Salones grandes: las 12 normas infalibles para amueblar y elegir bien los muebles

¿Quieres que tu salón grande transmita equilibrio? Elige un punto focal en torno al cual gire la decoración de la estancia. En este salón, la interiorista Isabel Otero ha elegido un cuadro abstracto en blanco y negro. Alrededor de él ha amueblado el salón con dos sofás blancos, una mesa de centro, un par de butacas y un puf, formando un cuadrado perfecto.

Además de un lienzo, hay otros recursos que pueden servirte de punto de partida a la hora de decorar un salón de grandes dimensiones. Un elemento arquitectónico —vigas, pilares, molduras...—, una librería o una chimenea también son enclaves destacables. En este salón XL, la interiorista Jeanette Trensig, de Cado Interiors, ha elegido la chimenea y las estanterías laterales como foco de atención. Su lacado en un atrevido color verde es, en gran medida, responsable. En torno a ella el salón se ha completado con dos sofás, una amplia mesa de centro de madera maciza y una butaca tapizada.

Tener un salón generoso no significa llenarlo de muebles sin dejar un centímetro libre. Amueblar sin saturar será tu consigna. Toma medidas de las dimensiones del espacio y estudia la mejor manera de distribuir de forma armónica los muebles que necesitas. En este proyecto distributivo no te olvides de las zonas de paso, súper importantes para lograr una buena circulación sin obstáculos. Las interioristas Mausha Marsá y Tanana Montero amueblaron este salón, elegante y señorial, con un look atemporal dejando a la vista el espectacular suelo de madera y espacios desahogados entre los sofás enfrentados, la mesa de centro y los pufs.

Cuando te enfrentas a amueblar un espacio grande puede que te invada esa sensación de frialdad, de cómo conseguir integrar cada elemento ¡y acertar! Distribuir los sofás formando una L resulta un buen truco para darle calidez a tu salón y lograr un ambiente acogedor. Es lo que ha hecho en este la interiorista Asun Antó. Ha tomado la librería como referencia y ha ubicado en torno a ella un par de sofás en L. El tamaño de la mesa de centro hace posible zonas libres de paso.

Lo bueno de tener un salón amplio es que te permite poner dos sofás, e incluso, tres. En lugar de optar por un par de pufs o butacas, añade un tercer sofá creando una figura en forma de U. El lado que queda abierto déjalo libre para que quede holgado. Una buena forma de asegurarte que haya asiento para todos. En este salón, el interiorista Rubén de Matea ubicó, en torno al cuadro de gran formato, tres sofás similares con una mesa compacta de madera en el centro. Fíjate cómo "rellenó" las esquinas: con mesas auxiliares y una lámpara de pie. Todo queda integrado sin sensación de agobio.

Contar con un salón amplio tiene sus ventajas. Ya no solo porque puedes invitar a tutiplén sin problema de espacio. También porque, decorativamente hablando, te permite algún que otro privilegio: emplear tonos oscuros, por ejemplo. Si pintas las paredes de un verde, azul o gris profundo, lejos de empequeñecer el salón, le darás profundidad. En este salón moderno de la imagen, la interiorista Paz de Tord se ha decantado por dos sofás en un gris intenso, a juego con la butaca. Y lo ha dulcificado con el empleo de madera y fibra.

Otra concesión que te permite un salón generoso es proyectar una zona de almacenamiento de pared a pared. Puedes aprovecharla para guardar vajilla, ropa de mesa o como librería, si eres una adicta a la lectura en papel. Es lo que hicieron en este salón Irma Aleu y Rosa Viñets, crear un par de estanterías grandiosas de madera y convertir el ventanal que las separa en un delicioso banco mirador con cajón incluido.

Tu salón amplio con dos o tres sofás te exige una mesa de centro grande para que todo aquel que se siente llegue bien a ella. Otra alternativa súper original es disponer de varias mesas de centro que aportan ligereza visual. Puedes elegirlas tipo nido, del mismo material pero en diferentes tamaños, y extenderlas cuando precises. Es lo que ha hecho aquí Gabriela Conde. O bien optar por todas diferentes pero con un nexo de unión: forma, material o color. 

¿Más ventajas de un salón grande? Puedes dividirlo en varias zonas: un sala de estar para ver la tele, otro saloncito para charlar, un comedor, una zona de trabajo... La decoradora Dara Díaz ha creado junto al salón una agradable zona de lectura bajo la ventana. Para amueblarla ha elegido una cómoda butaca, una lámpara de pie y una mesita auxiliar para dejar el libro cuando te levantes. 

Además de frialdad, otro inconveniente que presenta un salón de grandes dimensiones es dar una sensación plana, monótona. Caerás en ello si eliges un mobiliario demasiado lineal. Corrígelo con esta pauta infalible: mezclar muebles que aporten volumen, texturas y materiales diferentes. Fíjate en este salón decorado por Carlos Álvarez. Ha combinado madera con metal y cristal; muebles rectos con otros curvilíneos, tejidos frescos y livianos con otros más abrigaditos... Así ha conseguido dar dinamismo a este salón espectacular. ¿Más trucos? Las lámparas grandes, como estas de araña, también ayudan a crear movimiento.

La escueta lista de muebles básicos de un salón mini se amplía con creces si el espacio no es problema. Un aparador, una cómoda, una mesa auxiliar, pufs... serán bienvenidos siempre y cuando sean necesarios y aporten algo. No vale el llenar tu salón de muebles con elementos innecesarios. En este de la imagen Dafne Vijande ha colocado una consola bajo la ventana y unas mesitas nido auxiliares junto al sofá. Las tres comparten diseño, madera y metal, a juego con la mesa de centro y la chimenea. Aportan ligereza y dinamismo.

¿Y eso qué es, te preguntarás? Las formas orgánicas son aquellas que tienen un contorno irregular, caprichoso que, a menudo, intentan imitar las formas de la naturaleza (nubes, árboles, montañas...). Ahora lleva este concepto a la decoración de tu salón grande ¿Cómo? Eligiendo muebles sinuosos, de diseños originales que no dejen indiferente a nadie. Las butacas, las mesas de centro, la lámpara de pie o las mismas teteras, jarrones o molduras son buen ejemplo de ello en el salón de la imagen. Gracias a su presencia se ha conseguido un espacio relajado y acogedor.