Paleta de colores para pintar tu salón: tríos y combinaciones para triunfar en decoración
No hay nada como el color para transformar un espacio. Y más en el salón, que es el espacio más vivido de casa. ¿El secreto para no pasarse ni quedarse corto? Usar como mucho tres colores. ¡Que vivan los tríos!
¿Te suena aquello de que tres son multitud? Pues en materia de colores son el número perfecto para que no te pases de "colorines" ni te quedes a medio camino. Y no hay nadie mejor que el salón como banco de pruebas de los tríos de colores que mejor quedan. La proporción la decides tú, pero ya sabes que nosotros somos fieles seguidores de la regla del 60/30/10. Consiste en elegir un color dominante para el 60% del espacio (suele ser el de las paredes), uno secundario para otro 30% y un último tono para el 10% restante.
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Salón con butacas, de HK Living, en Estudio Hoc Volo. Mesas de centro, realizadas a medida por Estudio Hoc Volo.
El Mueble
Beige + negro + blanco
Este es el mejor ejemplo de que combinar neutros ¡funciona! Así que si buscas una paleta de colores que no pase de moda atenta a este salón en el que el blanco sirve de base para decorar la estancia. El segundo tono predominante es el beige o arena, que vemos en cojines y cuadros. Mientras, las pinceladas de negro son fundamentales para dotarlo de un aire muy actual.
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Salón con sofá, de IKEA. Mesa de centro, diseño de Paula Duarte. Mesas de madera, de Cidon.
El Mueble
Gris cálido + ocre + blanco
La oposición del blanco del sofá y del gris cálido de las paredes encuentran su punto medio en los cojines de color marrón con los que la interiorista Paula Duarte ha decorado su salón. Este color marrón lo ha utilizado también en la mesa de centro de madera, cerrando el conjunto.
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Salón con sofás Barcelona, mesa de centro y mesa auxiliar, diseño de Jeanette Trensig, en Cado Interiors. Cortinas con tela de Yutes.
El Mueble
Verde oscuro + arena + caldero
Si buscas una paleta de colores atrevida para pinta el salón, atenta a esta propuesta. Una pared pintada de un verde oscuro se convierte en el centro de las miradas y ayuda a dar profundidad al espacio. Mientras, los sofás en color arena suavizan el efecto y se aprovechan de la luz que entra por las ventanas. Finalmente, el color caldero crea la calidez que roba el verde.
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Salón con sofá y butacas, diseño de Sube Interiorismo, realizados a medida en Tapicería Deco Lur Sofá. Mesa de centro, de Ethnicraft. Mesa auxiliar, en Bazar Decoración.
El Mueble
Azul Bilbao + blanco + naranja
Una paleta para pintar el salón es combinar el azul Bilbao en las paredes con unos techos altos en blanco. Mejor si son abuhardillados como estos. Ante el riesgo de que pueda oscurecer la estancia, una ventana circular y un espejo se encargan de llenar de luminosidad el cuarto. Mientras, el color naranja presente en los cojines y el cuadro ayuda a llenarlo de color, darle personalidad y llevar la calidez.
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Salón con sofás modelo Albert, de Atemporal. Mesa de centro y escritorio, de Tot Interiors. Taburete, de Let's Pause. Butaca de ratán, en MIV Interiores.
El Mueble
Azul turquesa + azul petróleo + blanco crudo
Nada como una base en un blanco cálido, como el de este sofá y las paredes que albergan el salón, para colocar varios cojines con diferentes tonalidades azules que se complementan a la perfección. Es una forma ideal de conseguir una atractiva paleta de colores para decorar el salón.
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Salón con sofá y butacas, diseño de Coton et Bois. Mesa de centro, de Simla. Alfombra, de Mimbre & Co, en Coton et Bois. Sillas modelo Peel, de Taller de las Indias. Lámparas de cuentas, de Vical.
El Mueble
Verde + marrón + blanco
Una base blanca en las paredes es la mejor opción para darle a tu salón los colores que desees y sea cual sea el estilo que quieres conseguir. Si lo que buscas es un ambiente con tendencias naturales y cálidas, nada como acompañar al blanco de un marrón suave y un verde, ambos colores que encontramos en la naturaleza. ¿El resultado? Un salón cálido, acogedor y tendencia.
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Salón con sofá de Miki Beumala. Butaca Croissete de Honoré, en Carolina Blue. Mesas y lámparas de Little House. Mesita auxiliar de Ethnicraft, en La Maison. Cuadro en Sacum.
El Mueble
Azul turquesa + dorado + blanco
¿Buscas un salón cálido, pero con una pieza que destaque? Pues sobre una base neutra como la que crea esta pared con arrimadero blanco coloca un sofá de un color llamativo, como este en azul turquesa que se convierte en robamiradas. Después, los detalles en dorado de las mesas de centro y la lámpara de sobremesa aportan ese punto glamuroso y moderno.
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Salón con sofás, alfombra, lámpara de pie y cortinas, de IKEA. Mesa de centro y lámpara de techo, de Maisons du Monde. Mesa auxiliar y aplique de La Redoute. Puffs, de Calma House. Lámpara cesta, de Santa&Cole.
El Mueble
Beige + gris oscuro + mostaza
Este cálido y luminoso salón se ha decorado con una paleta de colores en la que predominan los neutros. Las paredes de color beige se aprovechan del matiz cálido de este color para poder colocar los sofás de color gris oscuro. Después, mediante los cojines de color mostaza se lleva la vitalidad (y unas pinceladas de azul turquesa que ayudan a enfriar el ambiente).
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Salón con sofá, de Joquer, en La Oca Selezione. Mesa de centro, de Taller de las Indias. Butaca y puf, de K.A International. Cómoda, de Rue Vintage 74. Cuadro, de María Miralles.
El Mueble
Azul claro + blanco cálido + blanco
Combinar dos tonos del mismo color puede crear resultados luminosos y cálidos. Es lo que pasa cuando añades unos sofás en blanco puro a una estancia pintada de un blanco con matices cálidos que calienta el ambiente. Como contrapunto, hay que añadir entonces un color frío que contribuya a dar personalidad, como el azul suave de los cojines y del cuadro que decora la pared.
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Salón con sofá, modelo Kivik, de IKEA. Mesa, modelo Camus, y espejo, de Maisons du Monde. Butacas, de Merc&Cía. Blanco, de Bäse Interiorismo, fabricado por Camacho Construcciones. Alfombra, de Papiol.
El Mueble
Tonos beige + caldero
Igual que nos pasaba anteriormente con el blanco en varios tonos, si empleas distintas gamas de beige en el salón (una más clara en las paredes y otra más oscura en las tapicerías), puedes conseguir un toque más cálido añadiendo un color con mucha personalidad, como el caldero que decora la pared sobre la que se ubica el sofá y se refleja en el espejo, pero que también vemos en la alfombra kilim.
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Salón con sofá, de Cusó Tapissers. Mesa de centro, de Valeria Sidañez, en Sacum. Mesa auxiliar, en La Maison.
El Mueble
Gris + rosa + mostaza
Para dar más vida a un sofá gris nada como combinar dos opuestos. En este caso, los elegidos han sido el rosa y el mostaza. El primero es responsable de un toque más frío, pero también femenino; mientras que el segundo pone la nota cálida y un punto más vital. Lo mejor es que en la alfombra se reúnen todos gracias al bonito estampado floral.
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Salón con sofás de IKEA. Mesa auxiliar y cojines de terciopelo de Rue Vintage 74. El de cuadros es de Maisons du Monde y el de rayas de Sacum.
El Mueble
Verde oliva + naranja intenso + beige
La calidez y la fuerza del verde oliva y el naranja intenso, alcanzan su plenitud cuando se encuentran con la neutralidad del beige. Se trata de colores perfectos para las estaciones más frías del año, en tejidos como el terciopelo o la lana. Un consejo: utiliza con mesura el verde y el naranja en complementos para lograr que destaquen con elegancia.
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Salón con sofá y mesas auxiliares, de IKEA. Lámpara de pie, de Cottage Little House. Cojines y jarrones, de Kenay Home.
El Mueble
Mint + rosa + blanco
Mint, rosa y blanco: probablemente, la combinación de colores más fresca que existe, ideal para potenciar la dulzura y darle un toque tan femenino como delicado a los ambientes. Además, también resulta muy luminosa, así que si no cuentas con mucha luz natural en el salón, esta mezcla le sentará estupendamente.
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Salón con sofás, de Kibuc. Mesas auxiliares y lámpara de pie, de Kave Home.
El Mueble
Mostaza + gris + blanco
El mostaza se ha convertido en tendencia en las últimas temporadas. Este color tan alegre y vistoso es capaz de aportar calidez, y destaca mucho más en compañía de los grises. El blanco, como puedes comprobar en este salón, se encarga de duplicar la luminosidad del conjunto. Por otro lado, esta mezcla se lleva bien con la presencia de estampados.
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Salón con mesa de centro, de Habitat. Puf, de Zara Home. Sofá y alfombra, de IKEA.
El Mueble
Naranja pálido + verde + violeta
¿Te apetece jugar con el contraste? Toma nota de este salón donde el naranja pálido actúa como fondo y los textiles en tonos verdes y violetas completan la gama cromática. Piensa que si el naranja fuese más intenso, el look resultaría demasiado cargante y, aparte de cansarte a los dos días de la decoración, tus nervios se verían afectados.
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Salón con sofá azul, de Asunción Latorre. Mesas de centro y sofá gris, diseño de la decoradora.
El Mueble
Azul oscuro + verde pistacho + gris
En este salón, la intensidad del azul oscuro viste la pared y el sofá del fondo, ampliando el espacio visualmente. Los tonos más claros como el verde pistacho de la mesa de centro o el gris del sofá, se sitúan al principio creando un efecto degradé que juega con los volúmenes mientras concibe una estancia luminosa y enérgica.
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Salón con chaise longue, sofá y mesas de Coco Mat. Proyecto de Meritxell Ribé.
El Mueble
Verdigrís + greige + rosa
Son el trío más delicado. Las paredes en verdigrís son el marco perfecto sobre el que destacan las piezas principales en greige, a medio camino entre gris y beige. El toque femenino lo ponen los complementos en rosa.
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Salón con sofás de Home Select. Pufs de Casa y Campo y lámpara de techo de Años Luz.
El Mueble
Verdes esmeralda y celadón + blanco
En cuanto el verde entra en casa ya no puedes prescindir de él. Y menos si combinas dos tonos tan magnéticos como el verde esmeralda (¡pura luz!) y el celadón (tan delicado...). Como les acompaña el blanco, este salón no puede ser más luminoso y refrescante.
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Salón con sofás y mesa de centro de India & Pacific. Alfombra de Francisco Cumellas. Es un proyecto de Gaby Conde.
El Mueble
Azul + gris + beige
Hay tríos que no fallan para envolver el salón de una atmósfera cálida y relajante pero con un toque actual. Ante la duda: azul, gris y beige es una apuesta segura.
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Salón con sofá de Miki Beumala. Mesa de centro de India & Pacific. Alfombra de Basarabian.
El Mueble
Arena + blanco + verde
Los colores de la naturaleza entran en casa de la mano del arena y el verde. Los toques de verde lo ponen los cojines, pero también los ramos silvestres y la vajilla. Y el blanco matiza a sus compañeros y le da un plus de claridad al salón.
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Salón con sofá de Cado con cojines de Gancedo y Azul Tierra. Mesa de centro de Merc&Cía y butaca de Sacum.
El Mueble
Rosa + blanco + miel
Casi todo era blanco, así que el rosa (subidito sin ser fucsia) llegó para dar un poco de vida a este salón romántico y femenino. Por cierto, el último color tiene truco, es el tono miel del suelo junto a los muebles y a los complementos de fibras.
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Salón con sofás y mesa de centro de Meritxell Ribé. Butacas de Matèria. Alfombra de BSB.
El Mueble
Azul agua + beige + coral
Entrar en este salón es como ir a la playa. El toque fresco del azul y el cálido del coral encuentran en el beige de la pared la mejor base sobre la que destacar. El color arena de la madera de roble completa el look playero.
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Salón con sofá, butacas, mesa de centro y alfombra. Todo de El Corte Inglés.
El Mueble
Gris antracita + turquesa + blanco roto
Moderno, luminoso, acogedor... así es este salón que ha apostado por la fuerza que tiene la combinación de colores opuestos. Las fotos en blanco y negro de la pared refuerzan este contraste que se llena de vitalidad con los complementos en turquesa.
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Salón con mesa de centro de Becara. Sofás de Miki Beumala. Butaca de Sacum y alacena de Brucs.
El Mueble
Beige + blanco + ocre
La gama de los colores tierra es la protagonista de este salón. El beige destaca con la dosis justa de claridad y calidez. El ocre, de fibras y complementos, da peso a la decoración y el blanco pone luz al conjunto.
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Salón con sofá y butaca del Estudio Mertixell Ribé. Pufs y alfombra de Sacum.
El Mueble
Naranja + verdigrís + blanco
La combinación de verde y naranja es luminosa y enérgica, y queda equilibrada siempre que haya un tercer color que aporte calma el conjunto. Aquí, ese papel lo juega el blanco.
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Salón con sofá y puf de Bárbara Sindreu con tela de Güell-La Madrid. Mesas de Mercader de Venecia.
El Mueble
Dos tonos de gris + teja
Juega con colores intensos en el salón, como la gama de los grises, solo si los ventanales te aseguran que no se verá oscuro. Aquí, la "frialdad" de las paredes y el sofá se compensa con colores y materiales cálidos, como los complementos en teja y la alfombra de fibras.
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Salón con sofá de Pórtico. Butacas, mesa de centro y mesa auxiliar, en Coton et Bois.
El Mueble
Rosa + blanco + beige
La calidez es la gran protagonista de este salón, gracias a su inmejorable base en blanco y beige. Y el rosa, el tercero en discordia, presente en el gran sofá y las butacas, pone un toque cálido y femenino que le viene muy bien.
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Salón con sofá tapizado con tela de Designers Guild y cortinas, en Usera Usera. Mesa de centro de terciopelo de Gastón y Daniela.
El Mueble
Morado + gris marengo + beige
Este salón demuestra que las telas tienen mucho que decir en materia de colores. Decorado con una base muy neutra, son los tapizados los que se encargan de "pintar" el ambiente. La combinación de morado y gris queda muy sofisticada.
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Salón con sofá de Mobles Montané. Mesas de centro en La Maison. Proyecto de Júlia Casals.
El Mueble
Azul + gris + mostaza
En este salón gana el azul. Está en las paredes y en los detalles y es el color que aporta su carácter sereno al espacio. Como es algo "frío", como el gris del sofá, necesita un tono que caldee el ambiente y ese es el papel del mostaza, siempre optimista y vital.
¿Por qué siempre tres?
Es casi casi un número mágico en decoración (y no hablamos solo de decoración de salones). A la hora reunir objetos los impares y, concretamente los tríos, siempre quedan bien: uno es solitario, dos demasiado simétrico y tres tiene el dinamismo justo. Y lo mismo pasa con los colores.
¡Y ojo! que cuando hablamos de color no solo nos referimos a la pintura de las paredes. En el salón, el color de las piezas principales, como el sofá o la alfombra, pueden "manchar" más que la propia pintura. Y los cojines y los complementos, son pequeños pero poderosos. Así que tenlo en cuenta cuando elijas el trío que reinará en tu salón.
A la hora de combinar colores lo que nunca falla es jugar con varias tonalidades de una misma gama. Es lo que se llama una mezcla armónica. Un blanco, un beige y un tostado o tres azules de distinta intensidad siempre quedan bien aunque no sea la apuesta más arriesgada del mundo.
Es la mejor opción para que tu salón sea atemporal y siempre perfecto. Lo mejor es que elijas la tonalidad más clara para las paredes, la intermedia para las piezas grandes, como los sofás, y la más oscura para los complementos.
Los opuestos se atraen
Si en lugar de buscar la armonía quieres ponerle un poco de contraste a tu salón, entonces lo mejor es que optes por dar protagonismo a dos colores opuestos en la rueda del color, es lo que se conoce como tonos complementarios. Porque aunque son muy distintos se compenetran y compensan muy, pero que muy, bien.
Piensa sino en una combinación blanco y negro o de rojo y verde. Son tan diferentes que juntos se resaltan mutuamente. En esos casos el tercer color en discordia se convierte en, casi casi, el más importante. Con blanco y negro, por ejemplo, necesitas un color que levante y de vidilla al trío como un amarillo o un turquesa. Si optas por verde y rojo, en cambio, lo que hace falta es un poco de calma, así que apuesta por un beige o un gris clarito.
Colores con alma de diva
Cada cierto tiempo hay un color que está en boca de todos. Puede ser porque lo elige Pantone como color del año, como este año el Living Coral o el año pasado el Ultra Violet, o porque de la moda da un salto a la decoración como el azul denim o el millenial pink.
¿Qué como lo metes en casa? Pues con cuidado y mucho cariño. Lo más fácil es usarlo como color de contraste para lo más pequeño, siempre que te quede bien con los otros dos tonos de tu decoración. Si la base es bastante neutra es más fácil que sea así. El Greenery por ejemplo, puede dar un aire natural y fresco a tu salón junto con tostado y blanco, por ejemplo. Si prefieres el azul denim, tendrás un toque sofisticado con una base blanca o gris y un poco de amarillo.
Y si tienes dudas
Haz una prueba antes, pero en diferido. Puedes comprobar como quedan distintas combinaciones haciendo una especie de moodboard inspiracional.
Coge muestras de pintura, retales de tela, catálogos... y crea una composición, como si fuera un collage. Es la mejor manera de visualizar si encajan o no.
Desde el móvil (o la tablet) con apps como la Visualizer 3.1 de Bruguer. Puedes ver el resultado de la combinación de colores sin coger el rodillo. Basta con hacer una foto del espacio que quieres transformar y hacer pruebas hasta dar con la tuya.