Casas con alma: fue un castillo medieval y ahora es una casa de revista

Si tu sueño infantil (o no tan infantil) siempre fue vivir en un palacio, esta casa te va a maravillar tanto como a nosotras y a la propia interiorista responsable de reformarla, Blanca Tey de Salvador.

Blanca supo de inmediato la clave de la reforma de esta vivienda, ubicada en lo que fueron los lavaderos del castillo de Sant Mori, en Girona: la mejor forma de conseguir espectacularidad era dejar que la construcción hablara. A salvo de miradas de curiosos, se ubica en una fortaleza medieval increíblemente bien conservada.

Nada más entrar, ya notamos esa ‘alma’ antigua que fluye y deja su encanto. “Decidimos abrir una de las paredes del salón y poner cristal, y así se ve al fondo una fuente en la muralla”, nos cuenta Blanca. “Además de ser una vista romántica, también conseguimos que entrara mucha luz”, añade la interiorista.

La interiorista hizo replicar las puertas balconeras de arco de medio punto en madera y mantuvo el tejado del porche original para proteger el comedor exterior: “Así se disfruta el exterior aunque llueva y el salón se llena de luz”, prosigue. La biblioteca también tiene su protagonismo: “Es de madera maciza lacada en el color que tiene el trigo después de la siega. Es un tono que te conecta mucho con la tierra”, nos explica Blanca. El comedor nos impresiona con su doble altura, su lámpara de araña y su chimenea original. “Para rehabilitarla contamos con unas restauradoras de arte. Fue muy minucioso”, cuenta Blanca.

En la cocina, el suelo de toba recibió un tratamiento especial para conservarlo y los fogones no se pusieron en el centro, sino a un lado, para poder colocar una campana extractora que solo desciende cuando se está cocinando.

¿Una idea única en la cocina? “Para filtrar la luz del sol, queríamos una cortina de mimbre que no cubriera toda la ventana, que es preciosa, así que disené una que queda solo en el centro y que estácolgada
fuera para que no se llene de grasa”, relata.

Seguimos con nuestro recorrido y Blanca nos comenta: “Siempre que puedo elimino los pasillos, son una pérdida de espacio y luz” y así –sin pasillos– llegamos al dormitorio, donde diseñó un vestidor súper femenino con puertas enteladas y sin cristal, y una cómoda que sirve de cabecero y separa el espacio.

“Al otro lado del dormitorio pusimos el baño, hecho con un microcemento que diseñamos con pigmentos en tono trigo, como toda la casa”. Y es que los lavaderos del castillo ahora evocan las sensaciones de un palacio.

En toda la vivienda, Blanca se aseguró de que el acceso al jardín medieval fuera lo más sencillo posible. Por ejemplo, incluso en el propio el dormitorio (con el característico suelo de barro de toda la casa) tiene una puerta balconera que es tan práctica como estética.

En el agradable porche, nos espera una mesa que se compró en un mercadillo marroquí, Las sillas son el modelo Robert, de India & Pacific. Las plantas de toda la casa son de Bossvi Deco.