8 casas de campo muy modernas

Esta casa de campo atesora varias vidas. O parte de las piedras que sostienen sus muros. Y es que su historia se remonta a la edad medieval, aunque de sea época queden pocos vestigios. El equipo de Lizarriturry Tuneu la rehabilitaron, siempre con una arquitectura tradicional que aúna los métodos constructivos tradicionales con las comodidades de hoy en día. Para el paisajismo se combinaron especies autóctonas con zonas ajardinadas.  

El salón forma parte de la masía original y se reservó para la zona más recogida, mientras que el comedor contiguo disfruta de doble altura de techos. Para multiplicar la luz, porque originariamente esta era una casa muy oscura, se abrieron ventanas, se hicieron de nuevas y se optó por una base blanca para paredes, vigas e incluso el suelo. 

La cocina es una de las estancias que pertenece a la ampliación de la casa. Pero, con las mismas vigas que decoran los techos de toda la casa y la unidad de materiales, ¡ni se nota! Con vistas y salida directa al jardín, se ha equipado con todas las comodidades actuales y se le ha dado un look moderno, con algún guiño al pasado, como la barbacoa que, durante los meses más fríos del año, sirve de chimenea. No te pierdas el resto de espacios de esta casa. 

No hay ningún espacio de esta casa de campo que no disfrute de vistas al jardín o al mar. Pero el salón es, sin duda, el más privilegiado gracias a sus dos grandes ventanales que lo abren por completo al porche y al exterior. La decoración, de estilo moderno, busca pasar desapercibida para que nada eclipse las vistas. 

Ubicado en la planta superior, el dormitorio disfruta de amplitud y una luz maravillosa, gracias a los ventanales en los que se ha ubicado un rincón de trabajo y lectura. Además de este privilegiado rincón multiusos, con la rehabilitación se unió el dormitorio al vestidor al baño, creando una espectacular suite. Descubre qué secretos más oculta esta preciosa casa de campo rehabilitada. 

El estudio de Lizarriturry Tuneu fue el encargado de transformar esta masía centenaria en la casa de campo luminosa, respetuosa con su historia y moderna, a la vez, pensada para el disfrute de una familia en pleno s. XXI. Su fachada apenas se tocó, abriendo tan solo algunas ventanas nuevas para llevar más luz a una casa que era muy muy oscura. 

Cuesta creer que donde vemos este salón tan blanquito, sobrio y con un punto minimalista antes de la reforma hubiera un comedor con muebles oscuros y colores llamativos. Para darle más luz a los interiores, se pintaron las paredes de este blanco roto, que además es cálido y envolvente, y se eligió un mobiliario actual en tonos suaves, para que nada desentonara. 

Antes de ser casa, esta vivienda del s. XIX había tenido muchas vidas –cine de pueblo, carpintería, sala de bailes…–, pero tras la reforma se ha convertido en una casa de campo tan moderna como especial. Para empezar, la planta superior se destinó a zona de día y los dormitorios se dejaron en la planta baja. ¿La razón? La maravillosa luz natural y las vistas de las que disfrutan el salón, el comedor y la cocina, que se han organizado abiertos.  

Con el suelo de hormigón que da unidad a toda la zona de día, un mobiliario en negro y una personalísima isla de hierro, esta cocina respira un aire industrial que le da mucho carácter. Pero, para que no resultara tan fría, el equipo de Dadà Interiors, responsables de la reforma, revistieron las paredes con listones de madera de pino.  

Por el tipo de construcción, la mampostería, el tejado a dos aguas... parece una casa heredada de los abuelos, pero no es así. Su propietario, un inglés enamorado de Mallorca, compró un terreno de algarrobos en el interior de la isla y construyó esta preciosa casa siguiendo las técnicas tradicionales para que pareciera haber estado en este lugar desde siempre.

La distribución de los interiores está espléndidamente lograda. Un espacio diáfano en L, cuyo lado más largo se abre en sucesivas puertas al jardín. El estar en torno a la chimenea es muy cómodo y acogedor. 

Rafa y Blanca fantaseaban con vivir en el campo y disfrutar de una vida tranquila en plena naturaleza. ¿Quién no tiene ese sueño? Pues ellos consiguieron hacerlo realidad. Buscaron un terreno y levantaron esta preciosa casa rodeada de un extenso jardín. 

La casa era perfecta, pero algo oscura y tristona en invierno. ¡Faltaba luz! Así que decidieron entonces contar con el interiorista Iñaki Mujika para que resultara más luminosa. Ahora, la iluminación cenital y la sabia elección de mobiliario blanco y maderas naturales han dado una gran alegría a toda la casa. 

Amamos la ciudad, ¿pero quién no quiere romper con esa vida estresante al menos los fines de semana? Esta casa del Empordà, cerca de Torrent, es un refugio justo para ese relax. El arquitecto Damián Ribas la construyó a base de microcemento y madera. ¿Resultado? Una casa lejos del 'rural style' habitual, más ligera y dinámica, pero en el campo. Junto a la piscina, tumbonas blancas. ¡Qué lugar tan ideal para refrescarse!

La agradable temperatura de la comarca permite disfrutar del exterior durante muchos meses. El comedor exterior, cubierto con una pérgola, ofrece las mejores vistas de Torrent. Se han colocado unas persianas de madera para hacer sombra en los días calurosos.