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1.

¿Las guardas en el sitio perfecto de la nevera?

Las verduras son muy "señoras" y no les gusta el frío intenso porque se deshidratan y se vuelven fibrosas. Así que ponlas en la zona más templada de la nevera y protegidas para que no pierdan la humedad. ¡Ah! Y nos las pegues a la parte posterior de la nevera porque se congelarían. Mejor en los cajones.

2.

Cuestión de orden

 Cuando planifiques tus menús, hazlo en función de la vida útil de las verduras que hayas comprado, es decir, consume antes lo que antes se estropea. ¿Ejemplos? Espárragos, brócoli o acelgas. Puedes esperar más para espinacas o pepinos, y más todavía para zanahorias y cebollas. 

3.

Ojo con las verduras de hoja verde

Mejor consúmelas en uno o dos días. Y para almacenarlas, atento: elimina las hojas estropeadas y guárdalas en el frigo, sin lavar, envueltas en papel de cocina y luego, en una bolsa de plástico. No juntes verduras distintas en la misma bolsa. Dedica una bolsa a cada una. 

4.

Las más resistentes

Patatas, cebollas, ajos... pueden durar meses si los guardas en un lugar fresco y oscuro, aunque hay quien dice que en la nevera tampoco están mal. ¿Quién? La cocinera Mireia Carbó, quien aconseja guardarlos en el frigo para evitar que se grillen. 

5.

Planifica el interior

Guarda las verduras en bolsas agujereadas excepto las setas, que deben ir en bolsa de papel. Y mételo luego todo en los cajones. Evita los envases herméticos porque la condensación las pudre. Y no las aprietes porque cuanto más juntas, antes se estropean. 

6.

Los tomates, por ejemplo, mejor almacenarlos fuera. Las temperaturas inferiores a 10ºC los deterioran, les quitan sabor y cambian su textura. Las berenjenas, los pepinos y los pimientos también es mejor dejarlos fuera; si los tienes en el frigo, cómelos antes de que pasen tres días. 

7.

¿Las lavamos?

Para consumir las verduras en su punto óptimo, lo mejor es no lavarlas hasta el momento de cocinarlas o comerlas. Aun así, si prefieres tenerlas a punto de solfa en la nevera, lávalas pero sécalas bien antes de guardarlas porque si no, el agua las pudriría. 

8.

No mezcles verdura y fruta

Muchas frutas desprenden etileno, un gas que deteriora los vegetales. Ojo sobre todo con los albaricoques, las nectarinas, las peras e incluso los tomates. No los pongas junto a brocoli, zanahoria, lechuga o pepino. Dedica un cajón a cada tipo de alimento y listos.

9.

Todo empieza en la compra

Puedes almacenarlo todo genial siguiendo estos consejos, pero si las verduras y frutas no tiene calidad, no te estarás cuidando. Para comprar bien ten en cuenta: comprar fruta y verdura de temporada, que esté tersa, mejor comprar poco y frecuentemente, y que la verdura sea lo último que compres y vaya directa a la nevera. 

10.

Aprovecha la primavera

Viene cargada de vitaminas en forma de frutas. Si compras fresones, que no tengan partes blancas ni golpes y no los tengas más de 4 días en el frigo. Las ciruelas, que sean firmes y no tardes más de 3 días en comerlas. Y las cerezas, elígelas oscuras y con el tallo bien verde, y mételas en el frigo sin lavar. 

La primavera es el mejor momento para darte un baño de vitaminas con los productos del huerto. Justo ahora, cuando todavía el frío no nos ha dejado, es el momento ideal para hacer recetas con brócoli, col y coliflor, que son las verduras con más sustancias fotoquímicas terapéuticas. Y también con acelgas, espinacas, puerros, espárragos verdes, calabacín, calabaza, judía tierna y patata nueva. Pero si prefieres las verduras crudas, tu arsenal de vitaminas estará en: espinacas, endibias, lechuga, rábanos, pepino, pimiento, remolacha, tomate y zanahorias.

¡Ah! Y si a pesar de almacenarlas bien, crees que no serás capaz de comértelo todo antes de que se estropee, congélalas escaldándolas previamente o haz conservas con ellas, y tendrás verduras perfectas para muuuuuucho tiempo.