Antes y después: 10 salones de El Mueble espectaculares tras la reforma. ¡Vaya cambio!

Este salón se había quedado caduco. Tras 20 años, necesitaba una reforma integral para adaptarlo a las nuevas necesidades de su familia y rejuvenecerlo. 

¡Qué cambio! Y es que aunque no lo parezca es el mismo salón. Pero la decoradora Mireia Masdeu lo transformó por completo abriéndolo a la cocina y cambiando la ubicación del comedor, que se trasladó junto a la ventana y al lado del comedor. No solo se ha ganado comodidad, ya que ambos espacios están contiguos, sino que con este cambio el salón ha sumado metros y amplitud.

Una de las claves de la reforma fue abrir la cocina al salón. No se abrió del todo, porque la propietaria tenía sus dudas. De hecho, en el caso de querer cerrarla, el murete se puede rematar con un cristal. Pero, además, resulta muy útil, porque, por un lado, permite apoyar los muebles bajos de la cocina y sirve de superficie de trabajo. Y, por el otro, cuenta con un mueble bajito hecho a medida para la TV, con cajones de almacenaje en la parte inferior. ¿Quieres ver el antes y después de todo el piso?

Este salón tenía muchas posibilidades, porque contaba con buenas entradas de luz. Pero el color de las paredes junto con el sofá se la comía mucho, oscureciendo el espacio y haciéndolo poco apetecible. Además, el mobiliario, con ese sofá bicolor, necesitaba un "plan renove" de urgencia.  

El cambio ha sido radical. Y eso que la distribución se ha respetado y el mueble bajo del salón también. La clave de la transformación ha sido apostar una decoración en blanco, que ha multiplicado por arte de magia la claridad del salón. Lo que hizo la estilista de El Mueble Olga Gil-Vernet fue rejuvenecer este espacio y convertirlo en un salón acogedor, cómodo y con este look actual y atemporal. 

Para que el salón ganara también en practicidad y no se viera tan desangelado como de origen, la estilista se alió con los muebles auxiliares. Una butaca, también blanca, completa el estar y lo cierra visualmente. Equipada con una lámpara de pie sirve de rincón de lectura.  También las plantas de interior y los arreglos vegetales ayudan a sumar calidez a este salón, que ha pasado de ser tristón a acogedor y estiloso. Si quieres ver más al detalle esta transformación, no te pierdas el antes y después de este salón.

Más que un estar, este salón parecía un chill out de verano. Los sofás tipo futón eran incómodos para el día a día, las cortinas fucsias frenaban el paso de la luz y la coloreaban transformando la atmósfera del espacio, y la distribución y el mobiliario no sacaban partido al espacio. 

La estilista de El Mueble Olga Gil-Vernet se encargó de reformar este piso, al que optimizó al máximo sus apenas 80 m². Aprovechó los metros del salón para organizar el espacio en cuatro zonas: el estar, el comedor, la zona de la tele y el estudio, que a su vez se convierte en habitación de invitados. 

Olga apostó por una base neutra, que ilumina el espacio y es perfecta para darle color con los complementos y alguna pieza escogida, como ese sofá verde. Da personalidad sin recargar el espacio. Muebles de patas estilizadas y metálicas, como las mesas de centro o la butaca, y toques de dorado dan estilo y ligereza. 

Este salón era incómodo, porque estaba encorsetado por la escalera que da acceso a la segunda planta, y se había quedado desfasado. Y, para colmo, la chimenea con la embocadura de ladrillo le daba un aire rústico que no encajaba para nada con una casa urbana. 

La decoradora Marta Prats fue la encargada de darle la vuelta, literalmente, a este salón, que con la reforma ganó amplitud y perdió muchos años. Se mantuvo la ubicación de la chimenea, desplazada a un lateral, pero se cambió por una de gas, que encaja mucho mejor con el look moderno y con un punto nórdico de este salón. El gran mueble de salón, que sirve de apoyo de la tele, librería y espacio para guardar, es otro de los aciertos de la reforma de esta casa. 

Con la reforma, no solo salió ganando el salón, sino también el comedor y, sobre todo, la cocina. El comedor se dispuso en paralelo al estar, delimitado visualmente por el sofá y un mueble arrimado a su trasera. Además, se cambió la cocina de ubicación y se acercó a la zona de día. La decoradora abrió un gran cerramiento acristalado a modo de pasaplatos que, además, refuerza la comunicación visual entre las tres zonas. 

Este salón no era de los que los ves y es para salir corriendo. Pero era tan soso que no tenía estilo ni personalidad propios. Además, el gran puf de cuero a modo de mesa de centro se comía mucho el espacio y la claridad. Los sofás estaban muy desgastados por el uso y la gran alfombra morada le daba un aire pasado al conjunto. 

La estilista de El Mueble Sol van Dorssen se alió con las telas para transformar por completo el look de este salón. Se empezó por retapizar los sofás, que eran de calidad, pero su tapicería estaba muy deteriorada, y vistió las ventanas con unas caídas, que complementan los estores que ya había. Así el espacio se ve más vestido y resulta más acogedor. Y la alfombra se ha cambiado por una de lana blanca que ilumina el estar y lo enmarca. 

El estar se veía demasiado recargado con tres sofás, que tampoco eran necesarios. Por eso la estilista decidió reemplazar uno de los sofás por dos butacas, más ligeras y versátiles, porque dan más juego al poder moverlas. De terciopelo azul, contrastan con la base neutra del salón y le dan un toque de elegancia. Descubre la transformación de este salón, paso a paso. 

Este era el salón de la decoradora y estilista de El Mueble Dafne Vijande. Pero se le había quedado anticuado, no aprovechaba bien el espacio y necesitaba un cambio de look integral. Las cortinas azules marcaban mucho y restaban luz, los sofás oscuros tampoco ayudaban y su distribución aún hacía más pequeño el espacio. 

¿No parece el mismo, verdad? ¡Y sin obras! Nuevas cortinas, que inundan de luz el piso; una nueva funda para los sofás que los aligera; un cambio de distribución de los sofás, que deja el estar abierto y hace que el espacio se ve más grande; y soluciones para guardar, como la librería que flanquea la chimenea y el gran mueble con cajones.  

Esta librería es un diseño de la decoradora que integra soluciones a medida, como las baldas y el leñero, con otras prefabricadas y low cost, como el armario, que es de Ikea. Precisamente, como no cubría todo el hueco hasta la chimenea, Dafne se inventó este leñero, práctico y a la vez muy decorativo. ¿Quieres ver al detalle esta transformación, con su presupuesto? 

La moda por los muebles de maderas nobles oscuras ya ha pasado. De hecho, es ver este salón y reflejarse en el de nuestros padres o abuelos. Estas eran piezas buenas, hechas a medida por maestros carpinteros y a veces con preciosos detalles labrados, pero la madera oscura las hace muy pesadas y visualmente caducas a nuestros ojos. La decoradora Miriam Barrios supo ver más allá... 

No lo parece, pero es la misma boiserie. Lo que una capa de pintura y unas ideas ingeniosas, como revestir la trasera de la librería con espejos, pueden hacer por un mueble viejuno. De hecho, el gran acierto de Miriam con este salón ha sido mantener esta pieza, ahora, tan especial. 

La decoradora compensó el marcado clasicismo de la librería con piezas más modernas, como el sofá, y otras de estilo, como la mesa de centro con sobre de mármol. 

Ver este salón, con el suelo en mal estado, los fraileros de las ventanas de madera oscura y esa iluminación fantasmagórica del fluorescente, e imaginárselo como uno acogedor y con mucho encanto requería muchísima imaginación. O mirada profesional, como la de la decoradora Pia Capdevila, que enseguida le vio las posibilidades. 

Con la reforma de la que sería su casa de verano, la decoradora conservó la estructura del espacio y la chimenea, a la que le hizo un lavado de cara, pero cambió el deteriorado suelo y aclaró la madera de los fraileros. Tiño las paredes de un blanco roto cálido y lo vistió todo con texturas gustosas y tejidos naturales. 

Un mullido sofá de diseño atemporal, un cuadro moderno, un baúl recuperado a modo de mesita auxiliar... La decoradora combinó elementos y piezas de diferentes estilos para crear una decoración acogedora, personal y con mucho encanto.  

¿Un piso de veraneo oscuro? Pues sí, es posible. Y, además, el salón tenía tan mala distribución que apenas se aprovechaba, porque literalmente ¡no cabían!

Fue una de las peticiones de los propietarios: poder contar con un sofá lo más grande posible, porque les gusta mucho recibir en casa pero con la anterior distribución era imposible porque no cabían. Ahora, al trasladar el comedor al pasillo de acceso al salón, se liberó ese espacio y el sofá se llevó casi de pared a pared. ¿Quieres ver el resto de transformaciones de este apartamento?

La decoradora Natalia Zubizarreta lo tuvo claro: la tarima de madera oscura debía lacarse en blanco y las paredes teñirse de este color. Solo con eso, ¡pam! se hizo la luz. Piezas ligeras, como la butaca con el respaldo de rejilla, y en blanco contribuyen a aligerar el espacio y darle sensación de amplitud. 

Tener una terraza y no usarla parece un sacrilegio. Pero cuando dicha terraza es un espacio angosto de 2,20 x 6,50 m y con las paredes de un azulón horrible... La transformación fue radical, empezando por el uso, porque ya no es una terraza. 

¡Vaya cambiazo! La decoradora Celia Crego transformó esa terraza desangelada, angosta y sin uso en un espacio más de la casa. Es más, se ha convertido en el más vivido. Las claves de la reforma fueron eliminar la puerta y dejarla como un paso abierto, abrir un vano para que la luz circule de punta a punta del piso y unificar el pavimento y las paredes. Ahora los propietarios cuentan con una salón comedor extra de 14 m² organizada en dos zonas en cada extremo. 

Ganar un comedor de diario capaz era la prioridad de la propietaria con la reforma. Y la decoradora lo logró creando un banco que aprovecha todo el ancho de la pared. Ahora caben cómodamente seis personas. No te pierdas el paso a paso de la reforma, con presupuesto incluido.