¡Cuidado!

Si detectas estos síntomas en tu gato, puede estar enfermo

Los gatos son tan listos que son capaces de ocultar enfermedades, por eso debes estar muy atenta a los siguientes síntomas (y actuar inmediatamente)

Gato sobre una manta.

Si tu gato muestra alguno de estos síntomas, es probable que esté ocultando una enfermedad.

The Lucky Neko/Unsplash

Si convives con un perro, estarás de acuerdo con nosotros en lo fácil que resulta averiguar si está enfermo. Sin embargo, en el caso de los gatos es completamente diferente. Estos felinos tan inteligentes son expertos en ocultar las enfermedades, y solo a través de la observación directa y los pequeños detalles, podrás saber si necesitan ayuda.

Su comportamiento diario siempre es el mismo: dormir, comer, hacer sus necesidades y jugar. Si alguna de estas actividades básicas falla, ¡presta atención! Sobre todo si le ves aletargarse y dejar de comer más de 24 horas. Esta situación puede desencadenar en problemas hepáticos graves, por lo que, en resumen, al menor síntoma, lo mejor es ir al veterinario. A continuación, repasamos algunos síntomas.

Síntomas de que tu gato está enfermo

Cuando un gato está enfermo, hay síntomas más visibles que otros, estos son los vómitos (salvo los vómitos de bolas de pelo, que son comunes en estos animales), las diarreas y el estreñimiento. Ante cualquiera de estas señales de alerta, debes acudir inmediatamente al veterinario. Sin embargo, hay otros síntomas que pueden pasar más desapercibidos.

  • Si tu gato bebe más agua de lo normal y orina con mayor frecuencia, podría deberse a problemas renales o a diabetes.
  • También si apenas come, lo notas deprimido y aletargado, con vómitos y diarrea, tendrás que acudir al veterinario.
  • Si tu gato jadea o respira con la boca abierta (algo que solo hacen los perros), hace ruido al respirar, tose o respira a un ritmo anormal, es imprescindible que lo lleves al veterinario, ya que podría tratarse de una patología respiratoria cardíaca muy grave o incluso ser síntoma de fiebre o dolor. Si no lo haces, el desenlace podría ser fatal.
  • Si ves que tu gato acude constantemente al arenero, intenta orinar, pero no lo consigue (o apenas lo hace), llora o incluso sangra, probablemente tenga una infección de orina como una cistitis, que debe ser tratada cuanto antes. Con poca frecuencia, también puede tratarse del complejo FLUTD obstructivo, en el que la inflamación de la uretra no deja al animal orinar, y eso se trata de una emergencia médica inmediata.
  • Si la piel de tu gato no es rosa o negra y exhibe costras o arañazos, si le pica y se le enrojece y si su pelo ya no está suave y brillante, sino que, además, se le cae, puede tener alguna enfermedad de la piel, como por ejemplo, la sarna.
  • Si tu gato parece desorientado y camina con la cabeza más inclinada de lo normal, suele ser signo de bajadas de potasio, consecuencia de enfermedades hormonales, renales o digestivas (pérdidas de potasio). También puede tratarse de signos neurológicos. Si ladea la cabeza puede tratarse de un problema de oído externo o interno.
Gato sobre una manta.

Un gato con aspecto atigrado tumbado sobre la cama.

Paul Hanaoka/Unsplash

¿Cuáles son las enfermedades más comunes en los gatos?

Conjuntivitis, otitis, rabia, cistitis, problemas gastrointestinales, inmunodeficiencia felina, leucemia felina y peritonitis.

¿Qué enfermedad mata a los gatos?

Cualquier enfermedad no tratada, puede desembocar en el fallecimiento del gato, pero hay algunas especialmente letales: peritonitis infecciosa felina, cáncer, leucemia felina, rinotraqueítis felina, rabia y enfermedad renal.

¿Cuál es la enfermedad más peligrosa de los gatos?

Sin duda, la peritonitis infecciosa felina, ya que se trata de una enfermedad mortal que no cuenta con un tratamiento efectivo a día de hoy.

Gato sentado en el sofá.

Un precioso gato sentado en el sofá tranquilamente.

Erik Jan Leusink/Unsplash

Sabemos que da mucho miedo pensar que nuestros gatos puedan enfermar en cualquier momento, por eso mismo, lo mejor que puedes hacer para que se mantengan sanos es vigilar de cerca su comportamiento diario, prestar atención a los pequeños detalles, darles de comer un pienso de calidad adecuado a su edad y peso, ponerles agua fresca cada día y, por supuesto, vacunarlos y acudir a las revisiones periódicas del veterinario. En el caso de que tengas un gato que entra y sale de casa a su antojo, será especialmente importante que revises su salud, ya que podría estar juntándose con gatos enfermos.

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