Una preciosa casita unifamiliar en el centro de Madrid que está llena de luz y es la definición de ELEGANCIA
La reforma de este chalet centenario tenía dos intenciones: atravesar todo el espacio de luz y vestir el resultado de una elegancia fresca pero atemporal. Mira qué preciosidad
Esta casa de los años 20 fue un regalo del bisabuelo de Alejandra López, la actual propietaria, a su abuela. Pertenece a una colonia de “casas baratas” que, a principios del siglo XX, se hicieron en Madrid para los trabajadores que migraban del campo a la ciudad. Es por ello que no tenía ningún adorno o detalle decorativo especial. En su última reforma, a cargo de Isa Otero y Ramiro Mora, de Ramisa Projects & Fun, eso cambió. ¿Entramos?
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Mesa de centro, de Coco-Mat. Bandeja cuadrada de Becara. En la chimenea, jarrones de Zara Home.
El Mueble / Felipe Scheffel
Fuego de otro tiempo
Esta casa de Madrid fue construida en 1920 y desde entonces pertenece a la familia de la actual propietaria, Alejandra. “Le tengo mucho cariño, he pasado grandes momentos de mi infancia aquí con mi abuela... ¡Y he llegado a ver la cocina en siete sitios diferentes!”.
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Sofá de Ikea. Cojines de terciopelo verde de Gancedo. Cojines de lino de Zara Home. Mesa Xanthippi de Coco-Mat. Pufs de Gancedo, diseñados por Helena Rohner.
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La luz fue la clave
Ella ha encargado la última reforma a Isa Otero y Ramiro Mora, de Ramisa Projects & Fun, cuyas premisas eran destacar la personalidad señorial de la casa y, sobre todo, iluminar del sótano al tejado. Tiraron todos los tabiques que la cerraban la escalera para que la luz que caía en vertical (desde una claraboya en el tejado y suelos de pavés en cada planta) se expandiera en horizontal. “Ahora, desde una claraboya entra luz por todo el foso de la escalera”, prosigue la propietaria.
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Cortinas y mantas de Zara Home, lámpara de pie y mesita verde de Becara, alfombra de BSB. Espejo de Becara.
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Revela tu luz
Convertida la escalera en un eje luminoso lleno de encanto: “Para no romper el flujo de la luz”, explica la arquitecta Isa Otero, “pusimos paveses de superficie, como hay en muchas casas de Nueva York o París, para dejar pasar la luz de una planta a otra”. Y es que lo más importante de la reforma fue aportar luz desde el centro, es decir, desde la escalera.
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Obra de Ramisa Projects & Fun y carpintería de Imper Salnés. En primer plano, sofá de Ikea. Manta de Zara Home. Cojín verde de terciopelo de Gancedo. Cojín tostado de Zara Home.
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Dejar fluir
En la planta principal no hay divisiones: salón comedor y cocina fluyen. Desde la entrada de la calle se puede ver, al fondo, el acceso al patio ajardinado.
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Lámpara de Ofelia Home & Decor. Sillas de Ikea. Mantel de Filocolore. Vajilla de Becara.
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Comedor nostálgico
“Algunos los diseñamos nosotros y otros los compramos, pero pusimos adornos de estilo francés originales de escayola para cornisas y florones”, nos cuenta la arquitecta.
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Cocina diseño de Ramisa ejecutado por Arias Nadela, de donde son grifos y campana. Suelo original de la casa.
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La cocina como centro
Entre otras cosas, cubrieron de azulejos nacarados el techo de la cocina y el tiro de la chimenea y colocaron florones de escayola en los techos, y todo ello da como resultado un aire ilustre, atemporal e inolvidable. “El continente es más importante que el contenido”, apunta la propietaria. “Ayuda mucho a la continuidad la campana empotrada en el techo, que rodeamos con una urna de hierro fundido y cristal diseñada por Ramiro”, apunta Isa.
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Azulejo artesanal de Marruecos, lámparas de Años Luz, urna de cristal diseño de Ramisa.
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Techos hipnóticos
“No me gustan los azulejos en los sitios donde se ponen normalmente”, confiesa Alejandra. Así que está encantada con este original alicatado. “Es azulejo totalmente artesano marroquí, de hecho tuvimos que pagar aduanas. Gracias a los reflejos del esmaltado pierdes un poco la noción de dónde está la altura del techo”, señala la arquitecta.
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La tabla de madera es de Zara Home y la alacena de El Jueves (en el Rastro de Madrid).
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En la isla
La alacena decapada y afrancesada contrasta a la perfección con el estilo moderno y minimalista de la cocina blanca.
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Cabecero de Coco–Mat. Ropa de cama y colchas de Zara Home. Cómoda heredada, mesitas de Guáimaro y lámparas de Rocosa.
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Dormitorio para soñar
Los mismos ornamentos de techos y cornisas que vimos en la planta de abajo hacen que el dormitorio principal también luzca especialmente noble. Detalles como algún mueble antiguo y restaurado consiguen que sea íntimo y muy personal.
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Cabecero, de Coco-Mat. Lámparas, en Rocosa Madrid.
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Un dormitorio en suite
Gracias al blanco purísimo de paredes y puertas, así como el magistral uso de las molduras, esta casa parece sacada de otra época. El dormitorio tiene conexión directa con el baño, comunicadas por dos puertas con cristal ovalado, que suma romanticismo al espacio.
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Espejo de La Maison, toallas y geles de Zara Home.
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Juego de espejos
A la entrada del baño, el enorme ropero hecho a medida. Todo el cuarto está hecho en microcemento por Ramisa.
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Adoquín portugués de Francisco Parada, grifos de Grizasa.
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Adoquines portugueses
Además, muebles antiguos, espejos y detalles como el adoquín de acera del baño crean una atmósfera muy especial. "Te transporta a otra época, pero no sabes muy bien a cuál", resume la interiorista. Y es que "el suelo es de calzada portuguesa; la grifería de bronce envejecido; las paredes y la bañera son de microcemento blanco barnizado y las puertas (dobles y con cristal) son de anticuario", añade.
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Detalle de griferi´a de ban~era.
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Detalles que no dejan indiferente
Aunque todo el baño está hecho en microcemento, no se dejó ningún detalle al azar. Por eso, el suelo de la bañera está revestido con los mismos azulejos nacarados que han colocado en el techo de la cocina, dando sentido de unidad al espacio.
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Buhardilla con chimenea y sofás enfrentados.
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Un salón en la buhardilla
Para dotar de luz a toda la casa, se abrió el techo de la buhardilla, dejando que la luminosidad entre y se cuele por el hueco de la escalera hasta la planta baja. Lo mejor es que este espacio se planificó como un segundo salón lleno de luz en el que desconectar.