Estas mesitas de noche vintage ¡tienen tanto que contar!

A la hora de restaurar muebles vintage puede que te encuentres con gratas sorpresas, como nuevos colores que salen a la luz o mágicos dibujos que permanecían ocultos. La restauración de esta cómoda fue toda una revelación y su dueña no pudo por menos que ponerla en un sitio de honor: junto a la cama a modo de mesilla. 

En este dormitorio infantil se ha colocado a un lado de la cama una cómoda vintage como almacenamiento extra. Esta da apoyo a la mesita de noche situada al otro lado de la cama. Y para que hiciera juego con ella, se ha lacado en blanco, así la estancia presume de luminosidad.

Ayer fueron mesitas auxiliares en el jardín y hoy lucen sus "heridas de guerra" en el dormitorio. Estos veladores con patas plegables ligeramente oxidadas y bandeja de espejo dan un encanto especial a tu habitación. Decora sus sobres con flores secas y velas perfumadas para darle un toque más romántico. Si te gusta el estilo industrial, este tipo de modelos te irán como anillo al dedo.

Una mano de pintura y otros tiradores pueden cambiar el aspecto de una mesilla de noche por completo. Esta de la imagen se lacó a excepción del sobre y los pomos redonditos que tenía de madera se sustituyeron por estos herrajes metálicos muy vintage. Otro modelo de tirador retro que también puede servirte son los de tipo concha.

Unos estantes en forma de cubos, una papelera del revés, una pila de revistas, unas cajas de frutas... Mesitas de noche poco convencionales hay muchas y de diferentes estilos. No tienes nada más que darte una vuelta por Instagram para descubrirlas. Si quieres que además de originales tengan un toque vintage apunta estas ideas: una mesa tocinera, un baúl antiguo, una nevera portátil en desuso o un pedestal para macetas, como el de la imagen, tallado en madera.

Además de pintarla y decaparla ¿puedes hacer algo más para renovar tu mesita de noche vintage? Claro que sí. Puedes forrar el interior de los cajones con papel pintado o el exterior con tiras vinílicas, como las de la imagen. Y cambiarle los pomos por otros más divertidos. Estos parecen ojos que todo lo observan.

Si te has topado con un mueble de factura artesanal, que muestra en sus vetas el paso del tiempo y que desprende una magia especial ¡hazte con él sin pensarlo! Es lo que hizo la dueña de esta cómoda desgastada y reutilizada como mesita de noche con sus imperfecciones a flor de piel. ¿Te preocupa qué poner sobre ella para no romper su encanto? Selecciona pocas piezas pero muy pensadas: un marco de fotos vintage, un mini florero, una lamparita industrial o de estilo clásico con pantalla y algún objeto retro, como una radio, una campana de cristal o un despertador antiguo.

¿Tus paseos por los mercadillos callejeros han dado su fruto? En cuanto viste esa mesilla de décadas pasadas, te imaginaste lo bien que luciría en tu dormitorio. Y dicho y hecho, ahí está desplegando todo su encanto, como esta de la imagen, que enseña con orgullo sus marcas y hendiduras de antaño. Se ha decorado con una lámpara en un tono llamativo, unas flores silvestres y una cajita de cristal, a modo de joyero. 

La asimetría es tendencia. Si quieres decorar tu dormitorio con dos mesillas de estilos distintos es que estás en la onda. A un lado de la cama puedes poner una convencional y al otro un modelo vintage como un cajón, un taburete o una escalera baja, como la de la imagen, que harán el mismo servicio. Puedes colocar en un peldaño un libro, en otro el despertador y reservar el sobre para una lámpara de lectura. Un modelo metálico tipo flexo le irá que ni pintado. 

¿Te acuerdas de las mesas camilla que hicieron furor en los 80? Su estética poco agraciada hacía que se cubrieran con manteles largos o "faldas" que también servían de abrigo para las piernas. Esta de la imagen es una versión mini actualizada de aquellas. De apariencia mucho más vistosa, deja al desnudo su madera de pino y se estrena aquí como mesilla de noche. 

Esta mesa con cajones a modo de mini archivador de oficina se ha colado en el dormitorio dispuesta a hacer las veces de mesilla de noche. De madera y metal, su estructura presenta los desconchones típicos que definen la decoración vintage. 

La mesilla de noche clásica de toda la vida revive aquí con un aspecto actualizado. Su color natural solo se conserva en el sobre; el resto ha dado paso a un blanco envejecido que lo invade todo ¡hasta los herrajes!

Otro de los rasgos típicos del estilo vintage es el amor por el diseño, a menudo encontramos trabajos artesanales que son una auténtica filigrana. Prueba de ello es esta espectacular mesilla de noche de sobre poligonal con columnas clásicas retorcidas y patas en garra. Su acabado en blanco le da un porte marmóreo aunque no lo es. ¡Una auténtica maravilla para la vista! 

Cansadas de tanto viajar, una familia de maletas vintage son perfectas para utilizarlas en el salón como mesas auxiliares o en el dormitorio, como mesillas de noche. Es lo que se ha hecho aquí, una reposa centrada encima de la otra. Sus interiores pueden servir de almacenaje y sus superficies suficientes son para dejar un vaso con agua, una plantita y unos portavelas, por ejemplo.

Saber reciclar con estilo es un gran reto decorativo y de eso sabe mucho el estilo vintage. ¿Qué te parece recuperar una caja de madera y convertirla en una original mesita de noche? Puedes ponerla de cara, abierta para almacenar, o de espaldas ocultando su interior. Personalízala, añadiéndole un tablero más grande que amplíe la base y unas ruedas que te permitan trasladarla donde quieras, como la de la imagen.

Si en el trastero te has topado con un viejo baúl de ropa o aquel cesto de picnic al que habías perdido la pista, es hora de darle una nueva oportunidad. Puedes ponerlo como mesa de centro en el salón o, como se ha hecho aquí, de mesita de noche. Funcional y decorativo, podrás utilizarlo como almacenamiento extra, a la vez que le das un toque rústico al dormitorio. 

Puede que no sea la más bonita pero para ti esa mesita de madera oscura ¡tiene tantas historias detrás! Siempre la viste en la cocina de tus abuelos y desde el primer minuto te atrajo como un imán. Han pasado los años y, ahora que se iban a desprender de ella, no has dudado en llevártela a casa. Le has encontrado el mejor sitio: en el dormitorio, como mesita de noche. Ahora como antes, su diseño sencillo y frágil te sigue fascinando. 

¿Y qué pasa si el mueble vintage que quieres poner de mesilla de noche queda demasiado alto? Recorta las patas a la altura que desees y, ya puestos, apoya en su base un espejo, añade un taburete y ya tienes tu flamante tocador. Esta cómoda de la imagen ha cambiado su color original por un gris clarito con pátina, que le da ese acabado envejecido que tanto te gusta.

¿Quieres poner una mesita de noche vintage pero apenas tienes espacio entre la cama y la pared? La mejor solución es optar por veladores redondos con patas de tijera que apenas ocupan espacio. Son súper ligeros, el diámetro de algunas apenas ocupa 40 cm y, aunque tengas que renunciar al almacenamiento, en su superficie tendrás espacio suficiente para poner lo básico: una lámpara, un vaso y un libro. Esta de la imagen se presenta con sobre de madera y patas metálicas pero también las encontrarás de forja y mármol, muy art decó, tipo a la de los antiguos cafés con solera.

Siempre te ha gustado la mesita de noche nórdica del cuarto de tu hijo y, ahora que sus gustos se inclinan por otros diseños, ha pasado a formar parte de tu dormitorio. ¡Actualízala! ¿Qué te parece pintarla con chalk paint ? Luego, puedes lijarla y darle ese acabado envejecido tan vintage. Mira esta de la imagen qué bien ha quedado en un tono verde menta acompañada por una planta XL en cesto de fibra.