Cocinas pequeñas distribuidas en línea: consejos e ideas prácticas para aprovecharlas

Todo en línea e integrado. Y es que, donde lo ves, esta cocina pequeña cuenta con un armario de limpieza, la nevera, la despensa, el congelador, el lavavajillas, armarios y cajones. ¡Y en el mínimo espacio! Para aprovecharla mejor, pero sin sobrecargarla, Moser Mur Arquitectura idearon unas cajas de madera de pino que ofrecen almacenaje, suman calidez y no pesan. 

Las cocinas abiertas a la zona de día son un must en espacios pequeños. No solo porque se ganan metros reales, sino también sensación de amplitud visual. En estos casos, es clave integrarla al salón, por eso Moser Mur Arquitectura optó por un mobiliario de DM en blanco, y con detalles de madera de pino, a juego con el resto de muebles de la zona de día. 

Se puede ser pequeña y muy coqueta. Como esta cocina, que se ha proyectado cuidando todos los detalles. El mobiliario se ha reunido en una sola pared para dejar espacio libre para el comedor, y para no recargar el espacio, se han reemplazado los armarios superiores por una balda. Un original antepecho con un damero de baldosas suma carácter y color. 

El techo abovedado, las vigas de madera, el paso abierto en semiarco... Cuando tienes un espacio decorativo por sí solo, ¡qué menos que potenciarlo! Por eso, al proyectar la cocina, se buscó la máxima integración, con la única concesión del colorista antepecho, que es la nota deco de este espacio, dando como resultado una personalísima cocina en línea. 

Un truco de decoradora para aligerar visualmente una cocina –sobre todo cuando cuenta, como esta, con armarios superiores– es diseñar el mobiliario lo más discreto posible: ni tiradores, ni molduras y con los electrodomésticos integrados. Y esto es lo que ha hecho la decoradora Carolina Juanes en esta cocina de madera en línea de una casita de montaña. 

La decoradora Carolina Juanes aprovechó la planta cuadrada de la cocina para habilitar el comedor, que aprovecha un rincón y gana plazas de asiento gracias a un banco en "L". 

Con un total look en blanco, esta cocina abierta a la zona de día ocupa un solo frente, así libera espacio para el comedor, con un gran mesa de madera, que aporta calidez, y sirve de superficie de trabajo extra cuando se precisa.

Dos vitrinas gemelas acristaladas sirven de improvisadas alacenas. Lo que contribuyen a liberar espacio en los armarios de la cocina, que son los justos, ya que la vajilla y demás menaje puede reunirse aquí. En negro, contrastan con el blanco que se impone en el piso, y van a juego con los detalles de la cocina, como las lámparas y apliques de la zona de trabajo. 

La decoradora y estilista de El Mueble Gabriela Conde salvó los pocos metros de esta cocina con una distribución en línea del mobiliario y tiñendo de blanco paredes, techo y suelo, lo que contribuye a ampliar visualmente los metros. Los muebles, de madera reciclada y en acabado raw, suman estilo y van en sintonía con el look de cabañita de esta casa. 

El comedor se integró en la cocina, pero para que no fuera un obstáculo al paso, la mesa se arrimó a la pared. Al ser amplia, pueden comer sin problemas la propietaria y sus hijas, que usan este espacio como zona de estudio y trabajo improvisado. El almacenaje se ha completado con un mueble a modo de vitrina que, además, resulta decorativo por sí solo. 

Sí, lo has leído bien. El espacio que ocupa esta cocina era, antes de la reforma proyectada por la decoradora Rosa María Targarona, una zona de pasillo que se ensanchaba. Es pequeña, con todo el mobiliario organizado en línea, pero se ha podido integrar el comedor. 

Podríamos pensar que pequeño y negro son incompatibles. Pero esta cocina demuestra, no solo que es posible, sino que forman un tándem perfecto. La altura XL de los techos y el colorista suelo de mosaico original, que da alegría y resta sobriedad al negro, ayudan. ¿Y te has fijado en el original antepecho? Es un espejo, lo que contribuye a multiplicar la luz y ganar sensación de amplitud. 

Todo lo que tiene esta cocina de pequeña lo tiene de bien resuelta. Por un lado, se ha optado por un mobiliario y un equipamiento de mínimos reunido en un solo frente. Y, por otro, el propio mobiliario sirve de murete para separar la zona de día del dormitorio. 

Esta cocina comparte espacio con el salón y el comedor y se integra a la perfección en la decoración gracias a su mobiliario, de madera y una tonalidad común. 

 La planta alargada y muy estrecha de esta cocina hacía que la distribución en línea de los elementos fuera la única opción. 

Esta cocina en línea tiene todo lo básico, pero en formato mini. El mobiliario se ha elegido a juego con el pavimento y los armarios superiores, en acabado brillante, multiplican la claridad. 

En pocos metros, como aquí, prescindir de tabiques es la mejor opción. Gracias a esto, la cocina toma prestado al pasillo entre salón y comedor el espacio necesario para trabajar sin estrecheces. 

En esta cocina se ha ganado espacio optando por unos electrodomésticos más pequeños, desde los fuegos y el horno, hasta el fregadero y el lavavajillas. 

 El mueble con cajones y baldas sirve de camarera para guardar la vajilla y así liberar un armario de la cocina, y de improvisada barra de desayunos.  

Esta cocina en línea bebe de la luz que entra por el gran ventanal para darle la amplitud visual que no conceden los metros visuales. Para hacerla más práctica, el rincón bajo de la ventana se ha aprovechado con una balda volada del mismo material que la encimera para ganar una zona de desayunos o una superficie extra de trabajo. 

Para dar más personalidad y color a esta cocina en línea, se colocó una colorista composición de baldosas que imitan el mosaico hidráulico en la zona del antepecho. Y el resultado ayuda a romper con la hegemonía del blanco de esta cocina con muebles de Meine Kutchen.

Esta cocina, con muebles de MJ Figueroa, se ha aprovechado al cm, llevando el mobiliario hasta el techo. Para no recargar el espacio, los armarios superiores se han acristalado

 Y es que el pavimento de mosaico delimita la cocina del comedor, que a su vez queda separado del salón gracias a la mesa, que hace de barrera visual. La alfombra, por su parte, delimita el salón. 

Esta cocina abierta al comedor aprovecha la planta alargada para distribuir todo el mobiliario en línea y, a la vez, se beneficia de la luz del comedor, que llega hasta la cocina. 

El comedor, planificado con una mesa redonda que siempre resulta visualmente más ligera, se ha completado con un armario a juego con el mobiliario de la cocina para tener a mano todo el menaje.