La casa del pantano de Madrid: luminosa, elegante y acogedora para los mejores días en familia

Cuando los propietarios de esta casa decidieron construirla en un terreno que poseían a las afueras de Madrid, sabían que el proyecto no iba a ser fácil. La parcela estaba en la ladera de una montaña y tenía una marcada pendiente que podía poner en un aprieto a cualquier arquitecto.

Sin embargo, Jacobo Lladó se tomó el encargo como un reto. No hay más que entrar en la casa para darse cuenta de que lo consiguió, porque logró exactamente lo que querían los dueños, una casa amplia, moderna y llena de luz.

“La casa está planteada para adaptarse al desnivel del terreno y aprovechar sus particularidades. Los espacios son amplios y luminosos. El salón es de doble altura y los grandes ventanales inundan la casa de luz natural”, nos explica el arquitecto. ¿Cuáles fueron las peticiones de los propietarios? Querían una casa muy cómoda y acogedora, porque pasan en ella los fines de semana relajándose y disfrutando en familia o con amigos. Tienen cuatro hijos y deseaban que cada uno pudiese contar con un espacio propio. Además, les apetecía un rincón cómodo al aire libre y en el jardín diseñaron una amplia zona de relax bajo un porche frondoso.

En el interior también disponen de rincones para estar en familia y descansar. El salón es enorme y muy cómodo, apto para toda la familia. E incorpora una gran librería que haría las delicias de los más ávidos lectores.

Para decorar esta gran casa contaron con la ayuda de la decoradora Emma Arenzana. “Apostamos por un estilo que combina toques campestres con otros más urbanos en un conjunto equilibrado. Dominan los materiales tradicionales, las texturas naturales y los colores neutros que aportan calidez y, además, resultan atemporales. Las paredes son blancas y el suelo de la planta baja es de piedra caliza. ¿El objetivo? Una casa que perdurase en el tiempo, que no estuviese creada al dictado de las modas, sino que tuviese una base decorativa duradera”, nos explica. ¡Misión cumplida! 

El comedor es muy acogedor, gracias a la mesa rústica y las sillas blancas con vichy. También es una estancia con muchísima luz natural y una gran lámpara encima de la gran mesa.

Para la cocina, escogieron un look con líneas rectas y actuales, con acabados marrones y en acero inoxidable y azulejos blancos. Todo junto crea una acogedora atmósfera moderna.

Ese mobiliario de líneas rectas y look actual contrasta con la mesa del office, redonda y más clásica, con unas sillas de diseño. "Pusimos papel pintado para crear una atmósfera más cálida. La combinación de tonos en blanco y negro resulta, además, muy serena", explica Arenzana.

Llegamos al dormitorio y vemos que continúa el mismo esquema decorativo, atemporal y confortable, con una combinación infalible: cabecero tapizado en un tono neutro y banqueta a pie de cama con un estampado de rayas. Y es que la clave siempre es usar la misma paleta de color. Otra, los suelos de madera de roble, que son del mismo tono de las puertas, diseñadas por la decoradora. ¿El resultado final? El sentimiento de refugio especial y moderno que querían los propietarios.

El baño también desprende un look moderno, con una amplia superficie y dos lavabos. Todo está compuesto en blancos y marrones, con espacios bien delimitados.