Una interiorista reforma una casa con más de 100 años, tira una zona tabicada y el cambio fue increíble: "Hemos ganado en luminosidad"

Reformar una casa centenaria implica muchos más retos que una simple actualización estética: es trabajar con la memoria de un espacio, respetar su historia y al mismo tiempo, adaptarlo a las necesidades actuales. Eso es precisamente lo que ha conseguido la interiorista Ángela Acevedo, al frente del estudio 3A Interiorismo, al transformar una vivienda con más de 100 años de antigüedad en un hogar contemporáneo, funcional y lleno de luz. 

En uno de sus vídeos en TikTok, donde muestra el antes y el después de la reforma, la interiorista resume la esencia del proyecto: "Acompáñame a ver cómo ha sido la reforma de esta casa con más de 100 años, y con un poquito de historia". El resultado es una vivienda rústica, pero con ápices modernos, que conserva el alma de lo antiguo, con soluciones decorativas que respetan su carácter original, pero incorporan materiales y distribuciones del siglo XXI.

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Abrir para iluminar: el gran gesto estructural

El cambio más impactante de la reforma, ha sido la eliminación de los tabiques que dividían la parte izquierda de la planta principal. "Antes de empezar la reforma, esa zona estaba tabicada. Nosotros lo que hemos hecho ha sido abrir con el fin de ganar luminosidad, ya que donde estaban las ventanas era justamente en esa fachada", explica Acevedo en el recorrido.

Esta decisión transformó por completo la experiencia espacial: ahora, al entrar en la vivienda, se accede a una gran área diáfana donde conviven la cocina, el comedor y un amplio salón con zona de televisión y rincón de lectura. Esta nueva disposición no solo favorece la entrada de luz natural, sino que amplifica visualmente los metros cuadrados y mejora la circulación.

La cocina y el comedor se organizan en la fachada con ventanas, mientras que hacia el interior, se sitúan espacios de servicio como la despensa, el cuarto de calderas y un baño de cortesía que merece mención aparte: "Un suelo espectacular que no puede ser más bonito. El revestimiento de las paredes lo hemos hecho con microcemento. Completamos con un lavabo de piedra y un mueble de madera", detalla la interiorista.

Historia, materiales nobles y detalles con alma

Uno de los elementos más singulares de la casa se encuentra en la escalera que da acceso a la planta superior: un mural de un pintor reconocido español - Fernando Calderón - que se ha conservado y restaurado como auténtica joya arquitectónica. "Queda perfectamente integrado en el diseño de toda la vivienda", asegura Acevedo.

La madera es otro de los grandes protagonistas de esta rehabilitación. Lejos de ocultarla o reemplazarla, se ha tratado para devolverle su belleza natural. "Tanto en las ventanas como en las vigas, las hemos lijado y tratado para que adquiriesen un tono más natural y claro, y así ganar en luminosidad", explica Acevedo. El resultado es una paleta de materiales cálida, coherente y atemporal, donde destacan los acabados de microcemento combinados con mobiliario de madera maciza. 

Con una mirada sensible, soluciones inteligentes y respeto por lo existente, la interiorista Ángela Acevedo ha conseguido algo poco común: dar nueva vida a una casa centenaria sin borrar sus huellas. Una reforma que no solo es estética, sino profundamente emocional. ¡Menudo resultado tan cálido y acogedor!

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