Cuando el tamaño no importa: 6 pisos mini con las mejores ideas de distribución (con plano)

Reformado por Fran Mengíbar y Ana Blanco Estudio, este pequeño ático de Barcelona de 58 m2 ganó en funcionalidad al ampliar los espacios. Sus 8 m2 de terraza suponen un soplo de aire fresco que siempre se agradece en la Ciudad Condal. Además, los propietarios hacen mucha vida al aire libre, así que la terraza era un punto importantísimo del proyecto. La decoración con el blanco como telón de fondo fue otra de las claves que lograron aligerar los espacios.

El salón se planteó como un espacio abierto y compartido con el comedor y la cocina, para lo que hubo que derribar tabiques. Otra de las claves de la obra fue la ampliación de la ventana a lo alto y a lo ancho, permitiendo que la zona de día goce de mayor luminosidad gracias a la proximidad de la terraza.

Para sacarle todo el partido a los metros cuadrados del comedor, los arquitectos optaron por un banco a medida en L con almacenaje integrado, y la cocina se proyectó como una caja de luz con una ventana tipo guillotina que separa el salón de la barra-pasaplatos. Esta distribución también permite una mejor comunicación entre los habitantes, por lo que resulta supercómoda.

A pesar de que 8 m2 es un espacio sumamente reducido, los arquitectos lograron exprimir cada centímetro diseñando un banco a medida en L en un luminoso color blanco, y añadiendo un suelo de lamas de madera que aportan mucha calidez y crean un ambiente muy cozy. Mira cómo es el resto de este piso de 52 m2.

Marta Tobella, de @sacum_interiors, se encargó de la reforma de este piso de 60 m2 en la Costa Brava con terraza y vistas panorámicas del océano, una joya inmobiliaria en la que todos querríamos pasar las vacaciones. La distribución original de la vivienda marcó las bases del proyecto, ya que todas las ventanas estaban a un lado y contaban con acceso a la terraza, y todas las bajantes se ubicaban al otro. Por tanto, el pasillo no se podía eliminar.

Con el objetivo de concebir el look relajado que cualquier casa de playa debería tener, la interiorista eligió un porcelánico color hueso para el suelo de toda la vivienda salvo el pasillo, donde se decantó por el parqué de roble. El porcelánico, que también se utilizó en la terraza, desdibuja los límites entre interior y exterior y amplía visualmente los espacios al crear uniformidad.

El salón esconde otro truco deco que te va a encantar, y es que encima del sofá de lino esquinero realizado a medida, Marta colocó un espejo que sirve para reflejar el paisaje marino y duplicar la luz en este espacio. ¡De sobresaliente!

En efecto, para que el interiorismo de la vivienda tuviera la máxima coherencia estética, y dado que se trata de un piso pequeño, tan solo se utilizaron cuatro materiales: la misma baldosa porcelánica, el hierro negro, el contrachapado en blanco decapado y la madera envejecida. En el área de la cocina, por ejemplo, la encimera, la mesa del comedor y la mesa de centro del salón se hicieron a medida con la misma madera de pino envejecido con acabado encerado.

Al tratarse de una casa de playa, los invitados y las visitas inesperadas se dan por hecho. ¿La solución? Quitar metros al salón para poder añadir dos literas a un dormitorio. Si te estás preguntando cómo se consiguió, la respuesta está en la viga estructural, y es que las literas se acoplaron a ella y de paso ganaron dos mesitas de noche. ¿Verdad que es increíble? Continúa disfrutando con house tour de este pequeño apartamento de playa.

La decoradora Celia Crego fue la artífice del acogedor interiorismo que protagoniza este dúplex de obra nueva en Galicia con 60 m2 repartidos en dos plantas de 30 m2 cada una. No obstante, a pesar de ser obra nueva fue necesario realizar alguna reforma, como tirar el tabique de la entrada para que la llegada a casa se hiciera a un espacio abierto y muy luminoso. En este plano puedes observar la distribución de la planta baja, donde el salón y la cocina quedan separados mediante un tabique. ¿Qué te parece?

Los otros 30 m2 que encontramos en la planta superior albergan la zona de noche con la habitación infantil, el dormitorio principal y un baño. Para aprovechar el espacio en el dormitorio de los peques, las camas se colocaron formando una L, y sí, también llevan almacenaje integrado.

Como la idea del piso era que resultase cómodo para la familia, en lugar de mueble de TV se construyó una hornacina en el tabique que a su vez delimita el espacio con la cocina. La gama cromática en tonos beige y arena propician la creación de ambientes luminosos y cálidos, y por si acaso reciben visitas, se eligió un sofá cama muy elegante. Todo ello con acceso a la coqueta terraza.

Los colores que dan vida al interiorismo de la vivienda también lo hacen en la terraza, donde Celia diseñó un banco en L a medida para sacar provecho de los escasos metros cuadrados. El resultado es un espacio outdoor con un estilo boho de lo más acogedor, y con gran protagonismo de la madera.

Si pensabas que las ideas de distribución terminaban en la planta baja, sentimos decirte que te equivocas. Como el dormitorio de los padres era pequeño, la interiorista diseñó un cabecero de obra a medida y lo decoró con un espejo tipo ventana para potenciar la luz. Luz que también se ganó gracias a las tonalidades beiges y azuladas de los textiles y a la terraza privada. ¿Te has quedado con ganas de ver el dúplex completo?

Este local que antaño era una oficina lúgubre y fantasmagórica, es ahora un luminoso loft de 79 m2 en el que vive una familia. Las ideas de la interiorista Bárbara Sindreu dieron en el clavo a la hora de abrir los espacios, crear una pared de armarios que pasan completamente desapercibidos, y seleccionar una decoración en tonos blancos con presencia de fibras naturales.

Como te decíamos, el color blanco fue el elegido para el mobiliario del loft. ¿Por qué? Porque la decoradora quería mucha luz y estaba cansada de los típicos muebles marrones de caoba. En origen, la pared del salón hacía una forma de zig-zag muy poco funcional, así que el reto consistió en transformarla en un frente de armarios donde se integraran desde el televisor y la librería, hasta el vajillero, la despensa o el ropero. ¡Dicho y hecho! Y hablando de espacio... ¿sabías que uno de los sofás del salón se convierte en cama?

La mesa del comedor puede acoger hasta 8 personas con total confort, ideal para las reuniones en familia o entre amigos. Las sillas de fibras y el suelo de madera son los encargados de aportar la calidez necesaria. Y es que el equilibrio entre materiales y colores es fundamental en este proyecto.

Si es un loft, es un loft hasta las últimas consecuencias, por ese motivo, la decoradora decidió aprovechar un entrante para ubicar el dormitorio, que queda separado de la cocina por un tabique. En esta estancia, dadas las dimensiones, se prescindió de armario y tan solo se añadió un tocador en una de las paredes. ¡Una solución brillante! No te pierdas el resto del loft.

La distribución de este bajo de 75 m2 en Barcelona, reformado y decorado por Belén Campos, de BCA Interiors, priorizó el espacio de la terraza para montar un verdadero jardín tropical que, seguro, se convierte en un refugio contra el calor durante el verano. Los espacios abiertos, la luminosidad y la calidez son los otros dos ingredientes del proyecto que estás a punto de ver.

La terraza se dividió en dos ambientes, uno de estar tipo chill out y otro con un comedor exterior. La madera, las fibras naturales y las plantas exóticas actúan como nexo de unión en este precioso espacio outdoor a salvo de miradas indiscretas gracias a las celosías y los paneles de ocultación.

El nuevo cristal fijo que se instaló en el salón permite que entre la mayor cantidad posible de luz natural. Piensa que se trata de un bajo, así que la luz nunca sobra. Otro de los recursos de la decoradora para sacar partido al espacio del salón fue elegir un sofá en L y situarlo junto a la pared.

Al abrir la cocina y construir una barra americana, la luz sigue bañando toda la planta. Diseñada en un moderno mix de blanco y negro con algunos frentes de madera para aportar calidez, la cocina también se abre a un despacho improvisado donde una balda actúa como escritorio. Mira cómo son el resto de estancias de este bajo de 72 m2.

La interiorista Marta Prats supo aprovechar cada milímetro de este piso familiar de 70 m2 en Barcelona, donde los muebles de IKEA, el color blanco y la distribución abierta jugaron un papel fundamental. Todo el interiorismo rezuma frescura y calidez, ¡no te pierdas las claves del proyecto!

Para disfrutar aún más de la luz natural, el sofá se colocó frente a la ventana, y la pared del fondo se empleó para ubicar una librería empotrada en color blanco que ofrece un gran espacio de almacenaje. En los estantes que quedan a la vista, la decoradora eligió unas cestas de fibras para aumentar la capacidad de almacenaje. El sofá en color verde claro completa este look tan fresh.

La vida moderna y el teletrabajo nos obliga a pensar en soluciones espaciales para que toda la familia pueda sacar el máximo rendimiento al hogar. En este salón, el despacho se integró al fondo junto al comedor.

La pared que antes separaba la cocina del salón, se derribó y en su lugar se construyó una vidriera en esquina, con una parte fija y otra corredera que permite crear un espacio de pasaplatos. Además, se diseñó una barra de desayunos muy funcional con dos taburetes. Mira cómo resolvieron el resto de estancias de este piso de 70 m2.