El piso más pequeño, el más grande y el más estiloso de El Mueble

Con apenas 40 m² este ejemplo es uno de los pisos más pequeños publicados en El Mueble. En la planta de abajo se ubicó la zona social abierta donde recibidor, salón, comedor y cocina comparten espacio. Destaca la estantería de suelo a techo ideada por la interiorista Gema Ospital de la que sale la barra de desayunos convertida en un mini comedor muy bien aprovechado. ¿Quieres ver el resto?

Decorar el salón con las piezas básicas es el objetivo de los pisos pequeños. Un sofá con chaiselongue es la clave de este salón que, aunque pequeño, tiene los elementos justos: cómodos asientos, mesa de centro, lámpara de pie y alfombra. Lo suficiente para hacerlo súper acogedor. Y además, es luminoso gracias a una coqueta terraza.

La escalera por la que se accede a la planta superior es también protagonista en este piso. Ya verás más adelante por qué. La cocina blanca se distribuyó en forma de U con la zona de cocción al fondo, y el fregadero y la encimera en un lateral. La interiorista Gema Ospital alargó la isla para que pudiera ser utilizada también como office gracias a unos taburetes altos. En ella caben ¡hasta 4 personas!

¡Y aquí viene la sorpresa! Mira cómo la interiorista se las ingenió para lograr espacio de almacenaje en la cocina. La propia estructura de la escalera sirve como estantes a medida donde ocultar desde la nevera panelada hasta la vajilla o un práctico botellero. ¿No te parece una idea fantástica?

En la planta alta de este mini dúplex se ubicó el dormitorio y el baño en suite. Para que este último contara con más espacio, Gema Ospital decidió trasladar el lavabo a la habitación donde queda perfectamente integrado como un mueble más por su acabado en blanco. La puerta corredera del armario ropero aprovecha también el espacio. ¿Te ha gustado este mini piso pensado al milímetro?

Este piso tuvo mucho éxito entre vosotras por su amplitud y su espectacular cocina. El largo pasillo de la entrada ya anticipa que estamos ante uno de esos pisos de dimensiones generosas que sobrepasan los 100 m², típicos de los años 60. Suelos de madera, radiadores de hierro y molduras en las paredes le otorgan ese aire palaciego a esta súper casa que ¡tiene los salones a pares! Este primero con sofá azul se ubicó en torno a la chimenea. La mesa de madera maciza, los cuadros abstractos y los pufs dorados le dan un toque de modernidad.

La antigua boiserie flanqueando la chimenea renace ahora luminosa, gracias al acabado blanco que la interiorista Cristina Mas Mir ha dado a las estanterías. Y como toque de gracia, un espejo sin perfil sobre la repisa multiplica los metros y la luz. Al fondo, se ve el segundo salón enfocado más para el entretenimiento. Entre ambas zonas de estar no hay puertas con lo que se facilita la libre circulación de la luz y de las personas.

Los espacios excesivamente compartimentados de esta casa antigua han dado paso a una única sala diáfana donde el primer salón comparte metros con el comedor y la cocina. ¿Te has fijado en el banco? No solo su respaldo forma parte de la isla sino que bajo la colchoneta, oculta un generoso vajillero. ¡Así todo está organizado! 

Esta maxi cocina que tanto os gustó se prolonga por toda la pared y la contigua, en forma de L, de tal forma que la zona de aguas y cocción no se ven desde el comedor. Lo que más destaca es el color gris suave con el que Cristina Mas Mir ha lacado el mobiliario de DM, a juego con la isla y el banco. Una buena manera de darle continuidad.

Hay colores que invitan al descanso. Por eso la interiorista Cristina Mas Mir decidió pintar el dormitorio principal en un tono verde grisáceo que lo llena de sosiego. Un banco a los pies tapizado hace juego con el cabecero blanco. Los textiles y la butaca en mostaza dinamizan el espacio. 

Las habitaciones infantiles, además de zona de descanso y almacenamiento, deben de contar con un área lúdica y despejada donde jugar a placer. Como esta. Fíjate en los armarios. Se han pintado en un tono gris verdoso que recuerda al de la cocina. Una vez más, Cristina Mas Mir ha utilizado el color como hilo conductor en todo el piso.

¡Menudo lavado de cara se le ha hecho al cuarto de baño principal! Cualquiera diría ahora que pertenecía a una casa antigua. Los revestimientos en suelo y pared de microcemento lo han traído a la actualidad. De nuevo el color gris marca el paso. Cristina ha ideado un muro que separa el lavabo de la ducha. Esta se ha diseñado con hornacinas a modo de estantes. La calidez lo aportan el mueble de lavabo en madera y los textiles.

En los pisos construidos en los años 70 se le daba poca importancia a la luminosidad. Pecado mortal para una buena interiorista. Remediar ese hándicap fue el primer paso de este piso de 70 m² reformado por la interiorista Lucía Mariñas del que es propietaria. El salón luminoso con paredes adornadas con molduras se ha amueblado en neutro y se ha dinamizado con textiles en tonos terrosos. La mesa de centro transparente aligera el espacio.

Lucía a veces trabaja en casa con lo que un escritorio le venía de perlas. Lo ubicó frente al salón, así recogía toda esa luz. ¡Ojo con las paredes! La del fondo la reservó para almacenamiento con unos grandes armarios panelados de suelo a techo que se mimetizan y apenas se notan: ideal para guardar todos sus archivadores. Y en el tabique que da a la cocina, se le ocurrió colocar un cristal, a modo de ventana, para que la luz natural llegue a esa zona de la cocina. Simplemente, perfecto.

El comedor se ubicó frente a la cocina. Un medio tabique lo separa del salón. En realidad, por él discurren las tuberías bajantes de la calefacción de las viviendas de la comunidad, con lo que era imposible derribarlo. Lucía aprovechó para colocar aquí una chimenea de bioetanol que cuando no funciona, decora con velas. El armario de la pared sirve de almacenamiento extra mientras que la parte inferior oculta los radiadores. ¿No te parece una idea discreta y llena de estilo? 

¿Te gustan las cocinas blancas? Esta te va a encantar, con muebles sin tiradores y detalles dorados que la suben de nivel. Va rematada a un lado por un mueble de madera y un banco que ocultan una sorpresa. ¿Quieres descubrirla? Sigue leyendo. 

¡Tachánnnnn! Aquí está la sorpresa. Un office que queda semi oculto y para que no esté tan oscuro, la luz natural se cuela por la ventana abierta en el escritorio. La mesa y las sillas son todo un icono del diseño. Una zona ideal para improvisar cenas más íntimas. ¿Crees que el banco tiene almacenaje en su interior? ¡Bingo! Sí, lo tiene.

Superficie para trabajar práctica y barra de desayunos lujosa gracias a su acabado marmóleo. Así es esta península de la cocina. La puerta que se divisa al fondo comunica con el cuarto de lavado y planchado, alejado de miradas indiscretas.

En el dormitorio principal, el protagonista es el cabecero terracota, un diseño de la interiorista. Inspirado en los años 50, da calidez y un extra de estilo a la estancia.  A los pies de la cama, Lucía ubicó un banco descalzador de diseño ligero.

Tonos suaves y paredes forradas de papel botánico hacen que el dormitorio infantil sea tierno y delicado. Unos estantes especieros de Ikea han servido aquí como prácticas estanterías a la altura del bebé.

El baño se ha amueblado en blanco dando máxima importancia al almacenaje. En el rincón, Lucía ha creado un armario donde guardar toallas. ¿Qué tiene de estiloso este baño? Su peculiar espejo en esquina que multiplica la luz y el espacio, los muebles sin tiradores, la grifería empotrada y el impecable orden que reina en la estancia.