Tejidos y estampados veraniegos que le gustan a tu casa y te seguirán acompañando este otoño

Las alfombras de yute son un clásico de la decoración, y no, no son exclusivas de los meses más cálidos. Durante el otoño, servirán para relajar el ambiente en salones y dormitorios, recordándote las buenas vibras del verano y haciendo la transición al invierno mucho más light. ¡Se quedan con nosotros!

Como toda fibra natural, el lino es un tejido fresco que siempre se asocia a la primavera y al verano, pero... ¡Sorpresa!, también es válido para el otoño (sobre todo si tenemos en cuenta que últimamente el otoño es una estación mucho más cálida que de costumbre). Una opción para incluirlo en la decoración del salón es mediante una funda de sofá. Esta temporada, el azul es tendencia, y como se trata de un color muy relajante, te ayudará a mantener el ánimo en calma cuando los días se hagan más cortos. ¡No te fallará!

Los cojines con texturas son los grandes aliados de los sofás a la hora de aportar estilo, y en el otoño, los tejidos de arpillera o los que están inspirados en las telas de saco, actuarán como enlace entre el verano y el invierno.

Como decíamos, en los últimos años el otoño se ha convertido en una estación más cálida de lo normal, por eso te animamos a que sigas eligiendo plaids de lino y algodón para decorar el pie de cama. Por si las moscas, siempre puedes combinarlos con mantas de punto. Así también le darás volumen a la cama.

Las rayas son uno de esos estampados clásicos que siempre vemos temporada tras temporada, y en otoño no iba a ser para menos. ¿Nuestro consejo? Elígelos en complementos como cojines en tonalidades neutras o terrosas. Sí, las mismas que usabas en verano y que armonizan con los tonos cálidos propios del otoño.

Triunfaron en primavera, siguieron teniendo protagonismo en el verano, y seguirán haciéndolo en otoño. ¿Por qué? Porque son cálidos y en cierto modo, alegres. No lo dudes: en cojines, mantas, plaids o tapizados, los tonos ocres y mostazas quedarán de ensueño esta temporada, tanto lisos como estampados.

El color naranja es propio del otoño y de las hojas de los árboles. Llévalo a tu mesa con un mantel de lino para que su textura arrugada se convierta en protagonista, y que su tonalidad aporte la calidez necesaria al comedor.

El blanco es el color básico por excelencia. Da igual que estemos en verano, primavera, otoño o invierno, porque elegir textiles en blanco siempre es un acierto, y si no que se lo digan a las sábanas. Escógelas en algodón 100% (y a poder ser, orgánico) para tener dulces sueños.

¿La clave para seguir utilizándolas en el salón? Combinarlas con otras alfombras de tejidos más gruesos. Toma como referencia esta imagen y sigue disfrutando de tu kilim favorito, ¡le darás más estilo a la estancia!

Los estampados florales son atemporales, aunque es cierto que varían en forma y color en función de la estación. Durante el otoño, te seguirán acompañando los que cuenten con fondos de color cálidos, como ocres y mostazas.

Inspirados en un estilo boho muy relajado, los textiles con acabados en borlas, pompones y flecos que vimos a lo largo de estos meses de terraceo, también decorarán nuestros hogares en otoño. Nos gustan por ese espíritu de slow life que resulta tan acogedor y hogareño.

Las mantas de punto de algodón también sirven como transición entre el verano y el invierno. Aunque no abrigan excesivamente, su textura es cálida y reconfortante, siendo un complemento imprescindible de esta época.

Siguiendo con las fibras naturales, los estores de yute también se pueden quedar en tu casa durante el otoño. De hecho, puedes utilizarlos todo el año, el truco está en jugar con el color y el tejido de las cortinas que los acompañen.

Otro básico de una casa El Mueble durante los 365 días del año, son las cortinas de lino en tonos neutros como el beige, y si llegan hasta el suelo, mejor que mejor. Si todavía no las tienes, ¡este otoño deberías hacerte con unas!

Los textiles de lino en colores empolvados también son una excelente opción para dar la bienvenida al otoño. Al tener tonalidades más apagadas, generan ambientes sosegados muy propicios para el dormitorio.

En primavera y verano, los manteles de lino con texturas rústicas daban carácter y frescura a las mesas. En otoño, reforzarán la calidez y fomentarán un ambiente de relax a la hora de comer. ¿Un complemento que no puede faltar en esta época del año? Las velas, sobre todo en el momento de la cena.