le hicieron un lavado de cara para adaptar la vivienda a lo que deseaban. 

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¡Más luz!

Un espejo nunca está de más para ganar claridad. La consola fue restaurada por Tessa&Co y el espejo es de Velafusta.

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Un lavado de cara

“Pusimos el parqué nuevo, hicimos el porche, los suelos, pintamos, y yo me ocupé de toda la decoración”, comenta la propietaria. En el salón, el cojín verde es de Filocolore. La mesa auxiliar gris y las lámparas proceden de Tessa&Co. Bol de madera, de Velafusta.

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Al natural

 En la casa están presentes materiales naturales, maderas claras recuperadas, bambú, mimbre, telas y colores suaves… ¡Viva la serenidad! La mesa y la butaca son de Tessa&Co. Los sofás son de Ikea y los cojines, de Cado. Alfombra de Gra y espejo de Velafusta.

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¡Dale vida a ese rincón!

Teresa lo consiguió con fotos familiares y lo personalizó con una banqueta y un farolillo en blanco. Banco de madera y alfombra redonda de fibra natural, de Tessa&Co. Cojines de Cado y Filocolore.

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El dormitorio principal: made in Teresa ¡Que espacioso es!

El cabecero, de madera decapada y pintada en verde, lo hizo la propia Teresa. En la pared, una puerta antigua, adquirida en Mercantic, hace de perchero y decora. Edredón de Tessa&Co y plaid de Filocolore.

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Junto a la cama

 Cualquier rincón es bueno para almacenar. Como ese perchero para colgar sombreros y bolsos, que además de práctico es muy chic. Mesilla de noche de Tessa&Co, como el espejo, la lámpara y la alfombra de fibra. Taza de Velafusta. Cojines de lino de Tessa&Co,

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Pequeño dormitorio en tonos pastel claro y sombreros y guirnalda como decoración_00436803

Piezas recuperadas “Todas las maderas de la casa son piezas recuperadas, decapadas por mí”, cuenta Teresa, que cada poco trae cosas de su tienda piezas que la van inspirando (atención a la ventana-cuadro en el cuarto de su hija).Cama realizada por Antonio Sánchez Olmos y ropa de cama de Filocolore. La ventana decorativa fue adquirida en Mercantic.

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¡Qué práctico!

El cabecero de su hija es también una pequeña librería. Aprovecha espacio y las lecturas siempre están a mano.

Cuando somos niños, envidiamos a los heladeros: “¡La de helados que se comerán!”, nos decimos, fascinados. Ahora que somos mayores, una parte de nosotros codicia (tal vez en secreto) la suerte de gente como Teresa: una vida rodeada de objetos bonitos. Su cotidianidad la pasa entre muebles recuperados, telas que enamoran, detalles rescatados. Teresa es la dueña de Tessa&Co, una tienda barcelonesa en el mercado vintage y de antigüedades Mercantic. Es decir, tiene todo lo que soñamos al alcance de sus dedos. “Cuando encuentro piezas recuperadas o telas antiguas que me fascinan, me las quedo algunas veces y otras informo a clientas”, nos sopla. Eso es tener un ‘enchufe’ de los que nos gustan (“voy renovando mi casa con piezas que voy adquiriendo”, confiesa).

Teresa ha veraneado toda su vida en Sitges, y el año pasado ella y su familia se animaron a buscar casa ahí. “Nuestro objetivo era una casa con jardín, para poder disfrutar del aire libre”, cuenta. Encontraron esta propiedad, “pequeñita”, de unos 120 metros, pero con un maravilloso tesoro: el patio, de otros 100 metros, al que han sacado el máximo partido, con un porche que la propia Teresa cubrió con pajita, “para dar sombra y a la vez luminosidad”. El suelo lo pusieron ellos, es de madera de pino, y junto con la grava (que también pusieron ellos) consigue un contraste muy playero. A su lado, unas sencillas cortinas blancas recuerdan la inspiración de Teresa para toda la casa: “Fue el verano. Deseaba una casa muy veraniega, fresquita, que inspirara ganas de vacaciones, descanso”.

Pasando al interior, la casa está pintada de blanco y está llena de materiales naturales, maderas recuperadas y piezas únicas que Teresa trae de la tienda o el mercado. Como la ventana-cuadro de la habitación de su hija. De la casa a la tienda, su vida entre cosas bonitas continúa. ¡Qué suerte de ‘enchufe’!

Las claves de un porche que nos enamora

  1. Techo de caña. Teresa cubrió techo y paredes con cañizo, “para dar sombra sin perder luz”. Y eligió unas lámparas de yute, para dar el aire rústico definitivo al porche.
  2. Suelo de madera. El comedor, sobre una tarima de pino y la zona de estar, con grava. ¿Su fuente de inspiración? La Provenza.
  3. Una gran mesa. Tenía que ser grande, para poder compartirla con los amigos y la familia. Teresa la recuperó ella misma y colgó unas cortinas blancas para resguardarla en las horas de más sol y darle un toque fresquito.