Casas de lectoras: Vanesa, la lectora que leía El Mueble con su madre hace 30 años en Argentina

"Leo El Mueble desde mi adolescencia. En la ciudad donde crecí, en la Patagonia Argentina, conseguir la revista –hace más de treinta años– no era nada sencillo, pero mi madre siempre se las arreglaba para que alguien se la trajera desde Buenos Aires. Entonces la compartíamos y leíamos juntas. A pesar de la distancia, ella desde Argentina y yo desde España, continuamos intercambiando ideas deco y El Mueble sigue inspirándonos. Creo que cuando vea mi casa publicada se pondrá súper feliz". Ella es Vanesa Mourelle y es la protagonista del artículo de hoy.

"Mi casa se encuentra en Pozuelo de Alarcón cerca de la estación de Renfe. Es un chalet adosado construido en los años 80. Tiene alrededor de 300 m² distribuidos en 4 plantas. En la planta inferior (subsuelo) se encuentra el garaje, un salón de juegos y un aseo. Subiendo está el salón, la cocina, un aseo de visitas y la terraza con jardín. Una planta más arriba hay tres habitaciones (una para cada uno de mis hijos y otra de invitados) que comparten un gran baño", detalla nuestra lectora.

La vivienda goza de espacios amplios y luminosos, en los que, con una base neutra, vemos muebles de colores, que dan vida a las estancias.

"Si tengo que mencionar una estancia especial elijo la cocina, porque es el punto de reunión familiar, me gusta como nos quedó luego de reformada y tiene una luz espectacular", confiesa.

"Hace seis años, junto a mi marido compramos la casa tras visitar 49 propiedades… ¡Fue agotador! Aún conservo el Excel en el que registré todas las viviendas visitadas con sus datos y características. Al entrar en esta, los dos tuvimos la misma sensación: ¡está es la casa! Ni la decoración ni el aprovechamiento de los espacios tenía nada, absolutamente nada que ver con nuestros gustos, pero algo nos hizo sentir que allí queríamos vivir", reconoce Vanesa.

"Con poco presupuesto encaramos la reforma. Contratamos a un constructor que, según nuestro diseño y bajo nuestra dirección se encargó de la parte más gruesa de obra. Luego, mi marido, mis hijos y yo nos encargamos de las terminaciones. Con los años y poco a poco le seguimos haciendo cosas y siempre estamos pensando en hacer más y más. Es una casa perfectamente imperfecta, descontracturada y organizada a la vez", cuenta nuestra lectora.

"En la planta superior está la habitación matrimonial, un baño, y dos habitaciones más pequeñas que utilizamos una como despacho y en la otra instalamos un atelier de pintura", describe la protagonista de hoy.

"Y también amo mi rincón de lectura, un sillón amarillo bajo la ventana de mi habitación", admite. "Es una casa atemporal y con personalidad donde conviven muebles y objetos de estilos variados, obras de arte y antigüedades restauradas por nosotros mismo", concluye Vanesa.