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Hasta el techo

En esta cocina se ha aprovechado toda la altura de la cocina con muebles a medida y en blanco, lo que aligera el conjunto. Mobiliario diseño de Nook Architects.

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Cocinar en el pasillo

En este piso no se ha dado ni un cm por desaprovechado. El pasillo entre la entrada y el comedor se ha aprovechado para completar el almacenaje de la cocina e instalar los electrodomésticos.

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¿Quién dice pequeña?

Esta cocina, diseñada por la arquitecta Mar Marcos con muebles de Fusteria Jorvi, tiene todo lo necesario pero a escala mini. ¿La clave? Optar solo por lo básico.

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A falta de metros, ¡ingenio!

La trasera de uno de los frentes de la cocina se ha aprovechado como respaldo del banco del comedor que, a su vez, integra un botellero en su estructura.

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En blanco y gris

 La claridad de esta cocina ha permitido apostar por un mobiliario en gris, que crea un contraste muy elegante con el blanco de las paredes. El antepecho, alicatado en acabado brillante, aún refuerza más la luminosidad. Muebles de Ikea.

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El triángulo de trabajo

La zona de almacenaje y despensa se ha ubicado tras los fuegos y la zona de aguas, lo que facilita el trabajo en la cocina.

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Con el comedor, al fondo

 Integrar el comedor a la cocina es siempre un acierto: ganas metros y, a la vez, comodidad. Mobiliario diseño de la decoradora Marta Prats y Cubic.

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Con mini office

En el acceso a la cocina, entre la puerta y la ventana, se ha habilitado un pequeño office para dos. Los taburetes cuando no se usan se recogen debajo del sobre volado... ¡y desaparecen!

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Ligera y capaz

La decoradora Jeannette Trensig planificó esta cocina para que fuera capaz y ligera a la vez. Para ello, optó por armarios superiores tipo vitrina.

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Con personalidad

Paredes y mobiliario se han teñido de gris en esta cocina que disfruta de mucha luz natural. En el mobiliario se ha optado por el gris Plummet y en las paredes, por el Down Pipe, ambos de la carta de color de Farrow & Ball.

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Gris, madera y blanco

Uno de los frentes de la cocina se ha pintado en blanco, que ilumina el gris, y un original platero de madera da un punto cálido y retro a la cocina.

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Abierta al pasillo y al salón

Prescindir de tabiques ha sido la clave de la reforma de esta cocina, que ahora disfruta de més espacio y más luz. Mobiliario diseño de la arquitecta Vera Sánchez Guasch y realizado por JJ Fusters.

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Con barra volada

Para ganar una barra de desayuno o de comidas informales se ha prolongado la encimera –basta con unos 20-30 cm– y se ha equipado con un par de taburetes.

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Soluciones magistrales

Con mucho espacio de almacén al planificarse uno de los frentes hasta el techo y mucha luz, gracias al cerramiento acristalado que la separa del salón, a esta cocina no le falta de nada.

Dime cómo es la planta de tu cocina y te diré cuál es la distribución más cómoda para optimizar más y mejor los metros. Sí, que sea pequeña limita sus posibilidades –¡bye, bye isla soñada!–, pero de su planta dependerá que puedas contar con más o menos armarios o incluso un pequeño office.

Si tu cocina es alargada pero tienes al menos 220 cm entre pared y pared, puedes plantearte una distribución en paralelo de los elementos. Así, en comparación con una organización en línea, prácticamente duplicarás la capacidad de almacén. Visto así, ¿quién se resiste? Te contamos las claves de esta distribución.

Muy capaz y con un pasillo central cómodo

En este tipo de distribuciones es básico preservar un pasillo central de al menos 120 cm libres para poder abrir armarios sin darse golpes ni tener que jugar al tetris con lo que está abierto y cerrado en cada momento. ¿Cuentas con esos metros? No lo dudes: esta es tu distribución ideal. También es una buena solución en cocinas con dos puertas opuestas, lo que impediría una distribución en "L" o en "U".

Una vez decidida la distribución llega el momento de organizar las diferentes zonas de trabajo. Lo habitual es reunir en un frente la zona de aguas y cocción y reservar para el otro el almacenaje, la despensa o incluso habilitar un mini office con una barra volada equipada con taburetes altos. Para ello bastará con unos 30 cm de fondo.

Un aliado en espacios diáfanos

Tener una cocina pequeña suele ir de la mano a tener un piso pequeño. Y cuando los metros escasean, lo primero que suelen caer son los muros –sobre todo los que separan la cocina, el comedor y el salón– en pro de un espacio diáfano más amplio en el que convivan varias actividades.

Pues bien, en estos casos, la distribución en paralelo del mobiliario de la cocina es un recurso perfecto para dividir visualmente la cocina del salón-comedor sin necesidad de contar con un tabique. Además, si planificas el comedor contiguo, puedes usar la trasera del mobiliario como respaldo de un banco, por ejemplo. Así, ¡no desperdicias ni un centímetro!

Ligereza visual

Tener una cocina pequeña no implica que tenga que parecerlo. Si no quieres que tu cocina sea una cueva, apuesta por colores claros, en paredes y mobiliario, y equilibra volúmenes.

Alíate con el color

El blanco es la opción menos arriesgada. Vaya, es lo más parecido a apostar a caballo vencedor. Todo son ventajas: es atemporal, luminoso, no cansa y aligera visualmente el mobiliario. Si lo eliges con un acabado brillante, ya sea en muebles o paredes, crearás un efecto espejo que multiplicará la claridad.

Compensa volúmenes

Busca el equilibrio entre capacidad de almacenaje y ligereza visual. Si no quieres sobrecargar tu cocina, prescinde de módulos altos en uno de los frentes, combina armarios y baldas o alterna módulos ciegos con otros tipo vitrina, que son más ligeros. Tenlo en cuenta, a veces es mejor renunciar a unos cm3 de almacenaje en pro de una cocina más confortable.

Te invitamos a pasearte por nuestra galería donde encontrarás estas y muchas otras ideas puestas a la práctica. ¿Nos acompañas?