Vanessa Molina, arquitecta: "Si tu piso es pequeño, una ventana muy grande puede hacer que el resto parezca aún más minúsculo"

En espacios pequeños o con poca luz natural, lo importante es mantener la proporción entre los elementos. "Si colocamos una ventana demasiado grande en una estancia mínima, el hueco se convierte en el protagonista absoluto, y el resto parece aún más reducido", explica Vanessa. Por eso, no se trata de agrandar la ventana, sino de integrarla. "Hay que jugar con lo que hay, y disimular en vez de exagerar".

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¿La clave? Instalar cortinas que vayan del techo al suelo, incluso que arrastren un poco. “Esto crea una línea vertical larga que da la ilusión de una ventana más alta”, apunta la arquitecta. Además, aconseja extender la barra de cortina unos 10-30 cm más allá del marco para ensanchar visualmente. ¿La tela ideal? “Lino, gasa o voile, que sean ligeras y de caída fluida. Y si quieres más opacidad, pon una doble capa: una tela densa por fuera y una más liviana por dentro.”

Otro truco muy efectivo para engañar al ojo es colocar la barra de la cortina lo más cerca del techo posible. “Al elevar el punto de inicio, creamos una ilusión de altura. Es perfecto si tienes techos bajos”, comenta Vanessa. Este gesto tan simple no solo amplía la sensación de espacio, también aporta elegancia y verticalidad a la habitación.

En cuanto a colores, la premisa es clara: tonos neutros que reflejen la luz. “Beige, marfil, blanco roto, gris claro… Cuanto más claro el tejido, más luminosa parecerá la ventana”, afirma. Si el color es igual o ligeramente más claro que el de la pared, las cortinas se funden con el fondo y amplían visualmente el espacio. “Lo importante es que no corten’ el muro”, insiste. Y si eliges telas translúcidas como muselina o lino, ganas luz y ligereza sin renunciar a la intimidad.

No todos los sistemas de protección solar son aptos para ventanas pequeñas. “Olvida las venecianas de lamas anchas y los estores tipo paquete muy fruncidos: generan volumen y recargan visualmente”, advierte. Tampoco son recomendables las persianas enrollables oscuras y opacas: “Bloquean la luz y hacen que la ventana parezca aún más pequeña.” Evita también los tejidos pesados o estampados grandes. “Lo pequeño necesita ligereza, no peso visual”, resume Vanessa.

¿Tienes una ventana pequeña y quieres más luz? Añade un espejo cerca. “Es una técnica infalible. Refleja la luz natural y reparte claridad por toda la estancia”, dice Vanessa. Además, crea profundidad. Si lo colocas justo frente a la ventana o en la misma pared, puede parecer que hay otra. “Eso sí, el espejo debe reflejar algo bonito: una planta, un rincón cuidado. Nada de camas o sofás si no quieres verte todo el rato”, advierte. Los marcos neutros o finos ayudan a no recargar visualmente.

Otra técnica para ampliar visualmente una ventana es enmarcarla, literalmente. “Puedes usar molduras, paneles o marcos decorativos para darle protagonismo a una abertura pequeña”, propone la experta. Lo ideal es que estas molduras creen líneas verticales y horizontales que simulen un tamaño mayor. “Si además tienen algo de relieve, crean sombras que aportan profundidad y enriquecen la pared.” Esto funciona muy bien con estilos clásicos, pero también con líneas modernas y limpias.

¿Y si pintas el marco de la ventana del mismo color que la pared? “Es una estrategia perfecta para disimular el tamaño real de la ventana y evitar que destaque”, asegura Vanessa. La continuidad visual que se logra suaviza los contrastes, funde los bordes y amplía la percepción del muro. “Así no se percibe como una interrupción, sino como parte del conjunto”, dice. Resultado: una estética más limpia y moderna que deja brillar otros elementos como las cortinas o el arte de la pared.

Cuando la ventana no ayuda, puedes apoyarte en la iluminación. “Colocar tiras LED ocultas alrededor de la cortina o detrás de una moldura genera un halo de luz que simula una abertura mayor”, explica. Otra opción son los apliques simétricos a los lados de la ventana, que aportan equilibrio. Y si apuntas una luz de riel o un foco hacia las cortinas, parece que entra más luz de la que realmente hay. ¿Sin ventana? “Puedes montar un marco con acrílico opal o tela translúcida retroiluminada y simular una falsa ventana. ¡Funciona increíble!”

Al final, todo consiste en trabajar con lo que hay. “Una ventana pequeña puede ser muy decorativa si sabes cómo vestirla, iluminarla y enmarcarla”, concluye Vanessa Molina. Su consejo estrella: menos es más.

“No se trata de esconder la ventana, sino de integrarla en el espacio de forma elegante y proporcionada. Que se note que está pensada, no improvisada.” Y con estas claves, está claro que cualquier ventana puede convertirse en una aliada del espacio.

Aprovecha el espacio bajo la ventana instalando un banco con cojines, una estantería baja o un escritorio pequeño. Esto no solo da utilidad a una zona desaprovechada, sino que convierte la ventana en parte de un rincón acogedor o práctico, haciendo que gane peso dentro de la estancia.