Una casita en el Pirineo forrada de madera y súper acogedora: el sueño para un invierno perfecto

Esta casa de madera está en el Pirineo, en el Valle de Arán. "Es una casa que tiene el encanto de la montaña, pero con pinceladas de actualidad", nos explica la interiorista Carmen Caubet, autora de una reforma de los pies a la cabeza. La vivienda es la segunda residencia de una familia, que disfruta de un invierno cálido y acogedor gracias a estancias como la zona de estar, con una gran chimenea y sofás y textiles que invitan a tardes interminables de sofá y manta.

La casa es la segunda residencia de una familia, que la disfruta especialmente. "Lo tiramos todo. Ahora, la primera visión al entrar es de un espacio grande, con una chimenea en madera recuperada diseñada a medida. Para conseguir este gran espacio grande, que te abriga con su madera, pero que también tiene un look moderno, eliminamos dos pilares que sujetaban las vigas. Así conseguimos más amplitud en la zona de estar. En ella te encuentras con un gran sofá con chaise longue que permite disfrutar junto a la chimenea", comenta Carmen.

Una de las zonas que más llaman la atención es la de la chimenea, que mezcla lo rústico de la madera con lo moderno, tanto de la forma en la que está hecha como de los materiales.

En el comedor, la mesa fue realizada con una lama de un tronco de 2,50 metros. Las sillas tienen brazos tapizados en piel y una estructura de hierro, para mantener la idea de contraste entre lo rústico y lo industrial. Y las lámparas añaden calidez al ambiente, ya que dejan pasar la luz entre las maderas.

Una de sus grandes apuestas fue la madera y el tono claro que la interiorista ha buscado, junto con la mezcla con elementos industriales de hierro. "Lo primero fue aclarar el tono de la madera con chorro de arena para quitar el barniz de techos, puertas y ventanas. Con esto ganamos más luz", cuenta Carmen Caubet.

La cocina también fue hecha completamente a medida. Es de madera de roble macizo, con una campana realizada en hierro y una encimera negra, con ese juego madera y negro que ha buscado la interiorista. "La mezcla de estos dos tonos, negro y madera clara, es mágica, me encanta", apunta. "Pusimos una pequeña barra en madera para separar la cocina de la zona de comedor, con dos taburetes para poder estar de tertulia mientras cocinas", añade.

Aquí el original cabecero, con madera y piel de vaca, y las mesitas a juego fueron diseñados por Carmen y hechos por un carpintero. Toda la madera empleada en la casa es de roble, con diferentes anchos. "El proyecto se realizó en mi estudio y toda la reforma fue realizada por José María Torres, incluida toda la carpintería", explica la interiorista.

Subimos hasta la planta alta, abuhardillada, y nos sentimos aun más arropados por las maderas, las lanas y las pieles suaves.

"Queda abierto, la bañera está a los pies de la cama, y es que a la propietaria le encanta tomarse un baño relajadamente. ¡Qué mejor que hacerlo bajo estas vigas! Para ganar amplitud no hicimos ninguna separación con el dormitorio", cuenta Carmen. El mueble bajolavabo es todo un ejemplo de aprovechamiento del espacio, con sus cajones y su toallero extraíble.