Una cocina independiente comunicada con el comedor al detalle

Igual que la de "Cuéntame", así era la cocina: azulejos estampados, baldosines, muebles chapados... "¡Igualita", dice riendo Beatriz al explicar cómo era antes su cocina. "La tuneé sin apenas obras: no quité los azulejos; di encima una pasta y puse papel vinílico. Y el suelo lo tapé con uno sintético que imita madera y es facilísimo de poner. Solo hubo que instalar los muebles nuevos", explica la dueña. La pared de la zona de repostería fue empapelada y, para reflejar más la luz y dar más profundidad visual, Beatriz colgó un espejo que parece una ventana.

En la cocina, la zona de trabajo consta de un frente con encimera y armarios superiores. Ahí se ubican la placa y el fregadero. El otro paralelo alberga los hornos, el frigorífico y otros electrodomésticos. Por su parte, el office ocupa un espacio independiente con ventanas al exterior y se comunica con la cocina por un vano.

De esta forma ganó sitio sin recargar. "Al fondo de la cocina puse muebles de menos profundidad para desahogar. Es ahí donde tengo mi "rincón de repostería", con los moldes y todos los utensilios, y también un carrito con ruedas que me sirve de superficie de apoyo donde lo necesito", nos comenta Beatriz. "Este mueble auxiliar es muy versátil, con mucha superficie de apoyo, sitio para guardar y, al llevar ruedas, puede usarse como camarera", dice orgullosa la propietaria. 

Este mueble auxiliar, además de servir de platero y para guardar los utensilios que más usa Beatriz en la cocina, también ofrece sendos cajones en los que guardar los condimentos. ¡Y cómo no, el mítico libro de 1080 recetas de cocina! 

Los muebles se diseñaron con acabados en alto brillo y con encimera de Silestone, llegan hasta el techo para aprovechar toda la pared. Los superiores llevan leds debajo. 

Y, además, luce el mismo acabado en la pared del fondo de la cocina y en la zona del comedor. "Para que hubiera continuidad visual, revestí la pared con el mismo papel que elegí para la del fondo de la cocina", matiza Beatriz.

Enmarcado por dos enormes ventanas, este office es acogedor y recogido. "Con tres niños en casa, cuanto más amplio y despejado es el comedor, mejor; por eso solo puse la mesa y las sillas", explica Beatriz. 

Al principio, todo el comedor tenía papel vinílico; el estampado se puso después encima. La línea de unión la tapó como una moldura, como si fuera un zócalo. Además, la mesa del comedor es amplia y, al estar cerca de la cocina y tener tan buena luz, también se puede usar como superficie de trabajo. Ayuda también que es de cristal y se limpia muy bien. 

Para potenciar la sensación de continuidad, el blanco y el verde actúan como puntos de conexión. Claro, que también el papel pintado. Los detalles en ambos colores inundan las dos estancias, haciendo del lugar un espacio fresco y acogedor.