Los 14 recibidores de montaña y campo más bonitos de El Mueble que van a inspirar la decoración del tuyo

Vigas de madera y muros de piedra dan la bienvenida a esta casa rústica ubicada en Pollensa (Mallorca). Para decorar el recibidor qué mejor que utilizar madera natural, fibra y cerámica. Los toques de hierro en la puerta de entrada y en las lámparas farol le dan un toque industrial. 

Revestido todo de madera, este recibidor de montaña en el Pirineo francés no puede ser más acogedor y bonito. ¡Qué importa la temperatura gélida que haga en el exterior! Una vez dentro el espacio abriga y protege. Como es pequeño, Isabelle Mattera ha elegido para su decoración una consola súper estrecha, un taburete plegable tapizado y una alfombra de pelo que la pisada agradece. Las botas, mejor dejarlas fuera para limpiarlas antes.

El recibidor de este cortijo en Ronda (Málaga) destila un look relajante, tradicional y sostenible. A sus paredes blancas, que multiplican la luz, se le suman vanos en arcos y un suelo artesanal de barro cocido. Dafne Vijande lo decoró de forma sencilla y elegante con una mesa redonda de madera rústica y un reconfortante sillón de fibra.

El techo abovedado da pistas de a qué Comunidad pertenece este recibidor campestre. Sí, estamos en Cataluña, concretamente en Gerona. El espacio, proyectado por Gabriela Conde, se mimetiza con el exterior gracias al color verde en el que se ha pintado la estructura. Cuenta con trasera de listones de madera, balda de almacenaje superior, un asiento a modo de banco y prácticos percheros para dejar abrigos.

Con un gran ventanal con vistas al campo, este recibidor es uno de los más elegantes de El Mueble. Dafne Vijande lo decoró con una mesa redonda de madera maciza ¡preciosa! y una alfombra de vivos colores. Para vestir la mesa, la interiorista eligió unos candelabros y portavelas a los que sumó libros de apoyo y un jarrón con flores. La bienvenida no puede ser más agradable.

Sencillo y práctico, así es este recibidor de montaña ubicado en el Valle de Arán. La proximidad de la nieve hizo que la interiorista Carme Caubet lo proyectara en madera. Bajo la escalera, unos armarios entelados con franela estampada a cuadros en tonos azules abrigan el espacio y ganan almacenaje. En su interior se dejan los abrigos y a sus pies, las botas para no manchar el interior de la casa. 

La verdad es que este recibidor campestre en plena sierra madrileña bien podría ser uno de ciudad. A la consola antigua de madera se le ha unido un espejo de cuarterones que le da el toque actual. Carmen Figueras lo ha apoyado en la mesa para lograr un aire desenfadado. Y como guinda, un par de cestas de fibra decoran y almacenan.

A su exterior de piedra y pizarra le iba como anillo al dedo el interior forrado de madera de pino. Jeanette Trensig, de Cado Interiors, revistió las paredes de este recibidor en el Pirineo con un papel de piel de potro en verde caqui. Muy cálido y acogedor. Un perchero, un banco y un espejo es su escueta pero práctica decoración. Una entrada refugio perfecta para dejar abrigos, esquíes y botas, antes de entrar al salón.

Las paredes de piedra son una seña de identidad de los recibidores de campo. Además de ser decorativas, tienen el don de mantener una temperatura idónea en cualquier época del año. Este recibidor asturiano se ha amueblado con una consola de madera ligera, ubicada bajo la escalera. Como la entrada no es muy grande, se ha colocado un gran espejo dorado, apoyado en la pared, para ampliar sus dimensiones.

A la hora de decorar un recibidor de montaña, los estampados de cuadros son un recurso de éxito. Puedes revestir los frentes de los armarios —como hemos visto antes— o bien forrar las paredes con un papel vistoso. Es lo que ha hecho aquí Paloma Blanch, la influencer de "7 Pares de katiuskas", en su recibidor de campo en Asturias. Para amueblarlo, ha elegido un perchero y un banco descalzador, perfecto para dejar preparadas las botas de agua.

Los techos abovedados y pintados con mortero a la cal están de plena actualidad. Y todo gracias a esa moda, que va más allá de ser una tendencia, de lograr espacios orgánicos y en calma. La interiorista Marta Castellano-Mas ha ubicado este recibidor de campo bajo la escalera. El lugar ideal para colocar un aparador recuperado y una silla de fibra. ¡Nos encanta!

Cuando tienes una casa en la montaña pero cerca del mar, sus interiores deben reflejar esa dualidad. Este recibidor mallorquín tiene una esencia rústica, con el banco de obra bajo el arco de la escalera. A la que se le ha añadido un toque fresco con los textiles azules. El proyecto de Interior Facelift resulta muy inspirador, ¿no crees?