Cabeceros de color en dormitorios blancos: 25 ideas que dan personalidad
Al blanco le sienta de maravilla cualquier color. Y viceversa. Por eso los dormitorios blancos agradecen cabeceros de color, que aprovechen esa base neutra para dar personalidad al espacio. Mira estos 25 y haz tu combinación ganadora
Hay combinaciones que nunca fallan. Y apostar por una base en blanco en el dormitorio y reservar la nota de contraste cromática para los cabeceros de cama es siempre un acierto. Por un lado, porque el blanco favorece un ambiente relajante, luminoso y sereno, y por el otro, porque resulta ligero y combina bien con todo. En este sentido, si quieres elegir un cabecero de color, el blanco te garantiza un match seguro.
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Dormitorio con cabecero, diseño de Deco & Living, tapizado con terciopelo azul de Gancedo. Papel pintado, de Borastapeter. Mesitas de noche, de Rue Vintage 74. Apliques, de Ferm Living. Puf, de La Redoute. Cortinas, en Deco & Living.
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De pared a pared
Este dormitorio en el que reina el blanco cuenta con un original revestimiento en la pared en la que se apoya la cama. Por un lado, el cabecero de lino azul que va de pared a pared y que hace de pseudo arrimadero combina con el refrescante papel pintado con florecillas. Así el color, la frescura y la personalidad están garantizadas.
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Dormitorio con cabecero, escritorio, silla tapizada y espejo, de Segunda Época.
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En discretas pinceladas
Aunque el burdeos es una tonalidad con fuerza y que, en grandes dosis y en el dormitorio puede ser agobiante, llevándolo en discretas pinceladas, el resultado es muy acertado. Así el color del cabecero llega hasta el otro lado de la estancia gracias al estampado de cuadros burdeos y blancos de la silla del tocador. Incluso lo vemos en las flores o en pequeños motivos de la ropa de cama.
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Dormitorio con cabecero de Artwood. Mesitas de FreerLiving. Alfombra de Rug Vista. Lámparas de Maisons du Monde. Armario vintage de Olsson&Jensen.
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Un cabecero que aporta calidez y movimiento
En este dormitorio blanco, es el cabecero en capitoné de color beige el que aporta el punto cálido, así como cierto dinamismo en una estancia en la priman las líneas rectas. La ropa de cama verde se une al cabecero para contribuir con su colorido.
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Dormitorio con cabecero de Maison Decor Zaragoza, mesita de noche y lámpara de Sofía Martín.
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Sobrio y discreto
Completamente decorado en tonos neutros, este dormitorio garantiza su atemporalidad y sobriedad. El blanco de sus paredes y el sencillo cabecero en color gris se aúnan con las molduras y la mesita de noche para llenarlo de elegancia y un inconfundible estilo clásico.
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Dormitorio con cabecero con funda de lino gris.
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Con una funda de lino
Si te has cansado de tu cabecero y quieres incluir un punto de color en un dormitorio blanco, hazte con una funda de lino. Podrás elegir un estampado de rayas como este, en color gris, que haga que tu cama se convierta en el centro de las miradas. Para subir la temperatura, en esta habitación, se han añadido pinceladas de un tono más cálido mediante algunos textiles.
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Dormitorio con cabecero de madera realizado a medida. Mesita de noche, de Zara Home.
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No solo tapizados
El punto de color en un dormitorio blanco, también lo puede poner un cabecero de madera como el de esta propuesta. Llevado de pared a pared, no solo da color, sino que también carácter y calidez. Para suavizar su intensidad, se han incluido una lámpara y textiles decorativos totalmente blancos.
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Dormitorio con cabecero y taburete, de Rue Vintage 74. Mesita de noche, de Decolab.
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Un dormitorio en blanco con un cabecero tubular en gris
Apostar por el blanco en el dormitorio es siempre un acierto, porque es un color que transmite serenidad, pureza e invita al relax. Además, es la base ideal para darle color con el resto de elementos decorativos, como en este caso, el cabecero, un original diseño tubular tapizado en terciopelo de color gris.
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Dormitorio con cabecero, de TC Collection. Lámpara, de Eichholtz.
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En color gris
En un dormitorio pequeño es básico ampliar la percepción visual con cualquier recurso. Por este motivo, lo habitual es que el blanco sea el color predominante. Pero eso no está reñido con un cabecero de color que se convierta en la nota discordante. Combinado con unos textiles en tonos anaranjados, también garantizarás la calidez.
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Dormitorio con cabecero de Coton et Bois.
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De obra y ¡con rayas!
Otra opción para llevar el color a tu dormitorio es empapelar la pared por completo. Si es de un cabecero de obra como el de esta habitación, el resultado será discreto, pero eficaz.
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Dormitorio de invitados con cabecero, de La Casa de la Abuela. Alfombra, de La fábrica de hielo.
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¡Qué refrescante!
El impoluto blanco de este dormitorio de invitados se ve interrumpido por la cama en amarillo suave que consigue un aire veraniego y refrescante. La madera de los marcos y la lámpara y las fibras naturales de la alfombra llevan la calidez.
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Muy fresco en azul
Para que este dormitorio ganara en colorido, la interiorista y estilista de El Mueble Sol Van Dorssen eligió un cabecero de un llamativo azul claro que se extiende sobre la cama. Después, se vistió la cama con otros tonos de azul, más grisáceos.
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Dormitorio con cabecero de Calse y mesitas de noche de Crisal. Apliques de DCW.
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Un clásico actualizado con un cabecero en capitoné
Este dormitorio de estructura clásica, con paredes paneladas y molduras, pedía un cabecero con personalidad que estuviera a su altura. Por eso la decoradora Natalia Zubizarreta apostó por un cabecero en capitoné de tradición clásica pero actualizado. Sobre las paredes en blanco, destaca sin llegar a cansar.
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Dormitorio con cabecero tapizado y mesita de noche de El Corte Inglés.
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Un cabecero orejero tapizado en beige
Sereno, fresco y muy luminoso. Así es este dormitorio en el que la apuesta cromática por parte de la decoradora Paula Duarte es la clave. Con una base monocromo blanca, las notas de color las ha reservado para la ropa de cama, fácil de renovar, y el cabecero, que se ha elegido en un tono lino muy natural que destaca con la pared pero sin que el contraste sea muy marcado.
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Dormitorio con cabecero de lino, de La Maison. Tronco, a modo de mesita de noche y banquetas, de Alto Interiorismo.
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Un dormitorio sobrio en blanco con un cabecero de lino
Natural, sobrio y con un punto minimalista. Así es este dormitorio, que se ha vestido con pocas piezas y se ha combinado un total look en blanco con un cabecero tapizado de lino que le da el contrapunto de color de manera natural y delicada.
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Dormitorio con puertas a modo de cabecero. Mesita de noche, en Malana's. Banqueta y lámpara de sobremesa, en Tessa&Co. Alfombra, en Gra.
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Una puerta recuperada a modo de original cabecero
Este cabecero destaca doblemente en este dormitorio. Por un lado, por su color azul, que contrasta con el blanco que se impone en el dormitorio. Y, por el otro, por su singularidad, ya que se trata de una puerta de madera recuperada y reconvertida en cabecero.
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Dormitorio con cabecero y mesitas de noche, diseño de Grup Escrivá Interiors realizado a medida. Cuadros, en Cottage Little House. Lámpara, en Velafusta.
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Un dormitorio blanco con un cabecero de listones de madera en azul
Azul casi negro sobre blanco. Es la combinación que el equipo de Grup Escrivà Interiors ha elegido en este dormitorio, con un cabecero alistonado a medida lacado a juego con las mesillas y con el gran puff arcón a pie de cama.
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Dormitorio con cabecero diseño de la decoradora Gabriela Conde y realizado por Lucky Mora Studio. Lámpara aplique, en La Fontaine. Cortinas, cojines, y colcha, en De Pepa's.
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Un cabecero tapizado con tela de saco
Este dormitorio presume de un look vintage, ligero y con sabor natural gracias a sus paredes revestidas de lamas de madera en blanco, como si de una cabañita se tratara, y su cabecero, un diseño orejero tapizado con tela de saco.
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Cabecero realizado a medida, según diseño de la decoradora Lucía Mariñas, con tela de Osborne & Little. Banco, en Sandra Marcos con tela de Pepe Peñalver.
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Naranja sobre blanco: cuando el cabecero es la estrella
En este dormitorio, decorado por Lucía Mariñas, el cabecero es el gran protagonista. No solo por su diseño vintage y su llamativo color naranja, sino también por el efecto de contraste que genera con una decoración monocromática en blanco.
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Dormitorio con cabecero con papel pintado, de Élitis. Lámpara, con tela de Atanara, y mesita de noche, de Ajanta Interiores.. Pavimento, de estera de algas.
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Un cabecero único en negro en un dormitorio moderno en blanco
La decoradora Ajanta Velasco ha diseñado para este dormitorio un cabecero único, realizado con un tablero de madera de roble y forrado con un papel pintado que imita la piel de potro. Al ser negro destaca en un dormitorio moderno en blanco.
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Dormitorio con cama y banqueta, en Miki Beumala. Mesitas de noche, de un anticuario, restauradas por la decoradora. Alfombra redonda, en Merc & Cía.
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Blanco y azul grisáceo, una combinación que funciona en el dormitorio
En este dormitorio decorado con una base en blanco, el punto focal es sin duda el cabecero, por su diseño orejero, que parece arropar la cama y darle más protagonismo, y por el color elegido, un personalísimo azul grisáceo que marca tendencia y que se ha elegido a juego con la banqueta.
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Dormitoeio con cabecero y lámpara de sobremesa, de Rue Vintage 74. Banqueta, de Snobworks. Alfombra, de Gancedo.
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Un dormitorio pequeño en blanco con un cabecero de terciopelo rosa
Este dormitorio es pequeñito, de ahí que se haya optado por el blanco como color dominante en el espacio y por pocas piezas, pero escogidas. Entre ellas destaca el personalísimo cabecero por su diseño retro y su tapizado en terciopelo de color rosa.
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Dormitorio con cabecero de lino, realizado a medida, mesita de noche, de Sankal, y lámpara de techo, de Bocci, todo en Batavia
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Un dormitorio muy sereno en blanco
Una decoración con una base en blanco y con un cabecero tapizado en lino es una combinación que siempre funciona, porque son clásicos que nunca pasan de moda. Para prueba este dormitorio, que se ve actual hoy y dentro de diez años.
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Dormitorio con cabecero, con tela Andes Azul, de Gancedo. Mesita de noche, banqueta, pie de lámpara y cuadros, de Little House. Pantalla de lámpara, modelo Naniwa. Cortinas de lino, de Gancedo.
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En blanco y azul, una combinación fresca y elegante
Este dormitorio demuestra que una decoración en blanco y azul no tiene por qué ser solo marinera. De hecho, aquí se ha partido del precioso mosaico hidráulico para proyectar los colores de la habitación, con el blanco para las paredes y un azul intenso, como el Classic Blue de Pantone, para las piezas escogidas, como el cabecero o la pantalla de la lámpara.
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Dormitorio con cabecero realizado con una puerta de anticuario. Mesita de noche en La Maison y lámparas en Coton et Bois.
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Un dormitorio blanco con un original cabecero turquesa
El blanco tiene la ventaja de llevarse bien con cualquier color. Por eso la decoradora Asun Antó apostó por una base en blanco para este dormitorio, que sirve de base para un cabecero de lo más singular: se trata de unas puertas antiguas de anticuario que las recuperaron, las pintaron de color turquesa y las decaparon para darle ese look vivido.
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Dormitorio con cabecero diseño de la decoradora Lucía Mariñas con tela de Gancedo. Mesita de noche, de Ikea. Aplique, de Other Lamps.
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Un dormitorio blanco con un cabecero azul petróleo
El azul es un color muy versátil, creando decoraciones más apasteladas si apuestas por un azul celeste, o más elegantes y sobrias si optas por tonos más intensos y profundos, como este azul petróleo. En este dormitorio, decorado con una base en blanco en paredes y mobiliario, la decoradora Lucía Mariñas le dio la nota de contraste con el cabecero, un diseño retro tapizado en terciopelo.