Mesas de centro redondas: última tendencia en salones

Si tu objetivo es darle un punto de sofisticación y elegancia al salón, una mesa de centro redonda con sobre de mármol es todo lo que necesitas. El modelo que ves en la imagen, cuenta con patas metálicas en color negro que rompen con el clasicismo y proporcionan un toque moderno irresistible (y los accesorios dorados le quedan de cine).

A estas alturas, seguro que ya sabes lo muchísimo que nos gustan las fibras naturales, ¿verdad? Ya sea en alfombras, butacas, cestas o en esta fabulosa mesa de centro con el sobre trenzado a dos colores. Y no, no importa que tu salón sea de corte clásico, las fibras combinan con todos los estilos decorativos (y encima, aportan frescura).

Apostar por cierto eclecticismo en la decoración, te hará ganar en personalidad y estilo. En este salón, por ejemplo, la relajada paleta de tonalidades azuladas se complementó con una mesa de centro metálica con relieve de inspiración árabe. ¿No te parece ideal?

Otra opción para decorar el salón con una mesa de centro redonda es elegir dos modelos iguales con alturas diferentes. Al jugar con los tamaños generarás volumen y dinamismo. El metal es un material excelente para crear contrastes, ¡atrévete con él! 

La calidez de una mesa de centro de madera rústica es insuperable. Así, tal y como aparece en este salón, con el acabado al natural y las vetas a la vista. ¿Lo mejor de todo? Esas pequeñas imperfecciones que nos recuerdan sus orígenes.

Si cuentas con poco espacio en el salón, te damos dos consejos: decora con tonalidades claras y añade elementos que capten la atención. No tienen que ser grandes piezas, ya que desentonarían con la estancia. Un par de mesas nido como las que aquí aparecen con acabado dorado envejecido, aportarán el espíritu glam que necesitas.

¿Quién dijo que no podías elegir una mesa de centro por su funcionalidad? En este caso, el metal sirvió como punto de unión de estas dos mesas de centro de IKEA que, a priori, no se parecían en nada. Pero, gracias al material y a la mezcla de colores, han resultado la pareja ideal. Por si fuera poco, una de ellas incluye almacenaje (perfecto para guardar mantitas y cojines extra).

Si lo tuyo es el estilo rústico, ¡seguro que esta idea te chifla! Y es que elegir un par de troncos como mesas de centro es mucho más útil de lo que crees. Al ser dos, tendrás espacio de sobra para colocar jarroncitos, libros o el mando de la televisión. Y como son modelos separados, podrás llevarlos de un lado a otro y utilizarlos como mesas auxiliares siempre que lo necesites. ¡El colmo de la funcionalidad y el estilo!

Como acabamos de ver, ¡dos es mejor que una! Pero en este ejemplo, la dualidad procede de la misma mesa, ya que cuenta con doble tablero de distintos tamaños que se complementan entre sí. Y todo ello con un coqueto estilo nórdico en color blanco.

Y hablando del nórdico... ¿has visto qué monada de mesas de centro? No hay duda de que la combinación del blanco y los colores pastel junto a la madera aportan grandes dosis de luminosidad, algo que cobra especial relevancia cuando se trata de salones mini. Nos encanta el acabado mate de los tableros, ¡y qué bien les sientan las flores!

Hasta ahora, habíamos visto muchos ejemplos de mesas de centro redondas pero pequeñas. Sin embargo, ¡también existen opciones para los salones más amplios! Este tipo de mesas, por su forma, son estupendas para fomentar las tertulias, colocando los sofás y los sillones a su alrededor. Además, gracias a su tamaño, podrás disponer varios detalles decorativos como bandejas con jarrones, sin que supongan una sobrecarga visual.

Si te ha gustado la idea de decorar con mesas tipo nido pero crees que se quedarían algo cortas en tu salón, ¿por qué no utilizas tres en lugar de dos? El truco sigue estando en jugar con las alturas y, en este caso, también con los acabados. Fíjate en que la mesa que está más cerca del sofá tiene el tablero oscuro y las patas doradas, a la inversa que las otras dos. También es fundamental que elijas la decoración con mesura. Vamos, que si vas a colocar un megajarrón en una de las mesas, prescinde de añadir elementos en las otras.