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Ropa de cama y cojines de flores, de Filocolore. Cuadrantes y plaids, de Caravane.
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Una cama mullida y bien vestida
El blanco es el color fetiche para lograr el máximo de luz. Aplícalo no solos en paredes, techo y carpintería sino también en el mobiliario. La interiorista Gemma Gallego, de Knowhaus, diseñó la cama de este dormitorio con cajones de madera alistonada en blanco. Y para vestirla eligió unos gustosos y acolchados textiles en amarillo y rosa empolvado que invitan al descanso.
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Cabecero realizado a medida. Banco y espejo, en Pantay.
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Con los cojines a juego con las colchas
Beatriz Hernández ha optado en este dormitorio por un moderno cabecero a medida con mesillas integradas y repisa en roble. Ha vestido la cama en beige y gris, con los cojines a juego. Fíjate en el número y la disposición de ellos. En El Mueble solemos poner entre 5 y 7 cojines. La interiorista ha dispuesto primero la almohada, luego los cuadrantes y, por último, los cojines.
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Trucos para hacer la cama perfecta
Trucos para hacer la cama perfecta
¿Quieres saber cómo hacemos en El Mueble la cama perfecta? En este vídeo te explicamos paso a paso los mejores trucos de nuestras estilistas para convertirla en una cama de revista. ¡Dale al play!
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Cabecero de lino realizado a medida, en Telas La Tonelada. Ropa de cama, de Zara Home. Cojines, de Gancedo. Molduras en la pared, de Orac Decor.
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Textiles en tonos terrosos
¡Qué bien se llevan el blanco y los tonos terrosos! Los neutros son únicos para ganar luz y calidez en el dormitorio. Esta cama con cabecero de lino blanco comparte color con las sábanas. Sobre estas, Eva Baena ha dispuesto mantas y plaids en un tono arena.
Y para almohadones y cojines ha jugado con distintas tonalidades de marrón. A los pies, un banco de madera resulta perfecto. El ribete negro del cabecero y las molduras son dos detalles que dan a esta cama un toque elegante y sofisticado.
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Cabecero, banco y butacas, de Eichholtz. Ropa de cama, de El Corte Inglés.
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Una cama alta arropada en tonos neutros
Este dormitorio es todo un templo del relax. La interiorista Bijan Laufer, de The Art-Interior Design, ha dispuesto una cama alta orientada para disfrutar de la vegetación exterior nada más despertar. El cabecero y el banco, tapizados a juego, la alfombra de pelo largo y la ropa de cama en suaves tonos beige dan al dormitorio un look acogedor y romántico.
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Cojines, cuadrantes, colcha azul y plaid de lino, de Filocolore. Lámpara de techo Pale, de Los Muebles de George.
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Vestida de azul
¿Quieres darle a tu cama un toque refrescante? Lo lograrás si añades pinceladas de azul, en la pared, el cabecero o la ropa de cama. Esto último es lo que ha hecho Gabriela Conde en esta cama de la imagen. Vestida de blanco inmaculado, un edredón y un cojín azul son suficientes para conseguir ese look mediterráneo. La presencia de madera y fibra también ayudan.
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Cama, de Decowood. Colcha y cojín floral, de La Redoute. Cojines lisos, de Zara Home.
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Una cama en suave turquesa
Un truco para transmitir en el dormitorio paz absoluta es optar por un verde turquesa. En este la ropa de cama, lisa y estampada, es fiel reflejo del mar que se divisa por la ventana. ¿Y qué color armoniza con el verde? El gris. Dorotea Estudio lo ha elegido para el cabecero tapizado, los estores de lino y las pantallas de las lámparas.
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Dormitorio de invitados abuhardillado con vigas y suelo originales de la casa.
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En tonos empolvados
Las buhardillas y los tonos pastel tienen un encanto especial. Este dormitorio de invitados reúne ambas características. Decorado por la interiorista Marta Castellano-Mas, sus paredes pintadas a la cal en un tono arena le dan ese aspecto de cueva que tanto se lleva. La cama vestida en verde, azul y rosa empolvado detienen el tiempo y llenan el ambiente de romanticismo. Unas láminas botánicas y la butaca de mimbre completan la escena bucólica.
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Cabecero y lámpara, de Cosydar. Cuadrantes, nórdico y edredón beige, de Le Monde Sauvage. Cojines de cuadros, de Madame Stoltz, en Carolina Blue.
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Una cama de estilo natural
¿Quién ha dicho que los cuadros y las flores no pegan? Esta cama es el mejor ejemplo para desmentirlo. Se le quería dar un aspecto muy natural, por eso se eligió un mix de fibras: el cabecero de esparto, la lámpara de rafia y la alfombra de ratán. Para la ropa de cama textiles de lino en beige y verde, muy serenos, que combinan estampados de cuadros en los cojines con pequeñas hojitas en el edredón.
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Cabecero diseño de Calamita. Mesita, de Crisal. Cuadros, en Mandrágora. Edredón y cojines, de Maison de Vacances. Colcha, de Zara Home. Papel pintado de Pierre Frey. Alfombra, de Salgueiro.
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Con edredón reversible
¡Somos fans de los edredones reversibles! Te permiten cambiar el look de la cama, según tu estado de ánimo. Dafne Vijande eligió un modelo que combina un tono beige, más suave, por un lado y un vibrante mostaza, por el otro. Los cojines, a juego, como el resto de textiles sumado a la presencia de madera y fibra.
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Pared del cabecero realizado a medida con molduras de Orac Decor. Pintura, de Valentine. Funda nórdica, de Zara. Cojines, de Maison de Vacances. Plaid, de CG Agencia.
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Una cama con faldones
Si el canapé es antiguo o tiene un color que no te pega con el resto del dormitorio, ocúltalo con faldones. Es lo que ha hecho en este dormitorio Asun Antó y Javi Baldrich. Para vestir la cama han elegido textiles gustosos en lino y terciopelo en tonos verdes y marrones, que van desde el beige hasta el caldero. Colores con fuerza como el cabecero panelado de cuarterones lacado en un gris oscuro.
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Cabecero de obra. Butaca y lámparas, de Sophie Bataglia. Alfombra, de Little House.
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Madera y lana para entrar en calor
Cada vez que vas a esquiar, te encanta dormir en esa habitación tipo cabaña en la que te sientes tan protegida. Inspírate en este dormitorio rústico para transformar tu dormitorio: vigas de madera, mantas de lana y alfombras de pelo largo que hagan tus pisadas más cálidas... ¡Y lo habrás conseguido!
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Cabecero, de Porcelanosa. Lámpara, de Aromas del Campo.
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Una cama con cabecero hasta el techo
¿Quieres una cama cálida y acogedora? Coloca un cabecero de madera hasta el techo que proporcione ese aspecto envolvente. En este dormitorio moderno de la imagen, Loreto Prieto y Elena Llorente han colocado un modelo en gres porcelánico con efecto madera, súper resistente y de fácil mantenimiento. La cama en tonos neutros la han dinamizado con colchas y plaids verdes y fucsias.
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Cabecero Orleans, banco Classic y ropa de cama de la colección Provenza, de El Corte Inglés.
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Clásica y con toques campestres
Fíjate en esta cama de primavera porque resume muy bien el estilo El Mueble. Es clásica, como lo demuestra el cabecero tapizado y el banco en capitoné. Para vestirla se jugó con distintas capas que llegan hasta el suelo culminando con varias colchas superpuestas. El estampado bordado de la funda nórdica es muy discreto, como los colores neutros con pequeñas pinceladas en amarillo.
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Cabecero con mesillas integradas, diseño de Chone de la Sotilla. Colcha, plaid blanco y cojines, en Sacum. Edredón, de Haomy, en Catalina House.
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En clave rústica
Tonos corales y naranjas son los elegidos por Deulonder Arquitectura Doméstica para dinamizar esta cama neutra. ¿Te has fijado en el número de cojines que han puesto? ¡Hasta 11! Va arropada por paredes en gris como el cabecero tapizado y enmarcado en madera. Las mesillas se integraron en él para ahorrar espacio. El resultado es un dormitorio rústico y cálido que respira paz.
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Dormitorio con hornacina en el cabecero, diseño de ST Interiorismo y realizado por Jorma. Funda nórdica y plaid, de Caravane, en Filocolore. Cojines y plaid de lino, de Le Monde Sauvage.
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En beige y rosa
Grande, cómoda y cálida. Así es esta cama con vistas al jardín enmarcada en un cabecero a medida con hornacina central. La ubicación y el diseño es obra de Toya Trías de Bes y Sandra Gibert, de ST Interiorismo. La ropa de cama en beige y rosa dan serenidad al dormitorio. Y el banco de madera, a los pies, resulta súper práctico para dejar por la noche plaids y cojines.
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Cama con cajones y cabecero, de Boyfe. Ropa de cama, de Filocolore. Cuadro, de Sylvia Ribas.
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Una cama con cajones
¿Otra manera para guardar los cojines y las mantas? En el canapé, bien sea abatible o con cajones como este. Carmen Figueras eligió este modelo de seis cajones tapizados en color piedra, uno de los colores base de este dormitorio. A él se le suman el gris oscuro, el verde y el mostaza. Para los tejidos, Carmen ha combinado linos y terciopelos lavados que le dan a la cama calidez.
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Cabecero, de Coton et Bois. Ropa de cama, de Zara Home.
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De menos a más
Si no te decides en qué color vestir la cama, opta por el blanco luminoso. Va bien en todos los dormitorios, independientemente de su estilo y sus dimensiones. Asun Antó así lo hizo en esta cama de la imagen. Dispuso una funda nórdica blanca y mantas y plaids en color beige (como el canapé) y caldero. De más suave a más intenso. El cabecero discreto se revistió de papel pintado a rayas.
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Cabecero, de TC Collection. Papel pintado, de Gastón y Daniela. Lámpara, de Zara Home.
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Una cama rebosante de estilo
No sabemos si nos gusta más el papel pintado a rayas o el fabuloso cabecero en lino azul, el caso es que esta cama es un derroche de estilo y elegancia. Es un proyecto de Natalia Zubizarreta, quien ha elegido la ropa de cama blanca con pequeñas pinceladas en color caldero. Buena manera de dinamizar la frialdad del azul.
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Cabecero, de Leroy Merlin. Espejos, de Maisons du Monde.
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Súper cálida
¿Tu dormitorio tiene el cabecero neutro y las paredes blancas? Perfecto porque le dará claridad y amplitud al espacio. Para evitar esa sensación de acabado plano, elige ropa de cama en colores intensos que lo alegren. Es lo que ha hecho en esta cama Dafne Vijande, dotarla de calidez con esos cojines y mantas en tonos ocre que le dan un aspecto otoñal y vistoso.
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Dormitorio con chimenea y vigas de madera.
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En blanco y negro
Si quieres un dormitorio de contrastes, decántate por una deco black & white. Las interioristas Loreto Prieto y Elena Llorente optaron por lacar el cabecero en gris oscuro y vestir la cama en blanco y piedra. ¿Te has fijado en las borlas que caen de la funda nórdica? ¡Qué coquetos! Cualquier detalle es bueno para no dejar indiferente a nadie y dar a la cama ese plus de estilo.
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Butaca, escritorio, lámpara y sillas, de Segunda Época. Alfombras, de Tailak.
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Un nórdico para cada temperatura
Si por las noches notas los pies fríos, a lo mejor ya es hora de cambiar el relleno del nórdico por uno más calentito. Sustituye el de fibra por un modelo de plumón y no habrá humano que te saque de la cama. La decoradora Dafne Vijande ha optado por vestir esta cama con una funda de color mostaza, a juego con los cojines y la butaca.
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Pared revestida de moqueta Alfresko, de KP. Mesitas y banqueta, de Catalina House.
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Una cama con la pared bien abrigada
Siéntete arropada en tu dormitorio y no solo por la ropa de cama. Un revestimiento con textura también abriga. En este de la imagen, la interiorista Bárbara Serra ha forrado la pared del cabecero con una moqueta parecida al sisal. Te hará sentir la mar de cómoda.
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Banqueta de madera de pino, de Azul Tierra. Butaca, de Gems tapizada con tela de Les Créations, de La Maison. Alfombra, de Matèria. Lámpara de sobremesa decapada, de Velafusta.
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Gris y azul para alegrar los días de invierno
Tu dormitorio blanco es perfecto para iluminar los días oscuros de invierno. Ahora falta dinamizar la ropa de cama con colores que aporten serenidad. Azules y verdes son los mejores candidatos. En este de la imagen, Inés Bernadés ha optado por combinar grises y azules, en textiles lisos o estampados (con cuadros, por supuesto).
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Cabecero de DM lacado y madera de roble, realizado a medida por Carpintería Jo Pa Álvarez. Alfombra de KP confecionada por Piccolo Mondo. Estor de lino, de Jab Anstoetz.
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Con múltiples cojines
¿A qué no hay cosa que te guste más que quedarte por la mañana unos minutos en la cama? Antes de acostarte, prepárala para este momento: ten a mano cojines de diferentes texturas y tamaños. Colócalos bajo la cabeza e incorpórate poco a poco mientras dejas que los rayos de sol te vayan desperezando. ¡Qué gustito!
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Escritorio, diseño de la decoradora. Lámpara flexo, de Acevedo. Papel pintado, de Caselio. Silla, de Chester.
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Una cama que recrea un jardín
¿Eres más de edredón, nórdico o colcha? Si no eres demasiado friolera, puede que un boutí, esa colcha de entretiempo, sea suficiente para abrigarte por las noches, sin agobios. Elige un modelo alegre de estampado floral, como este de la imagen. La interiorista Celia Crego propone dejar una mantita de lana a los pies para mantenerlos calientes.
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Cabecero y banco, realizados a medida. Banqueta, de Tine K Home.
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Date un privilegio y desayuna en la cama
Si cuando llega el fin de semana te llevan el desayuno a la cama, ¡menudo detalle! Estás tan calentita dentro que no te apetece ni levantarte. Como mucho de la cama al banco y del banco a la cama. Un cabecero de madera, a juego con la carpintería, ayuda a mantener esa sensación de calidez tan placentera.
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Mesitas de noche, de Ikea. Mural de papel pintado, de Tres Tintas. Lámparas de techo doradas, de Aromas del Campo.
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Una cama donde el tiempo se detiene
Hay paisajes que con solo mirarlos te transportan a otros lugares. Revivirás esa sensación si revistes la pared del cabecero con un papel pintado tan exótico como este, elegido por Leticia y Gracia de Amescua: unas palmeras que te trasladan a un destino cálido donde el tiempo se detiene. Rodeada de este panorama tan relajante ¿quién quiere salir de la escena?
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Banqueta y lámpara de sobremesa, de Angel des Montagnes, en Carme Caubet.
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Una cama rodeada de madera
Ya puede nevar o caer chuzos de punta en el exterior. En un dormitorio como este rodeado de madera, tú estarás tan a gusto divisando desde la cama el paisaje nevado. La interiorista Carme Caubet la ha vestido muy gustosa: con textiles calentitos de lana, terciopelo y lino en los que arrebujarte y no salir.
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Cama y cabecero, de Hamta Kraft. Lámpara de Scapa Home. Papel pintado, de Flamant.
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Con un cabecero tapizado, la cama es más cómoda
Si disfrutas desde tu cama de unas vistas maravillosas, nada más despertarte sientáte en ella, apóyate en tu cabecero tapizado —¡qué cómodo es!— y dedica unos minutos a contemplarlas. ¡Te levantarás de otro talante!
Las interioristas Laia y Marina Reguant eligieron aquí un modelo de capitoné blanco en contraste con el papel en forma de espiga que reviste la pared. Ambos y la presencia de vigas hacen la estancia más confortable.
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Cabecero, de Coton et Bois. Mesita de noche, en India & Pacific.
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El secreto del dormitorio moderno
Amplio, con un cabecero tapizado en gris, una pared empapelada y una cama bien vestida con varias capas son la fórmula del éxito de un dormitorio moderno. Buenas razones para no salir de él, ¿no crees? Grises y tostados se han dado cita en este proyecto de Asun Antó que lo llenan de actualidad.
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Cabecero en capitoné tapizado con tela de Llonch & Sala. Armario, diseño de Lalzada. Tela de las paredes, de Coordonné. Mesitas de noche, de Crisal. Alfombra, de KP.
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Una cama con colores relajantes
La presencia de un color sereno en tu dormitorio te mantiene relajado en la cama. En este dormitorio, el interiorista Carlos Álvarez optó por un cálido tono avainillado en el cabecero, el revestimiento de pared y el armario ropero. Blanco, mostazas y toques dorados hacen de este espacio un lugar perfecto para soñar despierto.
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Mesitas de noche, de Etnicraft. Tabuerets, de Bon Vent. Lámparas, de Little House.
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Abuhardillada y con colores cálidos
Los dormitorios abuhardillados rezuman encanto. En ellos te sientes resguardada, cómoda ¡y tan calentita! Potencia esa imagen con muebles de madera y textiles ultra cálidos en ropa de cama y alfombras. Carme Caubet ha dinamizado la cama con mantas y plaids de lana en color burdeos que hacen subir la temperatura.
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Cabecero, diseño de la decoradora, realizado por Fustería Catot. Mesita de noche, de Ethnicraft. Papel pintado, de Casamance, en La Maison. Apliques Enna Wall, de Avanluce.
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En tonos arena que evocan la playa
Los tonos tierra son únicos para llevar a cualquier estancia ese toque de calidez que le falta. En este dormitorio, Marta Prats ha decidido revestir la pared del cabecero de obra con un papel pintado en un acogedor arena. Color que comparte con el edredón y las mantas que cubren la cama. ¿A qué ya te imaginas acurrucada debajo de ellos?
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Proyecto de Isabel Otero. Lámpara de techo, de Ay Illuminate. Lámpara aplique, de Serge Mouille. Alfombra, de Zara Home.
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Una cama diferente según tu estado de ánimo
¿Quieres una fórmula sencilla para estrenar cama cada semana? Elige un edredón reversible y muestra la cara que más te apetezca. Este de la imagen, por un lado más claro y por el otro más oscuro, te permite jugar con sus tonalidades atendiendo a cómo te sientas, más meláncolica o más alegre. Así, siempre estarás feliz en tu cama.
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Cabecero realizado a medida por un tapicero. Lámpara de techo, diseño de la decoradora. Alfombra en Papiol. Banqueta, de Sacum. Cómoda, de Cado.
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Con doble cabecero y un detalle original
En este dormitorio, la interiorista Elena Eyre ha encajado la cama en una amplia hornacina pintada de gris que enmarca el cabecero. La ha vestido con ropa de cama en gris y mostaza —nueva muestra de lo bien que se llevan— y la ha acompañado con muebles y complementos en madera y fibra. ¿Te has fijado en la lámpara suspendida? ¡Es un bol de Ikea convertido en luminaria!
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Cabecero y banqueta, diseños de Pia Capdevilla, realizados por Luzoe Ferro. Alfombra, de Papiol.
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En blanco, negro y beige
La atracción de este dormitorio está precisamente en el uso equilibrado de sus colores. Ninguno de los tres se eleva por encima del otro. En este proyecto de Pia Capdevila el cabecero, las cortinas, el banco y la ropa de cama son pura armonía.
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Cojines blancos de lino, de Güell-Lamadrid. Cojines estampados, de Coton et Bois.
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Pon a prueba tus sentidos
Nos movemos mucho por los sentidos. Nos gusta lo que vemos, olemos y tocamos. Por eso, no te olvides para estar en tu cama como en la gloria de elegir ropa de cama suave al tacto y perfumarla con aromas sugerentes: a castañas asadas, calabaza, canela, tierra mojada, leña... Que te recuerden lo a gusto que estás allí dentro. Esta cama abrigada en tonos marrones es obra de Marta Tobella.
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Armarios, diseño de los arquitectos. Lámpara, de Malana's Workshop. Cortina, de Yutes.
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Baja los techos y crea un espacio más acogedor
¿Tu dormitorio es más alto que un día sin pan? Intenta bajar los techos en la zona de la cama. Crearás un efecto de doble altura envolvente y acogedor. Estos de la imagen además están inclinados, detalle que les da más carácter. Es un proyecto de los arquitectos Ana Blanco y Fran Mengíbar.
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Cabecero de DM, diseño de Pia Capdevila. Aplique, de Faro.
El Mueble
Tonos tostados con poder de atracción
Flores, cuadros, mandalas... ¿Qué estampado te gusta más? Coloca un edredón con tu motivo favorito. Será un buen gancho para permanecer en él. En este de la imagen, Pia Capdevila eligió un bonito edredón de florecillas y vistió la cama en distintos tonos de marrones, del beige al café, que dan a la estancia un plus de calidez.
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Estores de lino, colcha y alfombra, en La Maison. Cojines estampados de Camale_On y funda nórdica y cuadrantes de Filocolore.
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Equilibrio térmico
Colores fríos, como el azul, dejan de serlo combinados con madera, como se ha hecho aquí. Si quieres reforzar más su calidez, apuesta por vestir la cama con un edredón mullido, plaids y mantas de texturas abrigadas. ¡Y adiós al frío!
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Cama de hierro, alfombra y cortinas, del Estudio del decorador Jean-Pierre Martel.
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Una cama con dosel de hierro
Las camas con dosel visten por sí solas el dormitorio. El único "pero" es que para que luzcan necesitas contar con un dormitorio amplio. Esta, de hierro a juego con la barra de las cortinas, se ha vestido con unas caídas que suavizan su estructura. ¿Y qué me dices del columpio suspendido de las vigas? Ubicado junto a la chimenea invita a disfrutar de momentos de relax infinitos.
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Escritorio de anticuario. Funda nórdica, cojines y manta, de Zara Home. Alfombra, de Maisons du Monde.
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Con un papel pintado tipo mural
Como si de una gran pintura mural se tratara, este papel pintado viste por completo la pared del cabecero y llena de personalidad y encanto este dormitorio.
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Cabecero, lámparas y alfombra, de Coton et Bois.
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De DM y con mesillas con cajones
La decoradora Asun Antó completó la cama, bajo el lucernario, con un cabecero de obra pared a pared de DM que integra, a modo de hornacina, las dos mesillas. Para que sean más prácticas, cuentan con un pequeño cajón.
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Cabecero, de Calse. Mesitas de noche, de Crisal. Apliques, de DCW. Cómoda, de Vical Home. Lámpara de sobremesa, de Kenay Home.
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Tapizado en capitoné
Clásico pero no tanto. Así es este cabecero, que encaja a la perfección en el dormitorio de corte señorial decorado por Natalia Zubizarreta. Su diseño en capitoné viste de elegancia la cama y, a la vez, le da un aire atemporal.
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Cabecero, realizado a medida por Tapicería Marcasal. Taburete de madera, en La Maison. Mesita de noche, de MIV Interiores. Lámparas de techo, en Doméstico Shop. Alfombra beige, en Matèria.
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Un cabecero XL tapizado
Sin duda, este dormitorio decorado por Miriam Barrio es personalísimo. Empezando por el color rosa de las paredes, siguiendo por las molduras y terminando por el mega cabecero tapizado simulando terciopelo, de fa´cil limpieza, y sus detalles en negro para crear contraste.
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Cabecero de obra. Lámpara aplique, de VintaHome. Ropa de cama, de Filocolore.
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De obra y con hornacinas a modo de mesillas
Optar por una cabecero de obra es una solución muy práctica por su versatilidad y porque puedes confeccionarlo a la medida de tus necesidades. Aquí, además, Vera Salvat y Victoria Amat han planificado dos hornacinas que sirven de mesitas de noche.
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Taburete, en Catalina House.
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Con una pared con molduras
¿No quieres (o no te cabe) vestir la cama con un cabecero? Una opción es revestir la pared con molduras decorativas, como ha hecho aquí Miriam Barrio. Adornan pero apenas restan espacio. Además, se han pintado de un gris intenso muy elegante.
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Banqueta, de Deco Lur Sofá. Lámpara apliques, de Marset, en Susaeta Iluminación.
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Un cabecero de madera que sube del suelo
En este dormitorio el suelo se sube, literalmente, por las paredes. La decoradora Begoña Susaeta revistió la pared del cabecero y el techo de la misma madera del suelo para crear un cabecero muy original. Y lo completó con molduras a ambos lados.
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Dormitorio con ropa de cama con texturas, cómoda y lámpara suspendida de lágrimas.
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Una cama bien calentita
Con una cama así, ¡no hay frío que valga! Si quieres que la tuya sea igual de apetecible, juega con distintas texturas mullidas pero poco pesadas que no impidan moverte con comodidad —terciopelo, mohair, acolchados...—y elige una gama de colores cálidos que le den un aire acogedor y luminoso. ¡Éxito garantizado!
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Banqueta, de Kenay Home. Alfombra, de ID Design. Cabecero de espejos, de Cottage Little House.
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Un cabecero con espejos
El cabecero es el gran protagonista de este dormitorio. La interiorista Chiara Torri eligió un diseño a modo de libro y con espejos, que lo convierten en una pieza muy singular de gran poder decorativo.
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?Las mantas son de Matèria y MIKMax.
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Un mural como cabecero
Aquí se ha prescindido del tradicional cabecero en pro de un original mural que simula las tradicionales costuras del cuero. Esta original propuesta, de Marina & Co., refuerza la atmósfera natural del dormitorio y da un plus de calidez.
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Cama con dosel, de Aquitania.
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Una cama con dosel de madera en blanco
La cama es la gran protagonista de este dormitorio, donde se ha buscado un look minimalista con pocas piezas pero con mucha presencia. El blanco, que tiñe paredes, suelo, techo y mobiliario, aún refuerza más esta atmósfera de calma.
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Cabecero realizado a medida por Nice Home Barcelona. Mesita de noche, de Cottage Little House. Banqueta, en La Maison.
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Un cabecero de esparto muy natural
Las fibras son tendencia. Así que, ¿por qué no llevarlas al cabecero? Dara Díaz ha elegido un modelo de este material que refuerza el aire tradicional y el sabor a campo del dormitorio.
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Un cuadro como cabecero
Si tienes una obra de arte que te apasiona, conviértala en protagonista de tu cama, como se ha hecho aquí. Es una opción tan original como personal. Para que nada compita con ella, elige la ropa de cama en sintonía con los tonos del cuadro: dorados, tostados y blanco, en este caso.
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Cabecero realizado a medida por Tapicería Deco Lur Sofá. Banqueta, de Arterole Home. Alfombras, de KP. Apliques, de Faro, en Susaeta Iluminación.
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Rosa y gris, ¡qué buena pareja!
Son dos colores atemporales que se llevan a las mil maravillas. Y este dormitorio decorado por Begoña Susaeta es buena prueba de ello: el cabecero, tapizado en terciopelo rosa, se ha combinado con la banqueta, con el diseño a juego, pero en gris. Y esta combinación de colores se repite en la ropa de cama.
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Cabecero, mesita de noche y lámpara, de Cado. Banqueta, de Catalina House.
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Un súper cabecero de madera
Es una manera de enmarcar la cama, darle protagonismo y, a la vez, sumar calidez. Aquí, Asun Antó lo ha llevado hasta el techo y lo ha elegido a juego con la mesilla de noche, creando un conjunto coordinado.
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Mesita de noche, de Sube Interiorismo. Apliques, de Marset.
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Con un panel acristalado
Rematar el cabecero con un panel acristalado es una opcio´n muy u´til para separar visualmente la zona de cama del vestidor, por ejemplo, sin renunciar a la claridad. Es un proyecto de Begoña Susaeta.
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Mesitas de noche, lámparas y alfombra, de Dadà Interiors. Banqueta, de Filocolore.
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Una cama con un cabecero de obra
La pared de piedra vista ha condicionado la elección del cabecero con el que vestir la cama. Para salvarla, Dadà Interiors ha planificado un cabecero de obra de pared a pared, cuya repisa sirve de complemento de las mesillas y para apoyar objetos decorativos.
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Cama y banqueta, en Coton et Bois. Mesita de noche, en India & Pacific. Alfombra, en Papiol.
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Tapizado y tipo orejero
Los cabeceros tapizados son los más confortables, sobre todo si sueles leer en la cama. Mejor si los eliges desenfundables, porque son más fáciles de mantener. Aquí, Asun Antó y Javi Baldrich han optado, además, por un diseño orejero, que le da un extra decorativo.
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Lámparas, de Bloomingville. Cabecero diseño de la decoradora, realizado por Zur-Eder.
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Con un cabecero separador tipo murete
La interiorista Cayetana Quiroga ha enmarcado esta cama con un cabecero de DM a medida de triple uso: sirve de repisa a modo de mesita de noche, de separador de ambientes y por el lado del baño es un armario con poco fondo pensado para guardar las camisas.
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Cabecero tapizado con marco de DM, diseño de Asun Antó. Mesita de noche y lámpara, de Coton et Bois.
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Tapizado y con un marco de madera
La decoradora Asun Antó quería darle protagonismo a la cama, así que diseñó un cabecero XL tapizado y lo enmarcó, a modo de cuadro, con madera, dándole volumen y presencia.
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Cabecero de roble restaurado por Tocat pel Vent. Apliques Olaf, de Faro Barcelona. Alfombra, de Tejidos Noel. Mesitas de noche, en Matèria. Banqueta, en La Maison.
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Un antiguo arrimadero recuperado
La decoradora Lara Pujol reconvirtió este arrimadero antiguo, que ya no tenía cabida en este piso, en un cabecero personalísimo tras su restauración. Personalidad y tradición.
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Panel de madera pintado a modo de cabecero. Flexos, de Kave Home. Banqueta, en Bazaar Barcelona.
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Un tablero de madera con estampado botánico
Este cabecero apenas ocupa espacio y da vida a este dormitorio minimalista. Se trata de un tablero de madera colgado en la pared con un estampado botánico. Su responsable, la decoradora Paz de Tord.
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Dormitorio con cabecero DIY realizado en crochet.
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Un cabecero de crochet
¿Se te da bien el crochet? Inspírate en esta idea y confecciona un cabecero DIY: será único y 100% personalizable.
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Cabecero y lámpara de sobremesa, de Rue Vintage 74. Banqueta, de Snobworks. Alfombra, de Gancedo.
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Tapizado y de estilo art decó
Con este cabecero tan personal, por su diseño de inspiración art decó, el terciopelo —tan de tendencia— y su color rosa, no hace falta nada más en este dormitorio. Decora por sí solo la cama y la estancia. La acertada elección ha sido obra de la interiorista Teresa Gutiérrez.
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Cabecero, de Singular Market. Mesita de noche, de Maisons du Monde. Lámpara de sobremesa, de Hanbel.
El Mueble
Un cabecero de madera tipo rejilla
Este cabecero de madera, con un diseño tramado, viste la cama sin recargarla. Y, además, parece ir a juego con la lámpara de techo.
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Cabecero con papel pintado, de Élitis. Banqueta y lámpara con tela de Atanara, de Ajanta Interiores.
El Mueble
Un cabecero revestido de papel pintado
Este cabecero no podría ser más original. La interiorista Ajanta Velasco ha forrado su estructura, a modo de mini murete, con un papel pintado que imita la piel de potro. Un tablero de madera de roble en la superficie sirve de repisa.
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Aparador, mesita de noche y banqueta, de Ikea.
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Una cama abrazada por las molduras
Las molduras son tendencia y un recurso muy útil para enmarcar la cama y darle carácter. Aquí, por ejemplo, se ha prescindido incluso de cabecero, porque las molduras hacen esta función.