Más metros y luz. Son batallas de sobra conocidas para Natalia Zubizarreta en los pisos pequeños. Eliminando el pasillo que encerraba el salón, ganó la primera. Y la luz quedó a salvo potenciando los ventanales y el blanco absoluto. Ahora tocaba darle carácter a un piso muy convencional. ¿Entramos?

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1.

Un salón muy espacioso y luminoso

Salón con sofá blanco, mesa de centro negra y textiles negros y verdes.

Salón con sofá de Tapidisenny, la mesa de centro, las auxiliares y las lámparas se compraron en Habel Monpas.

El Mueble / Felipe Scheffel

Más espacio tirando el pasillo que limitaba el salón, más luz al abrir al máximo los ventanales y todavía más luminosidad con un blanco absolutista en paredes y sofá. Fue el propósito de la interiorista Natalia Zubizarreta en esta reforma. Una alfombra clara y sobredimensionada ayuda también a multiplicar la luz.

2.

Una librería con gran capacidad

Salón con estantería de obra.

Salón con cortinas de Tapicería Toral. Butaca antigua con tela de Hanbel Monpas.

El Mueble / Felipe Scheffel

La librería es la gran pieza de este salón, pero Natalia Zubizarreta consiguió que no ganara peso visual: simétrica, de pladur, lacada, sin tiradores... Incluso las luces se integran. ¿Y te has fijado cómo se han colocado los libros? Así queda todo del mismo tono. A la propietaria le transmite mucha paz, ¿tú te atreverías? 

3.

Crear estilo jugando a los opuestos

Sofá blanco con cojines verdes y negros.

Sofá con cojines y plaid de La Maison.

El Mueble / Felipe Scheffel

"Con una base blanca de partida, jugamos a las parejas antagónicas de colores, estilos y materiales: blanco y negro, industrial y vintage, dorado y cromado...". Así resume el estilo decorativo de esta casa Natalia Zubizarreta. 

4.

Colores vivos para dar caráter

Butaca gris con plaid verde.

Butaca tapizada con tela de Hanbel.

El Mueble / Felipe Scheffel

La butaca se recuperó, retapizándola. Para crear contraste se tapizó en un tejido gris cálido y se decoró con un cojín en blanco y negro. Para darle viveza, el resto de textiles se eligieron en verde. 

5.

Enseñar las vigas: un toque industrial

Recibidor abierto al salón con mueble antiguo.

Lámpara y cuadro de Hanbel Monpas. Suelo laminado de Distiplas Floors. Aplique de Artemide.

El Mueble / Felipe Scheffel

Y al alcance todo el mundo. No tiene más misterio que quitar el yeso de las vigas y barnizarlas. Sin más. ¿No parece increíble poder descubrir algo tan especial? Y le da una gran personalidad con bien poco. Fíjate que también se realizó lo mismo con un pilar que hay junto a la vitrina.

6.

Dos piezas que marcan el carácter

Salón con acceso al pasillo con suelos de madera y vigas de hormigón.

Pasillo con parador antiguo, pufs de Aramara, alfombra Trikot de KP, lámparas y cuadros de Hanbel Monpas.

El Mueble / Felipe Scheffel

Los metros no daban para mucho más, pero sí para dos piezas muy especiales, que destacaran y subieran el nivel decorativo: una pieza antigua y una moderna, una de líneas completamente rectas y la otra con madera muy trabajado y curvada. 

7.

Una vitrina que inspira ¡y mucho!

Vitrina moderna de madera colocada en un pasillo.

Pasillo con vitrina de Hanbel Monpas y bandejas de Muy Mucho.

El Mueble / Felipe Scheffel

Este mueble se ganó este lugar privilegiado antes de empezar las obras. Les encantó esta versión tan especial y ligera de una alacena que permite lucir perfectamente la vajilla. Y es clave, además, porque inspira los tonos contraste de la cocina en: encimera, suelo y papel vinílico.

8.

Un piso con carácter

Pasillo blanco con vigas de hormigón.

Pasillo blanco con vigas de hormigón.

El Mueble / Felipe Scheffel

La idea favorita de la interiorista fue destapar las vigas de hormigón. Así sacó carácter a un piso de estructura muy convencional. Una solución digna de ser copiada.

9.

Abrir una ventana hacia el pasillo

Cocina blanca con papel pintado efecto textil y ventana con acceso al pasillo.

Cocina con mobiliario de Santos distribuido por Chiquisarón, encimera de Neolith, suelo de Grespania, papel vinílico de Elitis y aplique de Artemide.

El Mueble / Felipe Scheffel

No solo la ventana es de cuarterones, también lo es la puerta. Así se consigue la sensación de cocina abierta, amplia y luminosa. Y así se consigue también ver la vitrina desde la cocina. 

Una de las claves de este piso fue elegir muy bien unas pocas piezas: el mueble del recibidor impuso después su color en la cocina. Aparece en el suelo, la encimera y el papel vinílico, entre todos resaltan los muebles blancos. "Poner papel puede parecer arriesgado, pero queda muy lejos de las zonas, fuegos y aguas. ¡Y le da tanta calidez!", aclara Natalia.

10.

Cómo ganar un espacio para el office

Office con mesa junto a la ventana y vestida con mantel verde y sillas de madera.

Office con mesa y sillas de Ikea, lámpara de Louis Poulsen y cortinas de Toral Decoración.

El Mueble / Felipe Scheffel

"Poder cocinar y comer cómodamente en la cocina", eso sí era esencial para la propietaria y fue un verdadero reto para Natalia. Incorporando el lavadero y arañando 60 cm al salón consiguió que la mesa del office se ganara su sitio. Y de rebote, ¡hasta Tacha, la perra, encontró su espacio en la cocina!

11.

Una cocina con espacio

Cocina con muebles blancos y papel vinílico.

Detalle de cocina con muebles blancos, estantes de madera y papel vinílico.

El Mueble / Felipe Scheffel

La cocina era muy importante para propietaria, tanto como el salón, porque le gusta mucho cocinar e invitar a comer, así que necesitaron ganar espacio para poner una mesa amplia y para almacenar todos sus gadgets.

12.

Un espejo hasta el techo

Baño con revestimiento marmolado y mueble de madera.

Baño con mueble de Affinibath, lavamanos de Bathco, grifería de Roca y foco modelo Vulcano de Onok.

El Mueble / Felipe Scheffel

Así se gana sensación de altura y espacio. Para ahorrarlo, las griferías están encastradas en la pared que se recubre con el mismo porcelánico que hemos visto en la cocina. Claro que aquí sus vetas lucen mucho más.

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Un gran zapatero en el pasillo

Dormitorio con armario blanco abierto al pasillo con zapatero.

Armario y zapatero, diseñados por Natalia Zubizarreta y realizados en DM sacado por Chiquisarón. Cuadro de cuadro Thai Natura, farol y figura de madera de Zara Home.

El Mueble / Felipe Scheffel

"Hicimos ingeniería para tener el armario más grande posible y un zapatero estrecho en el pasillo. Con el mismo acabado que la librería y con solo 28 cm de fondo caben dos zapatos en cada balda", nos explica Natalia.

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Molduras que enmarcan sutilmente

Dormitorio con cabecero de lino, apliques negros y banco a los pies de la cama.

Dormitorio con cabecero de lino, de Tapicería Toral, aplique de House Doctor, mesillas y banqueta de Vital Home.

El Mueble / Felipe Scheffel

Un simple detalle de toque clásico que enriquece el estilo del dormitorio y que multiplica el contraste con el aplique de hierro. Este recurso también se usó en el salón. Si te lo has perdido regresa a la foto del aparador, verás que está enmarcado con ellas.

15.

Calidez gracias a la madera

Dormitorio con mesilla de noche de madera con uñeros.

Dormitorio con mesita de noche y aplique, en Vical Home.

El Mueble / Felipe Scheffel

El estilo clásico de las molduras y el cabecero de lino se fusiona con sutileza con el aplique de color negro. Pero, ¿y la calidez? De ella se encarga la mesita de madera al natural y la ropa de cama de tonos deslavados. 

16.

Almacenaje asegurado

Dormitorio con armario blanco y butaca.

Dormitorio con armarios, realizados a medida.

El Mueble / Felipe Scheffel

En el dormitorio tampoco falta el almacenaje gracias a los armarios a medida que planificó la interiorista. Para evitar que se comieran el espacio, se eligieron los frentes blancos, regalando luminosidad y amplitud. 

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Una joya de 50 m2

Plano de una casa de 50 metros cuadrados.

Plano de una casa de 50 metros cuadrados.

El Mueble / Eugenia Susel

La interiorista Natalia Zubizarreta llevó a cabo una reforma que eliminó el pasillo, dejando un salón mucho más amplio. Y para lograr que la cocina fuera más ancha se incorporó un pequeño lavadero y se le robaron 60 cm al salón. ¡Un auténtico acierto!