20 salones con toques vintage

Si eres muy fan y te gusta tener muchas piezas antiguas o recuperadas es una buena idea elegir el blanco como color general para que el resultado de tanta mezcla no sea abigarrado.

Otra buena alternativa cuando te enamoras de una pieza, es rodearla o integrarla con otros muebles y complementos antiguos. Y también nuevos, aquí además se ha  unificando todo con el mismo tono de madera.

Es otra fórmula para darle ese toque vintage a nuestra casa. Las piezas de almoneda son las que son antiguas pero no son antigüedades, las que tienen más de 50 años pero no llegan a los 100. Suelen haber muchas de aires rústicos, de casas de campo, y muchas se pueden reciclar y darles un nuevo uso. En la foto vemos la típica mesa de cocina (les llamaban tocineras) reconvertida en mesa de centro al cortarle las patas.

Son un recurso abundante y accesible en anticuarios, mercadillos y tiendas de decoración. Quedan ideales en mil sitios diferentes: sobre la chimenea, sobre los sofás, sobre un aparador o apoyado en el suelo si es de grandes dimensiones. También puedes, como en la foto, montar una composición para multiplicar su efecto. 

Es otra posibilidad. Son piezas que destacan especialmente porque sus diseños y tamaños se salen de la pauta clásica de los muebles pensados para una casa. A veces cuesta encontrarles el sitio perfecto porque están fuera de la época, uso y lugar para el fueron diseñados, pero justo por eso brillarán tanto. 

Es un elemento esencial si buscamos un resultado ecléctico en el que convivan resaltándose piezas antiguas y modernas. Lo notamos especialmente por el contrate de tres estilos: la consola en acabado envejecido, con el espejo clásico y el cuadro.

El vintage también está muy vinculado al reciclaje y a dar una segunda vida a las piezas. Actualizar muebles antiguos es muy fácil y efectivo con la pintura. Aquí lo hicieron en azul grisáceo con este aparador. Procura asegurarte que no es una pieza antigua y valiosa.

A veces, transformar una pieza antigua es simplemente pensarla para otro uso: aquí la cómoda se convierte en un apoyo para almacenar papeles en la zona de trabajo. El contraste, nuevamente, con la ligereza máxima de la mesa de cristal es precioso. La transformación de la cómoda acaba con el cambio de tiradores, también de cristal.

Los suelos hidráulicos originales tienen la gracias de ser pintados a mano. Y, aunque hay imitaciones actuales muy logradas, también existe bastante oferta de piezas antiguas que se pueden adquirir para hacer alfombras en el suelo, por ejemplo.

Unas vigas antiguas o unos pilares de madera o unas paredes de ladrillo antiguo que combina diferentes materiales... Nuestra casa puede tener escondidos recursos maravillosos que podemos sacar a la vista. Incluso unas simples vigas de hormigón pueden aparecer cuando hacemos una reforma. El contraste con las piezas nuevas es espectacular. 

Descascarillado, rozado, con capas de diferentes colores de pintura a la vista... Busca la sensación de que se vean los años en su uso y cuanto más, mejor (ya sea real o realizado adrede). Que el contrate entre viejo y nuevo sea muy evidente.

Una chimenea que ha envejecido bien puede ser un gran tesoro dentro del salón: el centro sobre el que gira la distribución. Podemos, decaparla si es de madera o destacarla con pintura si es de yeso. Incluso, comprar solo una embocadura antigua aunque no tengamos tiro para utilizarla. Al fondo de este salón también podemos ver un antiguo aparador procedente de una tienda de ultramarinos que por su gran tamaño se ha integrado con el color de las paredes.

El tiempo y el desgaste hacen muy bien su trabajo. En esta salón las contraventanas se han usado como si fueran cuadros, puras obras de arte. Si tienes la suerte de tener puertas antiguas en casa puedes decaparlas dejando parte de sus pinturas antiguas. También puedes comprarlas y usarlas como cabeceros, por ejemplo. 

Una expedición al desván de los abuelos o a la casa del pueblo puede traer siempre grandes sorpresas. Si no tenemos abuela, los rastrillos son siempre una mina. Los baúles se convierten en el centro de la zona de sofás. También una pila de maletas antiguas. Nos encanta que se les noten los años.

Es una buena inversión porque es un mueble tan práctico como versátil: la puedes cambiar muy fácilmente de lugar y de estilo. Este gris contrasta con el blanco pero se integra con el resto de la decoración. Como es una pieza grande y con mucha superficie para pintar, admite mil matices, en azul es alegre y más actual, en blanco es romántica, decapada es más atrevida, en acabado natural más rústica...

En medio de todo este salón blanco y de mobiliario actual, una vitrina antigua, luciendo su acabado envejecido, incluso con algunos cristales rotos y a rebosar de libros antiguos, logra ese arte tan decadente que busca el estilo vintage.

Bolas con acabados dorados, a medio camino entre lo retro y el diseño, pueden dar el toque de estilo a un salón. La clásica lámpara de araña en un salón con diseño actual también puede funcionar como contraste.

Otra opción para completar el efecto vintage es adquirir muebles nuevos pero realizados con maderas antiguas, donde el efecto envejecido es real. Aquí se combinan a la perfección piezas nuevas y antiguas.

Los marcos dorados antiguos son piezas que nunca pasarán de moda y que siempre podrás encontrar y colocar. Acogiendo láminas actuales o fotos en blanco y negro quedan espectaculares. También espejos, claro. E incluso solos, porque son capaces de decorar por sí mismas. Funcionan también como colección.

Esa pieza vintage que elijas se merece un lugar privilegiado en tu salón. Ideal si la puedes ver nada más entrar, por ejemplo.