Una alacena en el salón: la combinación que mejor funciona

Las alacenas nunca han dejado de estar de actualidad. A su equilibrado diseño tradicional, con una zona acristalada para exponer la vajilla más especial y otra cerrada para guardar el menaje de uso diario, se suma su funcionalidad, ya que ayudan a mantener los servicios de mesa a mano y, a la vez, decora por sí sola.  

¿Quién dice que una alacena solo puede servir para guardar la vajilla? Inspírate en esta idea de la decoradora Meritxell Ribé, que ha reconvertido esta pieza en una librería que recoge y da personalidad al rincón de lectura del salón. 

En este salón, que destaca por su look natural pero a la vez actual, la alacena de madera es una pieza destacada. De hecho, se le ha reservado todo un paño de pared para que luzca sin competencias. Además, al estar cerca del comedor puede abastecer este espacio sin problemas. 

Estas alacenas suman personalidad a un salón en blanco donde se impone la simetría y, con ello, el orden visual. Totalmente acristaladas, son perfectas para exhibir las piezas más especiales de la vajilla, que decoran por sí solas. 

Esta alacena es, con permiso de las vigas, la gran protagonista de este salón. Y se ha personalizado para que así sea: a su llamativo color azul, a juego con la carpintería, se suma su interior, que se ha revestido con un papel pintado de un suave verde pastel que aún destaca más los objetos decorativos expuestos.

Esta alacena le va como un guante a este salón de aire provenzal, empezando por su original color, un verde menta apastelado. Decorativa por sí sola, además, resulta super útil, porque reúne una zona inferior de armarios cerrados que ayuda a mantener el orden, una parte central de cajones, perfecto para los objetos más pequeños, y la vitrina, cerrada con puertas correderas. Aquí se ha aprovechado para exponer algunas piezas especiales de la cristalería y como librería. 

Pocas piezas pero con personalidad. Así es este salón, donde tanto la mesa de centro como la alacena son dos piezas recuperadas que encajan a la perfección con esta casa de campo que, aunque actualizada, presume de su pasado. La alacena sirve de improvisado mueble del salón a la vez que decora por sí sola. 

¿No te cabe una alacena al uso? ¡Apuesta por una esquinera! Pensadas para aprovechar un rincón de la casa, son piezas muy prácticas en salones de pocos metros, ya que apenas ocupan espacio y ofrece mucho almacenaje. Aquí se ha usado como apoyo al rincón de lectura. 

Somos fans de los hacks de Ikea. Y esta alacena es uno de ellos. Con un pintura a la tiza, papel pintado y unos pomos de porcelana nuevos, ha pasado de ser una alacena convencional a una pieza singular que da personalidad y mucho estilo a este salón. ¡No te pierdas el proceso de transformación! 

Este salón destaca por su acertado mix de estilos: de base rústica, se ha optado por una decoración de corte actual, con los dos sofás de líneas rectas, las lámparas o la mesita auxiliar, pero sin olvidar su esencia, con la alacena, que llena y da personalidad ese rincón del salón. 

¿Alacena o mueble del salón? ¡Un poco todo! Y es que como describe la Rae, una alacena es "un armario, generalmente empotrado , con puertas y estantes , donde se guardan diversos objetos". Y aunque estemos habituados a que las alacenas sean piezas de estilo que asociamos con una decoración de corte campestre o rústico, también pueden modernizarse. Y esta propuesta, que reúne en la parte inferior armarios y en la superior baldas para la cristalería es un buen ejemplo. 

Esta alacena parece sacada de la casa de nuestros abuelos. Con armarios en la parte inferior y la zona superior, de menor fondo, abierta con baldas especiales para la vajilla, es muy útil para tener el menaje a mano y, a la vez, dar personalidad y mucho encanto al salón.

Esta era una pieza muy especial para los propietarios, por eso cuando se mudaron a esta casa se la llevaron consigo y le buscaron un lugar donde encajara casi a medida. Y fue el acceso al salón su rincón ideal, así se puede disfrutar de esta pieza desde el estar pero también desde la cocina a través de la gran cristalera. Lacada igual que las paredes se aligera. 

El mix de estilos de este salón, ¡le sienta tan bien! Su base arquitectónica muy señorial, con techos infinitos y preciosas molduras, se ha actualizado con piezas de corte más moderno y otras de estilo, como la consola o la alacena de madera. Una pieza, esta, que se ha reconvertido en biblioteca.

En este salón de casa de campo, se ha optado por piezas voluminosas y una distribución simétrica para "llenar" visualmente un espacio muy amplio y evitar que se viera desangelado. Las dos alacenas gemelas que flanquean la chimenea con una clara vocación de vitrinas contribuyen a esta simetría.