La pared de acento: nueva tendencia decorativa

Este es el salón de la influencer @mariafrubies al que se le dio un cambio radical solo pintando una pared con este verde envejecido de Bruguer. Al pintar la pared de este tono el salón gana sensación de profundidad y un aire más fresco y actual.

¿Para qué quieres un cabecero al uso si toda una pared puede hacer esta función decorativa? En este dormitorio, se ha pintado la pared del cabecero en un verde luminoso y para vestirla aún más se ha empanelado con molduras, lo que acentúa su efecto decorativo.

En este dormitorio de montaña se decidió prescindir del cabecero, que en un espacio abuhardillado y pequeño podría ser más un estorbo que nada más, y en vez de eso, se revistió la pared con un original papel pintado con cuadros escoceses. Por su personalidad, se dejó solo para un pared, la de acento, y el resto se pintó en un verde a juego. Además de decorar, arropa visualmente este espacio, haciéndolo más acogedor.  

Es uno de los efectos del color en relación con el espacio. Y es que pintar la pared del fondo de una estancia de un color oscuro da más profundidad visual. Ojo, siempre que tengas luz, como ocurre aquí. 

¿Cómo vincular dos espacios anexos pero tan dispares como una biblioteca y un comedor? Muy fácil, con el color. Aquí ha bastado con pintar la pared del fondo del comedor de este vitalista verde y prolongarlo a la trasera de la biblioteca para que ambos espacios estén visualmente conectados, a pesar de estar dividido por un mueble bajo que hace de separación. 

El color o el papel pintado son un gran aliado para delimitar espacios, sobre todo en espacios abiertos o que integran varios usos. Aquí, se ha revestido la pared que alberga el comedor, lo que, además de decorar este espacio, lo separa visualmente del salón contiguo, dando personalidad propia a cada ambiente. 

Viendo esta pared, ¿quién diría que se trata de una cocina? Entre el vistoso verde, que la propietaria lo obtuvo del colorímetro de una app, a partir de algunas telas del salón, del comedor y el papel del aseo, y los platos decorativos de plantas e insectos, más que una cocina parece un rincón especial del estar. Se reservó solo en esta pared, que es la que integra la zona de desayunos o de comidas rápidas, lo que le da un toque más hogareño y menos de cocina. 

Si hay una habitación de la casa en la que nos podemos atrever más con el color o con la decoración de las paredes es la habitación de los niños. Si optas por un papel pintado extremado, como se ha hecho aquí, lo mejor es reservarlo para una sola pared, así le das más poder a esa pared de acento, y además no recargarás en exceso la habitación visualmente.

Y es que, ¿quién se resiste a ese papel pintado? Precisamente este era el fin, que en esta cocina la mirada se fuera al office, al que se le ha dado personalidad propia al enmarcar visualmente este espacio con un papel pintado con tanta personalidad como este. Si este mismo papel se hubiera empleado en toda la cocina, además de recargar, se habría perdido el efecto de impacto. 

Esta casa es mini –¡48 m² repartidos en 4 plantas!–, y aún así se pintó toda la pared de la escalera que recorre las cuatro plantas de un intenso tono pizarra. Y es que si la escalera iba a tener tanto protagonismo en una casa tan pequeñita, ¡qué menos que convertirla en un elemento decorativo y con personalidad propia! Y se hizo con este color, que además, hace más envolvente y acogedor este espacio de paso. Además, se unificó la parte baja de la escalera, que esconde un armario. 

En este distribuidor se ha optado por pintar una pared de un intenso rojo para darle personalidad propia y rehuir de la idea que un distribuidor es una zona solo de paso. De hecho, se ha completado el espacio con una butaca para darle un nuevo uso. Al ser un color cromáticamente potente, lo mejor es reservarlo para una sola pared. 

Esta cocina está abierta al comedor, de hecho desde la mesa lo que ves es esta preciosa pared revestida de un papel pintado que imita un estampado textil. De ahí la acertada elección de empapelarla: no solo hace más acogedora la cocina y le resta frialdad con el mobiliario en blanco, sino que la hace "menos cocina".