12 cocinas con el comedor integrado de la revista El Mueble que vas a NECESITAR copiar (con vídeo)
Tener el comedor junto a la cocina solo tiene ventajas. Pero para que el resultado sea elegante, deberás prestar especial atención a los materiales y estilos. ¡El contraste no falla!
Una cocina con el comedor integrado te permitirá ahorrar paseos entre las estancias, pero también os ayudará a disfrutar aún más de ese tiempo en familia o con amigos. Estos 12 ejemplos muestran cómo integrar estos espacios en uno solo con personalidad, unidad y carácter. ¿Los vemos?
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Cocinas abiertas con ideas geniales
Cocinas abiertas con ideas geniales.
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Cocinas abiertas con ideas geniales
En este vídeo podrás ver cocinas abiertas con ideas geniales, ¡no te lo pierdas!
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Cocina con mesa Skögsta, sillas Agen y lámpara de techo Risbyn, de IKEA. Mobiliario de cocina Enhet, de Ikea.
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Un comedor que da calidez y contraste a la cocina
En esta cocina en la que predomina el blanco, materiales cálidos como la madera y las fibras naturales son las encargadas de aportar calidez. Y la vemos muy bien agrupada en la zona del comedor, con la mesa de madera y las sillas y alfombra de fibras, creando un contraste perfecto con los frentes de la cocina. Para dar aún más unidad se ha decorado esta con una lámpara y vajilla blanca, mientras que los muebles cuentan con una encimera de madera y unas tablas decorativas. ¡El tándem perfecto!
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Sofá y lámparas de techo, de Taller de las Indias. Mesa del comedor, de La Casita de Margaux. Sillas, de Casa. Banco, de Asitrade. Moboliario de cocina, de Davinia Cocinas.
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Con el comedor como punto de unión
En esta cocina abierta, es el comedor el que actúa como nexo entre esta y el resto de la zona de día. Y, para destacarla se han colocado dos grandes lámparas de fibras naturales que roban todo el protagonismo al resto de la decoración. Así, los tres ambientes quedan integrados, especialmente gracias al color y el acertado uso de los materiales.
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Vivienda reformada por Solange Van Dorssen. Mobiliario diseñado por Kravat 2. Sillas de ratán, de Sika Design. Lámpara de Santa & Cole, en Avanluce.
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Un comedor adosado a la isla
El comedor de esta cocina es una elegante extensión de la isla. Si te fijas bien, la misma encimera que recorre la isla continúa con la mesa del comedor. Para darle mucha más elegancia, la interiorista Sol Van Dorssen colocó una clásica lámpara de techo con la pantalla blanca y unas cálidas sillas de fibra natural que garantizan la comodidad.
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Mobiliario, diseñado por Bäse Interiorismo, realizado por Camacho Construcciones. Encimera Kairoa de Dekton, en Cosentino. Mesa, modelo Kerala, de Tusmesasysillas.com. Lámpara, modelo Clavel, en Primeravenida.
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Materiales que unifican
Esta cocina en L se ha completado con un coqueto comedor creando un conjunto integrado y homogéneo. ¿Cómo? Gracias al uso del mismo material (o al menos el mismo acabado) tanto en el antepecho o salpicadero y en el sobre de la mesa. También gracias a la calidez de los suelos de madera continuos y los detalles en fibra natural y de madera que decoran y unifican ambos espacios.
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Mobiliario de cocina y mesa del comedor, realizados a medida por Coton et Bois. Sillas, modelo Peel, de Taller de las Indias. Lámpara, de Pomax.
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Una cocina en tres y comedor accesible por todos lados
Esta gran cocina seguro que despierta tu envidia a todos los niveles. No solo se ha planificado con un estilo atemporal y en un color topo muy en tendencia, sino que, además, cuenta con una gran península y muchísimo espacio de trabajo. ¡Y muchas zonas con distintos usos! Además de la de aguas, trabajo y despensa, la península tiene también una barra de desayunos para comidas rápidas. Y todas ellas desembocan en un cálido comedor con una mesa redonda de madera y sillas de fibras.
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Mobiliario lacado, de Cado Interiors. Mesa del office, realizada a medida con madera recuperada de pino. Sillas Whisbone, de Carl Hansen&Son. Lámparas de techo, modelo Coldridge, de Eglo.
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Cuando lo moderno y lo rústico van de la mano
Esta cocina con comedor integrado es una auténtica declaración de intenciones que une lo mejor del estilo moderno y del estilo rústico. Mientras que la cocina blanca presume de un marcado estilo moderno, el comedor adosado a la península podría, fácilmente, haber sido sacado de una masía en el campo. Una combinación de estilos que demuestra que lo rústico también puede ser moderno. Y viceversa.
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Vajilla, mantel y jarrón de Pomax, en Trends. Sillas de rejilla modelo Rodini de Kare. Cortinas de Taller RMA.
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Cuando el comedor es la estrella
Si tienes una cocina abierta y quieres que pase desapercibida, nada como planificar unos muebles poco llamativos y discretos que cedan todo el protagonismo a la zona de comedor. Es lo que hizo en esta cocina con comedor integrado la interiorista Gabriela Conde en la que la mesa y las sillas roban todo el protagonismo. Pero, sin duda, el punto moderno y llamativo lo ponen las lámparas de techo en color mostaza que coronan la mesa. ¡Nos encantan!
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Mobiliario, diseño de Dorotea Estudio. Campana, horno y vitrocerámica, de Balay. Banco en el comedor, de Maisons du Monde. Mesa de pino, realizada a medida. Sillas y lámparas de techo, de Mister Wills.
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Una cocina abierta al comedor
Esta cocina alargada culmina en una gran ventanal junto al que se ha colocado un elegante comedor con una imponente mesa de madera de pino realizada a mano. Así, no solo la zona de comer está bañada por la luz, sino que las paredes blancas ayudan a que esta viaje hasta la cocina, iluminándola. No podemos dejar de hablar del banco colocado en la mesa del comedor, que deja que esta última sea la mesa la auténtica protagonista del espacio.
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Mobiliario diseñado y realizado por Estudio Villa Juana. Pavimento, de Vives Cerámica. Campana, a medida. Lámparas de cerámica, de Ixia. Apliques, de Thai Natura. Silla y cojón en la isla, de Zara Home En el comedor, sillas de Iixa. Lámparas de Foimpex.
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Una cocina con galería convertida en comedor
Para integrar el comedor en la cocina, las interioristas Ana Berganza y Paula Heredero decidieron adosar la zona de la terraza a la cocina y crear una especie de invernadero. Uno de sus puntos más destacables es que ambas estancias están unidas, pero se pueden separar mediante un cerramiento de cristal corredero, dejando que tanto la cocina como el comedor, aunque integrados, se conviertan en estancias independientes.
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Fregadero y azulejos en Pasarela Projects. Grifo de Tres Grifería. Encimera de Silestone. Lámpara de Let’s Pause. Mesa restaurada y pintada por Nice Home Barcelona. Las sillas son de Vical. Mantel de Maison de Vacances, en Filocolore.
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¡Te ves tan campestre!
Entre los suelos de barro cocido, las vigas de madera y los techos en bovedilla, este espacio pedía a gritos una cocina rústica. Pero no todas las cocinas de este estilo han de hacer de la madera el material protagonista. Para llenarla de luz, se colocaron unos muebles blancos con tiradores de concha, que aportan un acogedor look campestre. Para potenciarlo, el comedor colocado en el centro de la estancia se ha completado con una mesa redonda, que facilita la circulación y evita los golpes inesperados, y unas sillas con respaldo de aspa. La lámpara de fibra completa este estilo de campo tan agradable.
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Mesa y sillas, de El Corte Inglés. Lámpara, de Kenay Home.
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Separados por la península
En esta estancia en la que cocina y comedor van de la mano, se ha colocado una península que actúa de nexo de conexión, pero también como separador de espacios. Para dar unidad al espacio se han colocado unas sillas y taburetes del mismo modelo, con estructura en negro y asientos de mimbre que, además, contrastan con el inmaculado blanco de la cocina y paredes. El toque más romántico y femenino, se lo debemos a los textiles en rosa.
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Mesa y banco, diseño de la interiorista Ángeles Rodes. Sillas, de Ton, en Domésticoshop. Lámparas de techo, de Cinc Etoiles. Mobiliario de la cocina, realizado a medida por Rodes Arquitectura&Diseño. Encimera, modelo estatutario, de Neolith. Grifería, de Roca.
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En madera y blanco
En este espacio, la cocina abierta y el comedor comparten la isla. Mientras que, por un lado, sirve como zona de trabajo en la cocina, por el otro se convierte en un banco con almacenaje que da servicio al comedor. Dos espacios completamente integrados que hacen del color blanco y de la madera su seña de identidad y su nexo de conexión.