Tendencias de cocinas 2024: adiós armarios superiores, hola cocina más grande

La forma más habitual de sustituir los armarios superiores en la cocina es colocar unas baldas. Permiten tener lo esencial a mano sin abigarrar el espacio. La interiorista Aurora Monasterio forró la campana de madera y colocó a ambos lados unos estantes de la misma madera, a juego también con los zócalos.

La misma idea repite aquí la interiorista Lory Hansen, de A Touch of Class. En este caso, la cocina de madera se ha distribuido en paralelo. La campana y las baldas se pintaron de negro en contraste con el salpicadero de microcemento. ¿Sabías que las cocinas de madera son tendencia?

En esta cocina antigua con acento inglés, el Estudio Quintana Partners ha optado por el almacenamiento vertical como sustituto de los muebles altos. Para ello, ha diseñado una original lámpara donde colgar el menaje de cobre. Le acompañan unas baldas en color garbanzo que se mimetizan con las paredes, un mostrador de tienda, a modo de isla, y una antigua cajonera de anticuario. Un look rústico chic muy bien conseguido.

El blanco y el negro son los protagonistas de esta cocina sin armarios altos y con suelo tipo mosaico. Una balda blanca se prolonga a ambos lados de la campana para colocar tablas de cocina y teteras. Una cocina moderna y luminosa con una estética súper limpia. ¿Quieres ver más cocinas modernas?

Unos grandes ventanales hacen imposible la presencia de muebles altos en esta cocina blanca. ¡No importa! Gavetas y armarios inferiores son suficientes. Las paredes se han revestido de un divertido papel pintado de ciruelas azules con ramitas verdes que le da color. En medio dos carritos, a modo de isla, hacen las veces de frutero. ¿Qué otros papeles pintados puedes poner en la cocina?

Esta cocina en gris abierta al salón comedor no tiene armarios superiores. En su lugar, cuenta con una balda decorativa. Se ha situado sobre el fregadero y en ella se han colocado damajuanas y un cuadro apoyado. No hace falta nada más ya que cuenta con una amplia isla, que lo mismo sirve de superficie de trabajo como de almacenaje.

Esta cocina rústica, distribuida en U y diseñada en madera recuperada, ha sustituido los muebles altos por unos estantes flotantes a los lados de la campana. De diferentes tamaños, permiten tener a mano botes, especias y la vajilla de diario. Una buena manera de aunar vajillero y despensa  sin atosigar el espacio.

Además de las baldas, otra de las opciones para amueblar una cocina sin armarios superiores es colocar una isla generosa. Esta de la imagen, diseñada por la interiorista Paula Rombys, combina isla con cajones amplios, baldas y almacenamiento vertical.

Aunque parezca antigua, esta cocina es nueva. La interiorista Helena de Juana le dió un toque rústico. En lugar de armarios altos, optó por poner un mueble con almacenamiento interior recuperado de una bodega, a modo de isla. Le acompañan una balda para colocar las soperas y una vitrina para guardar vajilla, cristalería y ropa de mesa. ¡Chapeau!

Otro ejemplo de cocina pequeña sin muebles superiores. La interiorista Carmen Caubet la ha revestido de madera para darle un look de montaña y ha optado por una península con almacenamiento que hace las veces de superficie de trabajo y de barra de desayunos. Un panel de madera con rejilla es el complemento perfecto para colgar en él tazas, tablas y utensilios.

En esta cocina distribuida en U se han obviado los muebles altos. Las interioristas Isabel Flores y Nuria Almansa han optado por proteger y decorar las paredes con una baldosa hidraúlica gris de diseño geométrico. Para mantener el orden han dispuesto armarios a ambos lados de la península. ¡Qué coqueta!

La ausencia de armarios superiores no es exclusivo de cocinas modernas o rústicas. Esta vintage y con un ligero toque provenzal también presume de ello. ¿Y cómo han solucionado el problema de almacenamiento? Las interioristas Blanca Berenguer y Marta Xuclá han dispuesto una isla central y múltiples cajones que aportan la dosis de orden que toda cocina necesita.

Distribuir la cocina en el centro de la estancia, sin paredes que la arropen, impide que pueda tener muebles altos. Es la genial apuesta de este ejemplo: una isla central y una península, abiertas al salón comedor y repletas de armarios por dentro y por fuera.