Casas de lectoras: el chalé de alquiler de 3 plantas y con una súper buhardilla de Mónica en Salamanca

"Hola, me llamo Mónica y estoy muy feliz de poder participar en vuestro concurso 'La casa de las lectoras'. Mi marido, mi hija de 16 años y yo llevamos 3 años viviendo en este chalé adosado de Salamanca. Nos trasladamos desde Galicia por motivos de trabajo, y allí sigue viviendo todavía nuestro otro hijo de 24 años. Cuando nos mudamos sabíamos que sería para bastante tiempo, así que decidimos que buscaríamos una vivienda de alquiler nueva y sin amueblar para poder convertirla de verdad en nuestro hogar. Y ahí estuvo, como fiel acompañante y guía, vuestra revista. Llevo viéndola en la casa de mis padres desde que era una adolescente, y cuando encontramos este 'lienzo en blanco' donde nos instalamos, sabía perfectamente que una vez más seríais mi total inspiración" así se presenta Mónica Pérez nuestra lectora de hoy.

"Esta casa nos enamoró al instante en cuanto la agente inmobiliaria abrió su puerta. Mide 240 m² y está dividida en 3 plantas más buhardilla. Tiene también un pequeño jardín de unos 40 metros. Pero lo que verdaderamente nos convenció fue su ubicación frente al río Tormes y que está a tan sólo 15 minutos andando del centro histórico de Salamanca. En la planta principal está el salón, la cocina y un baño de cortesía" comenta.

"El salón tiene forma de L, y al principio me resultó complicado distribuirlo porque, además, al ser una vivienda de alquiler, la situación de enchufes y tomas de antenas ya estaba hecha. La solución la encontré en las páginas de El Mueble: dividirlo en tres zonas, rincón de lectura, salón y comedor formal" explica Mónica.

"Junto con los baños, la cocina es la única estancia que ya estaba amueblada, y el mueble-vitrina no dejaba demasiado espacio para una mesa convencional, así que decidí hacer una mesa de desayunos a medida, y con unos taburetes altos (la inspiración la encontré en una de vuestras cocinas)" dice.

"En la segunda planta están tres dormitorios (uno de ellos con baño) y el baño principal de la casa. Todos los dormitorios tienen armarios empotrados hasta el techo y lacados en blanco. En el dormitorio principal opté por una cama con dosel en blanco, y aunque pueda parecer algo muy clásico, esta de líneas rectas y simples me parece incluso bastante juvenil. Las mesillas fueron hechas en madera de roble y a medida, para aprovechar bien el espacio. Pero si hay algo que me encanta de nuestra habitación es el sinfonier en roble y crudo, que además es súper práctico con tantos cajones".

"La habitación de nuestra hija Victoria, que ahora tiene 16 años, fue decorada entre las dos. Sus peticiones especiales: un tocador y un dosel con visillos. La mesilla de noche también es de madera de roble y estilo clásico, así que para que no resultase tan seria, elegimos un cabecero estilo étnico y juvenil, nos pareció un contraste que funcionaba bien" añade Mónica.

Y en la habitación de invitados la mesilla de noche es de Ikea y pintada a la tiza en color teja. Para hacer la pequeña consola utilicé las patas de una mesa antigua de madera de castaño que fue imposible recuperar, pero que aquí me sirvieron para dar un toque original a este espacio" sigue contando.

"La siguiente planta la ocupa una amplia zona aburhadillada, que en cuanto la vi pensé que sería el lugar especial para nuestro hijo Daniel cuando viene a casa, ya que él sigue viviendo en Galicia" explica Mónica.

"La buhardilla está dividida en tres zonas: un pequeño salón, escritorio y zona de dormitorio. Utilicé los colores blanco, gris y mostaza en combinación con muebles juveniles en madera natural" cuenta.

"La planta baja de la casa es la que tiene acceso directo a un pequeño jardín que disfrutamos muchísimo en verano. En esta planta pasamos la mayor parte del tiempo: está distribuida en zona de estar para ver la televisión y comedor de diario. Y en invierno, esa chimenea hace maravillas con su fuego" cuenta la protagonista de este reportaje.

"Y esta es nuestra casa. El porqué me gustaría que saliera en vuestra revista es porque desde que era una adolescente he visto El Mueble en la casa de mis padres y después en la mía propia y siempre he pensado que no había otra igual, sería una auténtica maravilla y un sueño cumplido poder ver ahora mi casa publicada en vuestras páginas. Mil gracias, sea lo que sea, por cada momento disfrutado con la revista El Mueble" concluye Mónica.