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Restaurar en casa: mucho más fácil de lo que crees

Devolver el encanto perdido a muebles y objetos es una gratificante tarea que requiere técnica, tiempo e ilusión a partes iguales. Te damos los 10 pasos a seguir para llevar a cabo una restauración

Laia Piñol

Periodista

Actualizado a 31 de agosto de 2021, 11:08

Que no te dé vértigo. ¡Anímate! Con tus propias manos puedes dar una segunda vida a esos muebles y objetos tan bonitos pero deslucidos por el paso de los años. Si lo que te preocupa es que tu pieza se convierta en el próximo Ecce Homo te aseguramos que siguiendo estos consejos lo que resultará es una auténtica obra de arte.

1 Adaptar

Valorar el estado de la pieza y la complejidad de la intervención es el punto de partida de una restauración. En algunos muebles puedes necesitar la ayuda de un ebanista para adaptar sus medidas al estándar actual: las camas eran más estrechas y los aparadores más bajos por la menor altura de nuestros antepasados.

2 Reparar

Más allá de la finalidad estética, una restauración persigue devolver la funcionalidad a un objeto o mueble. En relojes y radios –muy apreciados por los coleccionistas–, tú puedes hacer una primera intervención pero requerirán la revisión de un experto.

3 Revisar

Cajones, bisagras, molduras y patas son elementos muy vulnerables al paso del tiempo. Si se han desprendido tendrás que eliminar los restos de cola, aplicar una nueva y reubicar la pieza en el mueble, sujetándola durante unos días con ayuda de cuerdas para lograr su total adhesión. Los cajones se deslizarán mejor si aplicas un poco de cera natural o jabón de pastilla en las guías. Sustituye las bisagras inservibles o muy oxidadas por otras nuevas.

4 Forja

El calentamiento de hierro que le da origen le otorga también una gran durabilidad. Pero este material también se ensucia y deteriora con el paso del tiempo. Debes quitarle el polvo asiduamente. La limpieza a fondo para eliminar restos de pintura y óxido se realiza con un cepillo metálico. Si falta alguna pieza es necesario que acudas a un especialista para que la reponga. Y si deseas pintarla tendrás que dar primero una capa de imprimación antioxidante.

5 Retapizar

Si la tela solo necesita una buena limpieza bastará con que la desclaves con cuidado, la lleves a la tintorería y la vuelvas a colocar con la ayuda de una grapadora especial. Si hay que renovarla porque está deteriorada, puedes usar la pieza antigua como plantilla para recortar otra en una tela nueva y poder retapizarla luego.

6 Carcoma

Para eliminarla en casa debes inyectar con jeringuilla un producto específico en cada orificio (poco a poco, para garantizar su penetración), envolver la pieza en plástico durante varios días y repetir la operación. Si la madera tiene grietas las puedes disimular rellenándolas con masilla Epoxi de dos componentes.

7 Reutilizar

La restauración es un buen momento para dar una nueva vida a un mueble antiguo tras realizar en él las adaptaciones pertinentes. Un aparador dará origen a un hermoso mueble de baño, una puerta de calidad se transformará en un cabecero y un yunque puede ser una original lámpara para el comedor. Para algunas intervenciones, como incorporar encimeras de mármol, lavamanos y tuberías, puedes necesitar la ayuda de un carpintero.

8 Madera

Limpiarla a fondo es imprescindible antes de iniciar cualquier trabajo de restauración. Lo primero es eliminar totalmente el polvo, especialmente en esquinas y rincones. Al hacerlo hay que evitar que pierda la pátina que le han otorgado los años. Para ello puedes aplicar una solución de bicarbonato sódico mezclado con agua, que retirarás luego con un paño mojado en agua tibia y vinagre.

9 Acabados

Los barnices y encerados antiguos suelen deteriorarse con los años y son difíciles de preservar. Si se encuentran en muy mal estado puedes decapar el mueble con un disolvente específico y una espátula. Los objetos de madera decapada tienen mucho encanto, aunque para una mayor protección se recomienda un barnizado que permita apreciar la veta de la madera o encerarla con cera natural.

10 Herrajes

Para restaurarlos y limpiarlos bien es preciso destornillarlos cuidadosamente de su emplazamiento. Los restos de barniz se limpian con un paño empapado en acetona, que se enjuagará con una mezcla de agua y amoníaco. Si solo están sucios frótalos con un paño con agua, una cucharada de vinagre y otra de sal, enjuaga con agua y jabón neutro, y sécalos bien.

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