Vivir con otra persona no siempre es fácil. A veces, al compartir casa, salen a la luz pequeñas diferencias que pueden hacer el día a día más complicado: quién hace qué tareas, si uno es muy ordenado y el otro no tanto… Son cosas que, si no se hablan, pueden generar roces y discusiones constantes. Por eso es importante buscar un equilibrio y, sobre todo, mucha paciencia.
Ana Belén y Víctor Manuel, sin embargo, nunca han tenido ese problema. Tras más de 50 años juntos, el matrimonio es uno de los más consolidados del mundo de la música, pero también uno de los más compenetrados de puertas para dentro, y así se lo contaba la cantante a Julia Otero, en una entrevista durante la pandemia. Con un reparto equitativo de tareas y la especialización de cada uno en lo que mejor se le da, siempre con la ayuda del otro, Víctor Manuel y Ana Belén consiguen que en su matrimonio reine la estabilidad.
Las claves de Víctor Manuel y Ana Belén a la hora de repartirse las tareas del hogar
Cuando vivimos en pareja, repartirnos las tareas del hogar es una decisión que no solo influye a nuestro humor y estado de ánimo, también lo hace al desarrollo de la vida en común. Además de lograr un mayor equilibrio en la relación, conseguiremos mejorar la convivencia y reducir el estrés, la presión y la carga de trabajo de cada una de las partes. Fomentando este trabajo en equipo también lograremos una mejora en la gestión del tiempo, tanto por separado como en común, además de aprender a organizarnos y planificarnos mejor.

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Ana Belén y Víctor Manuel lo saben bien y, por eso, desde que viven juntos, han sabido organizar el espacio de cada uno y el trabajo en el hogar, sacando el mayor partido en aquello que se les da mejor. "En casa todo está repartido. La parte de cocina es de Víctor, afortunadamente para mí, porque cocina como Dios. Pero luego va la pinche limpiando, sacando brillo. Tengo mi desorden, pero dentro de él soy ordenada. Y ahora, como tenemos tanto tiempo, nos estamos dedicando a limpiar y ordenar”, confesaba Ana Belén.
Y es que, aunque asegura que ella es la reina de la limpieza, la cocina no es lo suyo. De hecho, en "El gusto es mío", el libro de cocina de Víctor Manuel en el que el artista recapitula sus anécdotas en la cocina, asegura que Ana Belén tampoco es de mucho comer, que tan solo cena un yogur y algo dulce y que su parte preferida es el desayuno. Un auténtico menú completo que él le hace a base de café con leche, fruta fresca de temporada y tostadas con mantequilla y mermelada casera.

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No obstante, en su entrevista con Julia Otero, Ana Belén confesó que a pesar de ser un gran cocinero, a Víctor Manuel "no se le da la repostería" y, aunque ella se atreve con alguna cosilla, se cansa en seguida. También contó que, aunque la cocina no es lo suyo, la costura sí que se le da bastante bien y que fue su madre quien la inició en ella, práctica que retomaron durante la pandemia: "Estamos volviendo a coser, a hacer punto, ganchillo... que es maravilloso. ¡A veces ha caído algún vestido! De aquella manera, pero lo he cosido", confirmaba.
Una pareja feliz que nos deja claro que en la armonía está el equilibrio y que repartiéndonos las tareas del hogar, conseguiremos entender mucho mejor los tiempos, nuestros ratitos solos y en común, logrando gestionar mucho mejor la vida en pareja.

El Mueble
TRUCOS DE LIMPIEZA PARA SER EL MEJOR PINCHE
1. Déjalo todo preparado antes de empezar
Saca los ingredientes, utensilios y cacharros que se van a necesitar. Tenerlo todo a mano ahorra tiempo y evita que el que cocina tenga que ir de un lado a otro mientras se le quema algo.
2. Lee la receta para no ir perdido
Aunque no seas quien cocina, leer la receta te da pistas para adelantarte: “¿te saco el horno?”, “¿quieres que te pese ya la harina?”, “¿te rallo el queso?” Así eres realmente útil y no solo un espectador.
3. Cortar, lavar, pelar...
Lavar verduras, pelar ajos, cortar cebolla, colar pasta… Todas esas tareas que no tienen mucho misterio pero quitan tiempo, son perfectas para ti. Cuanto más puedas aligerar, mejor.
4. Ordena y limpia sobre la marcha
Ir recogiendo mientras se cocina marca una gran diferencia. Si limpias encimeras, friegas utensilios usados o vacías el lavavajillas, el cocinero podrá concentrarse y al final habrá mucho menos caos.
- Limpia las encimeras cada poco: pasa un paño húmedo para ir retirando restos de harina, cáscaras, salpicaduras de aceite o cualquier cosa que se vaya acumulando. Así se cocina mejor y con más espacio libre.
- Friega o mete en el lavavajillas lo que ya no se usa: boles, tablas, cuchillos, batidoras… Si ya no hacen falta, límpialos. ¿Se puede meter al lavavajillas? Hazlo. ¿Hay que fregarlo a mano? También vale. Es un alivio enorme para quien cocina.
- Cambia trapos sucios por limpios: si ves que los trapos ya están mojados o manchados, busca uno limpio. También puedes ir sacando más papel de cocina si hace falta.
- Vacía el cubo de basura si está lleno: parece una tontería, pero sacar la bolsa a tiempo evita malos olores y hace espacio para seguir tirando peladuras o envases.
- Organiza los ingredientes que ya se han usado: vuelve a meter en la nevera lo que ya no se necesita (mantequilla, leche, huevos…), cierra bien las bolsas de harina o azúcar, y guarda lo que puedas para despejar la zona de trabajo.
- Ten un bol "de restos" para tirar ahí todo lo que se va desechando (cáscaras, envoltorios, papeles...). Es súper útil si no tienes el cubo de basura cerca.
5. Sé rápido pasando cosas
“Pásame un bol”, “¿dónde está el colador?”, “me falta una cuchara”… Ser ese apoyo ágil y atento convierte la cocina en una coreografía perfecta. Lo importante: estar disponible y no estorbar.
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