El síndrome de Peter Pan, es decir, ese resistirte a crecer para seguir siendo niño eternamente puede que haya llegado a la decoración de tu casa. Echa un vistazo a las 10 cosas que te sugerimos y si te ves reflejad@ en ellas, es hora de que las vayas abandonando y entres de una vez por todas a la edad adulta, sobre todo si te encuentras ya entre los 30 y los 40 años. ¡Ya te vale!

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1.

Muebles hechos con palés a tutiplén

Porche con muebles hechos con palés

Sofás y mesa de centro realizados con palés. Plantas, de Garden Tona.

El Mueble

La fiebre handmade tuvo su época y, aunque te beneficiaste de ella en tus primeras casas decorándolas con palés, requiere una revisión profunda. ¿Te hace ilusión tener una pieza hecha por ti? Vale, pero no llenes toooooda tu casa de muebles do your self. Ahora hay muchas tiendas con muebles bonitos, sostenibles y asequibles

2.

Un gimnasio en tu dormitorio

Dormitorio con espaldera en pared

Cabecero en DM lacado. Papel pintado, de Caselio. Suelo laminado, de Neoparket.

El Mueble

La bicicleta estática, espalderas, pesas, el saco de boxeo, la cinta para correr... ¿Aún  forman parte estos elementos de la decoración de tu dormitorio? Si la vigorexia entró de lleno en tu vida a los 20 años, a partir de los 40 conviene ponerle freno. Está muy bien practicar deporte y eliminar el estrés diario pero convertir tu habitación en un gimnasio no es buena idea (sobre todo, si lo compartes). Traslada todos esos artículos al garaje o al sótano o, mejor aún, saca tiempo para correr unos kilómetros diarios y aprovecha ese espacio liberado para poner una zona de lectura, por ejemplo.

3.

Juegos de juventud en el salón

Salón con sofá, estantería de palés y futbolín al fondo

Sofá diseñado por Gustavo Carrasco. Mesa de centro, de Home Decor.

El Mueble

Si para combatir la nostalgia de todos esas horas pasadas en los billares decidiste colocar un futbolín en un rincón del salón, ha llegado el momento de decirle adiós. Seguro que tus amigos de juventud lo entenderán. ¿Has pensado que en ese mismo espacio puedes colocar una mesa de comedor? Y si es el billar lo que te priva, te chivamos que en Maisons du Monde hay mesas de comedor convertibles que ocultan un tablero en su interior. Por lo menos disimulas tu afición juvenil, ¡algo es algo!

4.

Papeles pintados demasiado infantiles

Dormitorio con ropa de cama azul y papel pintado de barquitos

Sábanas y cojines, de Lexington. Papel pintado, de La Maison.

El Mueble

Por mucho que te guste el mar, ese papel pintado de barquitos surcando el cabecero de tu cama le pega más a la habitación de tus hijos que a la tuya. El papel pintado es tendencia, es verdad pero ¡mucho cuidado con los motivos que eliges! De la misma manera, recuerda que tu habitación ya no es Fairytopia aunque el rosa siga siendo tu color favorito. La oferta en papeles pintados es inmensa, sólo es cuestión de buscar. Seguro que encuentras algún modelo precioso, más acorde a tu dormitorio de adulto.

5.

Pósters de décadas prodigiosas

Comedor con lámparas suspendidas tubulares y lámina enmarcada de Tintín

Mesa de Pedrali. Sillas, de Poliform.

El Mueble

Si tu casa está aún decorada con pósters de películas de Almodóvar, cómics de Tintín o láminas de La Movida, te recordamos que los felices 80' ya han pasado. Y aunque sabemos que es duro eliminarlos de un día para otro, te sugerimos que dejes alguno bien enmarcado pero el resto los guardes (o los vendas). Empieza a interesarte por otras láminas enmarcadas más actuales e igual de bonitas. ¡Quién sabe, a lo mejor inicias una nueva afición!

6.

Ceniceros sobre las mesas

Mesa auxiliar con centro floral y cenicero

Mesa auxiliar con centro floral y cenicero con gafas

El Mueble

¿Has dejado de fumar? ¡Enhorabuena! Entonces, ¿qué sentido tiene seguir "decorando" las mesas con ceniceros? Seguro que estos no te darán tanta pena eliminarlos de tu casa. Puedes reciclar alguno que te guste más como vaciabolsillos, para depositar las llaves, el móvil o las gafas.

7.

Colecciones de otras épocas

Cocina decorada con platos de insectos

Mobiliario de cocina, de Santos, en Santos Estudio Bilbao.

El Mueble

Todos hemos coleccionado algo de jóvenes: posavasos, minerales, platos de cerámica, sellos, pins, imanes, muñecas barbies, peluches, figuritas de Star Wars... ¡La lista es interminable! ¿Cómo? ¿Qué todavía tienes a la vista tu colección de cómics? Venga, saca al Peter Pan que llevas dentro y guárdala a buen recaudo... Hasta que  tengas nietos y empieces a contarles batallitas.

8.

Un sofá en el salón para dormir en él

Salón con sofá cama

Sofá cama, aparador y butaca, de IKEA.

El Mueble

Tener un sofá cama en el salón siempre viene bien pero para uso exclusivo de invitados. Convertirlo en tu dormitorio no es de adultos. ¿Cuántas veces te has quedado dormid@ en el sofá viendo una película hech@ un gurruño? Por el bien de tu espalda y tu descanso reparador, te aconsejamos que en cuanto des la primera cabezada, te vayas a la cama de cabeza. Y si has de dormir en el sofá por algún motivo (¿pelea de enamorados?), al menos abre la cama.

9.

El escritorio junto a la cama

Dormitorio con pared pintada en verde y escritorio junto a la cama

Papel pintado verde, de Coordonné. Escritorio, de Roble Store.

El Mueble

Si has colocado junto a tu cama un escritorio, muy mal. ¿Piensas que todavía estás en tu época estudiantil? Para tener una zona de trabajo, es mejor colocarla en el salón o en la cocina. Todos los expertos aconsejan separar la zona de descanso de la de trabajo. Y si por falta de espacio no puedes llevarla al salón, intenta que ambas áreas estén bien delimitadas.

10.

La colcha de patchwork de la abuela

Dormitorio con colcha de patchwork y cómoda blanca

Colcha de patchwork en la cama, de Country Collection. Alos pies, otra de Textura.

El Mueble

Por muy naíf que mantengas tu espíritu todavía, tu época de "paz y amor juvenil" ha pasado a mejor vida... Y todo lo que ello conlleva. Si sobre tu cama aún conservas la colcha de patchwork, de tela o ganchillo, que te hizo tu abuela es hora de darle unas merecidas vacaciones, ¿no crees? Pero no la guardes mucho, que como la moda es cíclica puede que de aquí a unos años sea tendencia de nuevo.