El salón rústico moderno: ni refugio de montaña, ni showroom escandinavo Cuando hablamos de rústico, a más de uno le vienen a la cabeza vigas agrietadas, cabezas de ciervo disecadas y mantas de cuadros que pican. Pero no, amigas, eso ya pasó. "El estilo rústico moderno combina lo mejor de la naturaleza con un enfoque contemporáneo y práctico", explica Alberto Torres. Es acogedor, sí, pero también depurado. Tiene historia, pero no huele a naftalina. Y el salón, como centro neurálgico de la casa, es el escenario perfecto para este equilibrio entre lo campestre y lo cool. 

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10 salones rústicos y modernos

La clave está en elegir piezas con alma —maderas naturales, fibras vegetales, cerámica artesanal— y combinarlas con líneas sencillas, textiles neutros y alguna pincelada de diseño actual. Un sofá mullido en lino crudo, una mesa de centro de roble reciclado, una lámpara con personalidad o un plaid de lana merina pueden convivir en armonía y elevar el conjunto sin estridencias. Se trata de lograr ese “efecto refugio” sin caer en lo rústico de catálogo, dando prioridad a los materiales honestos y a una paleta cromática que respire calma. ¿Vamos a por ello?